28 marzo, 2024

El hombre mediocre

En mi libro de Psicopatología Clínica, describo a la inteligencia como la suma de las funciones mentales.Estas se pueden definir como las capacidades especializadas de la actividad cerebral de cada individuo.

Pensamiento, juicio, memoria, conciencia, percepción, cálculo, aprendizaje, etc. son facultades altamente especializadas que en su conjunto forman nuestra capacidad intelectual.

En la actualidad nuestro cerebro funciona solo con el ocho por ciento de su capacidad total. Funciones como la telequinesia, telepatía y la tele transportación, aún no se han desarrollado y quienes las tienen no son brujos ni extraterrestres, sino personas que por un salto genético generacional, las han desarrollado antes que la mayoría de los seres comunes.

El coeficiente intelectual de la escala de Binet Simon es de 105 Ci. para el ser humano común. Los que tienen una puntuación por encima de esta cifra, poseen una inteligencia superior. Los que tienen un rango de 163 en adelante; son genios.

La inteligencia como cualquier parte de nuestro cuerpo, debe desarrollarse. La forma para que este desarrollo suceda, es mediante el aprendizaje con técnicas especializadas para el crecimiento de estas funciones.

Las inteligencias superiores son poseídas por seres que no son comunes. En países altamente desarrollados hay escuelas especializadas para el desarrollo de estas inteligencias. Mediante un entrenamiento especial, estos genios pueden ir a la universidad a los trece años, estudiar varias carreras al mismo tiempo y obtener doctorados o maestrías.

El desarrollo de sus capacidades es ilimitado, puesto que a mayor entrenamiento, tendrán mayor capacidad intelectual para seguir desarrollando este don.

Sin embargo; supongamos que un niñito de cuatro años haya nacido en el páramo y provenga de una familia de escasa cultura. Si a esto le agregamos que vive de una manera precaria, tendríamos a un niño con grandes desventajas físicos / culturales. Supongamos también que este niño nació con 150 Ci. de coeficiente intelectual. Un ambiente con escazas condiciones de salubridad, alimentación y educación, hará que estructuralmente su cerebro no se desarrolle de acuerdo a la capacidad con la que nació. Si su frágil cuerpo es anémico por estar lleno de parásitos, también la nutrición de su célula cerebral será deficiente para su desarrollo. Y si a estas dificultades físicas le agregamos que no tiene una escuela especializada para desarrollar adecuadamente este cerebro privilegiado, lo que sucederá es que el mismo se volverá un cerebro común como el de los niñitos que carecen de este superdesarrollo.

En este ejemplo, su cerebro superior involucionará hacia la mediocridad porque el medio le impedirá desarrollarse debido a su mala alimentación y la ausencia de escuelas especializadas para que incremente sus capacidades.

No se puede concebir en el siglo XXI, que un profesor de clases a todos los grados de una escuela primaria. No se puede permitir que los implementos técnicos para transmitir la enseñanza sean los mismos que se usaban hace un siglo. Una escuela sin computadora es el semillero de los hombres mediocres.

La inteligencia mediocre es la que no se desarrolla. El mediocre es aquel que no está acostumbrado a pensar y carece de alternativas para generar ideas que le permitan mejorar su vida.

El mediocre lo espera todo. Es un individuo que se acostumbra a que todos sus problemas se los solucione el estado. Agacha la cabeza cuando hace cola en un hospital público. Se arrodilla cuando la justicia lo condena. Calla cuando debe protestar. Acepta ser esclavo para perder su libertad.

El hombre mediocre es un mendigo que vive de la caridad. Es un cómplice del sistema. Se vuelve sumiso, controlable y temeroso por el miedo. Solo le interesa que le den todo sin arriesgar nada. El menor esfuerzo es su religión. Recoger limosnas de quién lo somete. Es un taimado encubridor de un sistema que le impone todo por su miedo. Es un conformista cómodo.

El mediocre acepta todo; espera todo. Carece de iniciativa, es un resignado que sumiso se arrodilla para que piensen por él.

El hombre mediocre es un cobarde que con su silencio alimenta el apetito del tirano.

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3 comentarios

  1. Me encanta leerlo. Siempre muy atinado, y preciso en sus análisis de las personas. Actualmente en el Ecuador los mediocres son legión, si nos fiamos de las encuestas oficiales, a menos que estas sean amañadas. Bravo por tan instructivo artículo.

  2. Lo felicito por exponer el tema de la educaciòn deficiente sin estìmulos que se practicaba en los tiempos de la partidocracia ( especialmente Social Cristiana ). Ahora se esta mejorando en esos temas gracias a la Revoluciòn Ciudadana,

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