20 abril, 2024

He aquí el drama humano

Las siguientes líneas son una recopilación de lo propuesto en el documental “What the bleep do we know?” junto con mis apreciaciones personales. En el mismo se abarcan diversos temas desde distintas ramas de conocimiento como son la física cuántica, la bioquímica, la psicología y la espiritualidad.

En términos sencillos, la física cuántica es la física de las posibilidades. Sus principios básicos se pueden resumir en dos: El primero es que las partículas intercambian energía en múltiplos enteros de una cantidad mínima posible (el llamado quantum de energía.) El segundo es que la posición teórica de las partículas está dada por una función probabilística. Por ejemplo, cuando alguien va a patear una pelota en una determinada dirección, no posee una sola opción de tiro, sino todas las opciones al mismo tiempo. A esto se le conoce como superposición.

Este segundo principio otorga a la física cuántica una mística más allá de lo científico si se lo traduce en términos de la realidad humana. Ante dicho vocablo, brotan preguntas como: ¿qué es la realidad? ¿por qué estamos recreando constantemente la misma realidad? ¿para qué estamos aquí?

Se piensa que lo que acontece dentro nuestro crea lo externo. Solo vemos lo que creemos que es posible y lo posible está regulado por el pasado; es decir, por la memoria. Así, las experiencias previas parecieran configurar el marco de las experiencias presentes, equiparando lo posible con lo conocido, lo cual empobrece drásticamente la naturaleza de la realidad, ¿no?

El cerebro no reconoce la diferencia entre lo que ocurre en el ambiente y lo que recuerda porque en ambos casos se activan las mismas conexiones neuronales. Este hecho podría responder la interrogante de por qué recreamos constantemente la misma realidad. Al parecer, los seres humanos tomamos el pasado como una predisposición para el presente. La historia se escribe así, una y otra vez, con las mismas faltas horrográficas…

¿Somos realmente presos del pasado?… Si consideramos la realidad como algo concreto y tangible, somos impotentes, no la podemos cambiar. Sin embargo, si la consideramos una posibilidad, surge la pregunta: ¿cómo puedo cambiar mi realidad?

En este punto es importante resaltar el concepto de awareness, o plena conciencia. Hay demasiados recuerdos que empañan nuestra visión y nos aíslan del aquí y el ahora. La conciencia es el fundamento del ser. En el documental muestran un estudio de cómo la intencionalidad de un pensamiento podía modificar la estructura de una molécula de agua. Lo cual nos pone a pensar, si un pensamiento puede hacer eso con el agua, ¿se imaginan qué podrá hacer con nosotros? Y en efecto, nuestra salud, nuestro trabajo, nuestras relaciones, todo es producto de lo que pensamos.

Ante ello, uno de los científicos afirmó: Me despierto en la mañana y conscientemente creo mi día de la manera que quiero que ocurra… Debemos formular lo que queremos y estar tan concentrados y enfocados en eso, y ser tan conscientes de eso que perdamos la noción de nosotros mismos, del tiempo y la identidad. Y en cuanto nos involucremos tanto con esa experiencia que perdemos la noción de todo, esa imagen es la única real. Y habremos obtenido lo que queríamos.

Ahora bien, ¿dónde entran la bioquímica y las emociones en todo esto? Nuestro cerebro opera según un principio de asociación, enlazando las ideas y sentimientos con los eventos cotidianos. De esta manera formamos en nuestro interior modelos de cómo es el mundo; las experiencias del ambiente por tanto están “coloreadas” por las experiencias propias y su consecuente respuesta emocional.

Ante un estímulo cualquiera, como un pensamiento, las células nerviosas que se disparan juntas, se conectan y si se convierte en un hábito, formarán una relación a largo plazo. En términos cotidianos: Si te enojas, retraes, o sufres diariamente, estás reconectando y reintegrando esa red neuronal.

Para cada estado emocional, existe una neuro-hormona producida por nuestro cuerpo. Químicamente, las emociones están diseñadas para reforzar algo en la memoria a largo plazo. Un sobre-reforzamiento podría disparar una adicción. Entonces empezaremos a crear situaciones que satisfagan el ansia bioquímica de nuestro cuerpo… y el adicto siempre necesitará un poquito más para alcanzar la euforia.

“¿Estamos enamorados de una persona específica o de la anticipación de las emociones a las que estamos adictos? Esa persona podría fallarnos en cualquier momento, ¿y eso no cambiaría nuestra perspectiva emocional sobre nuestras necesidades e identidades personales?”.

La opinión de uno de los expertos del documental es que si no podemos controlar un estado emocional, debemos estar adictos al mismo. Esto me lleva a cuestionar sobre el origen de las adicciones. Explican el mecanismo de las adicciones pero no su procedencia. ¿Nacerá a partir de lo externo en las interacciones con el ambiente o será más bien producto de una condición bioquímica interna?

Más allá de ello, ¿cómo eliminamos las adicciones? De modo inverso, las células nerviosas que no se disparan juntas no se conectan. Cada vez que interrumpimos el pensamiento que produce una repuesta química en el cuerpo esas células rompen su relación a largo plazo. Cuando empezamos a interrumpir y observar los efectos de los pensamientos en la bioquímica de nuestro cuerpo, dejamos de ser esa persona emocional condicionada a la rutina automática de series Estímulo-Respuesta.

Así se va moldeando la posibilidad de un nuevo paradigma: somos más grandes de lo que creemos. El universo es más grande de lo que creemos. Para la persona corriente que considera su vida aburrida y exenta de inspiración es porque no ha hecho ningún intento para ganar conocimiento e información que lo inspire. La reconexión cerebral nos cambia de adentro hacia afuera. Si cambio de ideas, cambiaré mis decisiones. Si cambio mis decisiones, cambiaré mi vida.

En definitiva, ¿para qué estamos aquí? Nuestro propósito es desarrollar nuestros dones de intencionalidad y aprender cómo ser creadores eficaces. Hacer algo de esta vida. Reconocer el lugar donde tenemos elección. Reconocer la mente.

“Eres un dios en proceso y tienes que recorrer este sendero. Algún día tienes que amar lo abstracto tanto como amas la condición de la adicción. La única manera de convertirte en una persona maravillosa no es haciendo algo por tu cuerpo sino por tu mente”.

A fin de cuentas, la vida es eso: una decisión a tomar basada en el amor o el miedo. He aquí el drama humano.

Artículos relacionados

Cosas que jamás me dijeron sobre tener una hija

Hay miles de libros que te preparan para ser papá, te dan tips para sobrevivir a los primeros meses del bebé, te dicen con precisión qué ocurrirá mes con mes, año con año, pero nunca te preparan para las cosas que vivirás al convertirte en papá de una niña. Esto es lo que hay en el corazón de cada papá que se ha enamorado por segunda vez al conocer a su hija.

Jamás me dijeron que en el instante en el que la viera por primera vez, la preocupación por mantenerla alejada del dolor se apoderaría de mi para siempre.

Jamás me dijeron que el rosa, el morado se convertirían en mis colores favoritos.

Jamás me dijeron que las reuniones del té, el maquillaje, los tubos en su cabeza y sus Barbies serían mi pasatiempo favorito.

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×