19 abril, 2024

He dejado de quererte patria mía

He dejado de quererte patria mía
Ya no siento como ayer, amor alguno.
Te noto distante, algo hostil y fría
Y a tu pueblo convertido en lacayuno.

En tu historia de proezas fantasiosas
Que me hicieron creer en tu grandeza,
Fuiste libre, con arrojo, con firmeza,
Enfrentándote a fuerzas poderosas.

Hoy en cambio no hay firmeza, no hay arrojo,
Se perdió la libertad, la dignidad de hinojos,
Ideología mortal te convirtió en despojo,
Y no puedo evitar este dolor que alojo.

¿Sirven acaso más cadenas de oraciones
O dialogar con un cínico gobierno ,
Que ponerse bien los pantalones
Y de una vez acabar con este infierno?

He dejado de quererte paria mía
Y me duele decir que no te quiero
Más sé bien que todo lo daría
Por volver a quererte como espero.

Artículos relacionados

El Poema de la despedida.

El poema de la despedida, de José Ángel Buesa, fue convertido en pasillo y ha sido cantado por varios de nuestros artistas. Vale la pena recordarlo:

POEMA DE LA DESPEDIDA

José Ángel Buesa

¡Te digo adiós! y acaso te quiero todavía,
quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No se si me quisiste, no se si te quería,
o talvez nos quisimos demasiado los dos.

A Margarita Debayle

Ya hemos hablado de Rubén Darío. Ahora quiero presentar una poesía de él que es un tierno cuento infantil, que vale la pena recordar.

Margarita Debayle Sacasa de Pallais, nació el 4 de julio de 1900 en León, Nicaragua. Fue hija del Dr. Louis Henri Debayle, conocido como “el Sabio Debayle”, un importante Médico nicaragüense que estudió en París, Francia, y regresó a Nicaragua con una máquina de Rayos X, que lo ayudó a dar diagnósticos certeros que le valieron su apodo. Su madre, Doña Casimira Sacasa Sacasa de Debayle fue hija del Presidente de Nicaragua en esa época, Roberto Sacasa y Sarría y hermana del posterior Presidente, Juan Bautista Sacasa y ligada por lazos familiares con la mayoría de las familias de rancia aristocracia de León, la segunda Ciudad más importante de Nicaragua.

El Doctor Debayle fue el Médico de cabecera de Rubén Darío y en 1906 fue invitado a la casa de verano de la familia Debayle Sacasa en la paradisíaca Isla del Cordón. Fue allí, en una tarde, cerca de la playa, que sentado en una roca, Darío escribió esta hermosa poesía a la entonces niña Margarita, quien le había pedido que le escribiera un cuento en verso.

6 comentarios

  1. Recien lo leo Veo que tiene tiempo Me parece extraordinario el poema, digno de difundirlo Mis sinceras felicitaciones No te conocia esta vena artística Saludos

  2. RECORDÉ COMO CANTABA EN LA PRIMARIA Y SECUNDARIA EL HIMNO PATRIA. HOY QUE HE LEÍDO ESTA POESÍA, LÁGRIMAS SILENCIOSAS HAN RODADO POR MIS MEJILLAS. ADORO MIS RECUERDOS CUANDO NOS ENSEÑABAN Y APRENDIMOS A AMAR NUESTRO SUELO, HONRARLO Y RESPETARLO COMO A NUESTROS PADRES. ¿QUE HA PASADO CON LOS HOMBRES Y MUJERES MADUROS QUE NACIERON EN LOS SETENTA?. HOY SE CREE SENIL Y DESMEMORIADO A LOS QUE HEMOS LLEGADO A LA EDAD DE » ADULTOS MAYORES». NO SE NOS RESPETA NI POR LA CONDICIÓN DE MUJERES, MAESTRAS, O VIEJAS. NO ME DISGUSTA LA PALABRA, ES LA REALIDAD. ME APENA LA POBREZA ESPIRITUAL DE LOS HOMBRES MADUROS QUE NO CEDEN EL PASO, EVITAN TRATAR AL VIEJO. EN MONTAÑITA EL POBRE VIEJO ES SENTADO EN LA PUERTA DE SU CASA Y SOLAMENTE ACUDEN A VERLO PARA VER SI ESTÁ COMIENDO O SI ESTÁ RESPIRANDO TODAVÍA. TENGO UN VECINITO DE 96 AÑOS QUE SALE CON SU LENTO ANDAR A LIMPIAR LA PLAYA EN ESO DE LAS CUATRO DE LA MAÑANA Y MUCHAS VECES CUANDO REGRESA CON BOTELLAS DE PLÁSTICO RECOGIDAS SALUDAMOS CON MUCHA DULZURA. SE LLAMA PAQUITO, Y ES DIGNO DE EJEMPLO, PERO SIEMPRE PASA SOLO Y MI ESPOSO Y YO TAL VEZ SOMOS LOS ÚNICOS VECINOS CON QUIEN ÉL COMPARTE UN SALUDO O UNA SONRISA. POR ESO CUANDO HE LEÍDO ESTE POEMA ME PARECIÓ MUY TRISTE. YA NO RECONOZCO A MI PATRIA.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×