25 abril, 2024

Dura Lex… Sed Lex

The Wrath of Justice

Cierta vez, allá por el año 1999, mientras conducía mi vehículo en un Freeway del Estado de New Jersey, y en circunstancias que excedí en 15 millas el límite de velocidad permitido, por tratar de salir de dicha vía en busca de una estación de servicio para ir al baño, fui interceptado por un patrullero de caminos, quien me sonó estrepitosamente la sirena de su vehículo y me pidió que me estacione a un lado de la vía.

El tipo se bajó de su vehículo y me dijo que había excedido el límite de velocidad, me pidió que me baje de mi carro para que vea en su monitor al interior de su patrullero, unos inmensos números rojos que indicaban que supuestamente yo estaba conduciendo a 85 millas/hora, lo cual suponía que mi exceso de velocidad, en relación al límite de velocidad permitido, era de 30 millas/hora, lo cual obviamente comprometía mi licencia debido al castigo; no solo económico, sino en función de los puntos menos en contra en mi record, lo cual me convertía en un seguro candidato a que mi licencia de conducir me sea suspendida en cualquier momento.

Discutí unos instantes con el policía, puesto que según el odómetro de mi carro me indicaba que en ese momento mi exceso de velocidad era de apenas unas 15 millas, y no de 30.

Pocos días después me presente en la corte, pero previamente había conversado con el Fiscal de dicho Estado con la finalidad de negociar mi caso y tratar de salvar aquella fuerte sanción que significaba ese duro castigo a mi licencia de conducir.

Por casualidad, había conocido en la universidad a dicho Fiscal, quien me recomendó que lo mejor que podía hacer era declararme culpable ante el Juez, previo a una explicación de mi parte. Así fue, cuando el Juez me llamó al Estrado, tal cual se estila bajo las normativas del Derecho Ingles, ceremoniosamente me dijo: “Raúl Ramírez, el Estado de New Jersey te acusa de conducir a exceso de velocidad, como te declaras..?” Yo repliqué: “Me declaro culpable, su Señoría, pero con una explicación”.

El juez, un tanto sorprendido me preguntó: “Cuál es tu explicación..?”, yo le respondí: “Primeramente, señor Juez, no es correcta tu apreciación en cuanto al supuesto exceso de velocidad, pues según el velocímetro de mi carro, apenas había excedido dicho límite en 15 millas, y no en 30 como dice el policía”. “Además, excedí dicha velocidad por cuanto necesitaba urgente ir a una estación de servicio más cercana a fin de entrar al baño”.
El Juez, un tanto incrédulo y cauto, me respondió: “Precisamente ayer tuve un caso muy parecido al tuyo, resulta que aproximadamente a las 11 de la noche, en el hospital de esta ciudad se estaba muriendo un paciente de un conocido doctor. Sus familiares lo llamaron urgentemente para que le salve la vida, y prácticamente lo obligaron a que se dirija al hospital en pijama y pantuflas”. “El mencionado doctor, por tratar de llegar a tiempo al hospital a salvar la vida de su paciente, salió velozmente de su casa rumbo al hospital…excedió el límite de velocidad, y luego yo tuve que sancionarlo.

Luego de dicha patética reflexión, el juez me enseñó un ejemplar de Derecho que guardaba en su escritorio, cuyos procedimientos estaban escritos con claridad en dicho compendio, y un tanto sonriente me dijo al final: ¡COMO JUEZ, YO PROCEDO POR ESTO, ESTA ES LA LEY!

Que pasa entonces con cierto segmento de profesionales de la medicina de nuestro país que andan por ahí haciendo temerarias declaraciones a fin de presionar la anunciada Reforma al Código Penal en sus articulo 145 y 146, a través de los cuales, ¡AL FIN! , se penalizará el homicidio culposo, POR MALA PRACTICA PROFESIONAL. Que les preocupa entonces, si se supone que no están, o no estarán dispuestos a jamás transgredir la ley..?

Porque tantas amenazas y tanta manipulación ante la opinión ciudadana que clama justicia. Porque tantos argumentos baratos e incoherentes. Cuál es el problema..? Yo también soy un profesional que debo practicar apego a las leyes que me rigen, así como obviamente me protejo con los derechos que me cobijan.

Sencillo, señores doctores inconsecuentes, muy sencillo. Nadie los tacha de criminales, ni mucho menos, simplemente el país quiere privilegiar la justicia, PARA TODOS Y PARA CADA CIUDADANO. Ya no den manotazos de ahogado, pues al fin ¡SE LES ACABÓ LA FIESTA! ¡LO DIGO YO, EN PRIMERA PERSONA, Y COMO VICTIMA CIRCUNSTANCIAL DE TANTA IGNOMINIA!

Mi más sincero y fraterno abrazo a muchos amigos y familiares médicos, quienes sobradamente sé que no están recurriendo a este famoso pataleo. Eso pues, es solo cuestión de decencia, profesionalismo y dignidad.

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6 comentarios

  1. Las consecuencias de las exageradas penas de la ley van más allá del «pataleo» de los médicos; lastimosamente van afectarle a ud., su familia y a la sociedad por falta de profesionales, exámenes repetitivos y costos elevados.

  2. Miento si digo que he leido la ley.Sin embargo, por lo que Ud. explica,me parece razonable que los medicos,asi como los ingenieros y cualquier otro professional,tengan que responder por sus actos. Todos somos responsables de nuestros propios actos.

  3. Suponiendo queud.sea unmédico cuyoprestigiocomocirujano esmuy alto y seencuentre trabajando enun hospital público. Se produce una cirugía deemergencia yse topa con que quienleva a asistir durante laoperación comoanestesistaud.nilo conoce.Operaría?

  4. No sé, si alguien a estas alturas del partido habra olvidado la historia trágica de CARLITOS?… Una de las tantas victimas del contagio de VIH SIDA en aquella clinica del IESS.Eso es un ejemplode NEGLIGENCIA PROFESIONAL que debe ser penada penada.

  5. Digo con todo respeto que Don Ricardo Escobar está confundiendo las cosas pues, con su criterio, tampoco existirían Ingenieros, Abogados, etc. Además no siento afectarme por esa ley, cuando antes de su promulgación, ya he sido una víctima más.

  6. Solo para preguntarle si el exceso de velocidad en busca de un baño se debió a un incremento del peristaltismo intestinal o para vaciar la vejiga. Su alegato ilumina el concepto de circunstancias atenuantes. Res ipsa loquituur.

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