29 marzo, 2024

Prueba y Error

Pecho inflado, sueldo ganado
Siempre en mi ruta, bien caminado
Aplausos y gestos reconfortantes
En mi rostro un buen semblante

Con cada vuelo sentía ganar
Y en cada escenario conquistar
Nunca se extraña sino se pierde
Nunca se sabe hasta que aprendes

Busqué caminos de libertad
Quería vida y también ganar
Un nuevo reto donde encontrarme
Paso tras paso lograron cansarme

Qué pasó, que me golpeó
Que tonto he sido todo cambió
Esta vía nubló la llegada
Ojos al piso, espalda doblada

Mente abierta, mensaje recibido
Suerte tengo de todo lo aprendido
Busco mi ruta y fijo mi compás
Metas fijadas, mi mente está en paz

La vida nos enseña con cada paso que damos.

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Hace unas semanas, a propósito del artículo “Como ser y estar siempre bella”, mencioné otra poesía de Manuel Benítez Carrasco, poeta español que vivió en Guayaquil por 1950 y que nos regaló el hermoso poema “A Guayaquil, barca novia de un río y un mar”, con el que iniciamos esta sección el 25 de julio, día de Santiago de Guayaquil.

Con motivo de las fiestas de Quito, vale la pena disfrutar esta hermosa, torera y erótica descripción de la mujer y la pasión, cuando estamos con aires toreros en la Feria de Jesús del Gran Poder de nuestra Capital, aunque de luto por el martirio que debe sufrir el pobre animal, agonizando todavía más antes de la muerte que clama.

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