Uno de los mayores privilegios de mi vida es haber nacido en la ciudad de Guayaquil. Desde que era muy pequeño amé entrañablemente a mi ciudad.
Cada cuadra, cada calle, cada lugar, tienen un significado para mí. Toda la ciudad constituye parte de mi esencia; es el todo de toda mi forma de ser.
En su seno viven mis calles, mis caras y mi gente. Mi propia identidad es la consecuencia de quienes me precedieron. La energía que generaron los Guayaquileños que forjaron la perla del Pacífico, moldearon las características de quienes nacimos en la ciudad del cerro.
Somos herencia de la consecuencia de los que vivieron antes de nosotros. En realidad somos quienes éramos. Tenemos un espíritu indómito que fue labrado con la fuerza de quienes nos antecedieron.
Nuestra característica de ser altivos, trabajadores y emprendedores, es el resultado de la pujanza de quienes nos lo hicieron ser.
No existe en el mundo algo más hermoso que el lugar donde nací. Vivo entre la fuerza de un río y la mansedumbre de un estero.
Mi ciudad tiene su corazón en las casas de su cerro. Camino entre la vida que tienen las calles de su centro. Por sus arterias fluye la pícara sangre de un Guayaquileño lleno de prisas y risas. Un avispado que tiene la necesidad de correr a todas partes. Una urgencia que se liga a una sonrisa franca, de calor y amistad.
Es la picardía criolla de querer hacer las cosas a nuestra manera y no de la manera que se tienen que hacer. Es la necesidad de reunirse en una esquina con amigos para tomarse unas cervezas. Es una pasión que sin razón nos divide entre azules y amarillos. Es una culposa urgencia de arrodillarnos antes dios cuando las cosas no se dan. Es un prometer lo que sea para conseguir lo que sea.
El Guayaquileño es un ahorita regreso, mañana te pago y solo un ratito mi amor. Impuntuales e informales; esa es nuestra forma de ser. Somos como somos por ser siempre como lo hemos sido. Indómitos; ingobernables, buenos amigos.
Eso somos y seremos; esa es nuestra alma.
El Guayaquileño tiene una postura risueña ante la vida y una actitud soberana frente a la muerte.
EL guayaquileno, no se doblega, ante nadie , solo ante Dios,
no permitimos que nadie nos quite lo que nos pertenece.
A la perla se la mira pero no se la toca.
Mi estimado Doctor, le agrego algo mas:Durante tres años de batallar contra los piratas y en invasor extraño, puso de manifiesto que el Guayaquileño además de generoso, es indómito e incansable defensor de lo suyo, contra los hombres y la naturaleza, por ser LIBRE E INDEPENDIENTE. Luchó contra su peor enemigo, EL FUEGO, que por muchas veces tuvo amenazado acabar con la ciudad, tanto es así que en el año 1896, que nació mi señora abuela, logró consumir algo así como 120 manzanas, cantidad que era casi la mitad de la ciudad, siempre salió adelante, manchada de sangre, quemada, pero altiva y digna de sí.
El Guayaquileño, porque no decirlo, NOSOTROS LOS GUAYAQUILEÑOS, siempre hemos sido defensores de la LIBERTAD, y por ella se lucho el 9 de Octubre de 1820, con lo que se dio inicio al proceso libertario de nuestro país. Generoso, solidario, sincero, filantropo, trabajador, acérrimo defensor de su terruño y obsesivo defensor de la LIBERTAD E INDEPENDENCIA, son, entre otras, las características del ser guayaquileño. Desgraciadamente como en todo sembrío, está infiltrado por lacras y defectos, pero superando esas desgracias, y sobre ellas, a los guayaquileños lo adornan las virtudes expuestas y muchísimas más, a las que jamás han renunciado y no renunciarán. Primero morir que abdicar de su raíces históricas. Hay que defender Guayaquil, a costa de nuestras propias vidas.- GUAYAQUIL POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE.
Estimado MIKI, compañero te felicito por tus palabras de gran sentimiento
hacia nuestra ciudad, te felicito y
continua adelante. Atentamente
Así somos.
Guayaquil ….. libre…… independiente .. y…. autónomo….. carajo
Que alegria leer este articulo escrito por el guayaquilenaso hijo de Chicken Palacios y mi amiga Maruja Frugone.
Efectivamente los guayaquilenos somos
diferentes, cuando nos presentamos y viene la consabida pregunta»de donde eres»la respuesta es DE Guayaquil, no
primero ecuatoriano, primero que nada
Guayaquileno, la Patria chica y luego
el Pais Ecuador.
Tu mama y tus tias eramos vecinas y
amigas desde ninas, preguntale a ella
yo vivo aca hace 61 anos pero sigo
siendo tan guayaquilena como el Cerro
Santa Ana, Las Penas, El Hemisciclo de
la Rotonda y el arroz con menestra.
Un abrazo mi querido mono.
la r
Me parece que como siempre, nos llena de entusiasmo los comentarios que genera tan talentoso profesional,ojalá fuera posible que su comentario al día día,se diera con más frecuencia.
USTED SIGA VIVIENDO LA PELICULA DEL PASADO PUES ACTUALMENTE YA TODO ES DIFERENTE PUES YA CASI NO QUEDAN GUAYAQUILENOS, NOS FUIMOS EN BUSCA DE OTROS HORIZONTES, PUES EL GUAYAQUILENO ES UN TROTAMUNDO.