23 abril, 2024

Correa VS Correa

REUNIÓN DE TRABAJO CON EMPRESARIOS

No voy a referirme a la relación entre el presidente y su hermano mayor. Es la lucha que el
Presidente ecuatoriano ha instaurado entre sus acciones del frente interno y externo lo que ocupa
mi atención. La historia incuestionablemente premia a aquellos gobiernos que con éxito logran
mantener un saludable equilibrio en la administración del frente interno y externo del estado.

Hace pocos días, una efectiva cadena nacional hipnotizaba a ecuatorianos con imágenes y
mensajes de reconocidas personalidades extranjeras, quienes desde el exterior analizaban
y realzaban los logros que en el orden interno el gobierno de la revolución ciudadana ha
conquistado. Algunos incluso, decían los personajes invitados, constituyen logros ejemplares
para la comunidad internacional y de orgullo para los resultados de la revolución ciudadana.

Efectivamente, en el orden interno, exitosos procesos como el notable avance en la
infraestructura vial del país que jamás ha disfrutado de una red de la magnitud y calidad de
la que el gobierno de la revolución ha desarrollado. Este constituye un importante bono para
la carta de presentación del gobierno ante decenas de miles de ecuatorianos que son diarios
usuarios de este indiscutible logro.

En política tributaria, se refleja un positivo cambio en la cultura de los ciudadanos, el incremento
de la base de tributantes y el proceso de institucionalización del organismo, son logros
importantes.

En seguridad social, se ha logrado una valiosa ampliación de asegurados y aportantes. Un
beneficio del que claramente son beneficiarios los estratos económicos medios y bajos de la
población.

Los cambios emprendidos en el mejoramiento de los estándares educativos secundarios y
universitarios, aunque todavía en su etapa de incubación, apuntan a robustecer al más importante
de los elementos que requiere el desarrollo a largo plazo de un país: la educación de su juventud.
La recuperación institucional del Registro Civil y su transformación en un modelo institucional
de excelencia, es otro de los procesos de cambio que se han materializado con éxito.

La Corporación Nacional de Telecomunicaciones ha reconquistado en su proceso de
institucionalización la fe de los ecuatorianos en que los procesos y proyectos públicos pueden ser
tan exitosos como los del sector privado, sin perder necesariamente su enfoque social.

Utilizando políticas internas, hemos visto como se logró una exitosa restructuración de la deuda
externa con la respectiva reducción de la demanda de recursos para su servicio. Igualmente, la
reingeniería en las relaciones con ciertos organismos multilaterales, cuya burocracia se encuentra
infiltrada de funcionarios de egos ofensivos a la soberanía de sus estados miembros. Ambas, son
conquistas que ningún gobierno anterior puede reclamar para si.

La defensa ecológica mediante la presentación del proyecto Yasuní ITT ha sorprendido
positivamente al mundo. Aunque con lentos avances, la idea no deja de ser loable.

Posición especial en los logros del gobierno se merece el proceso de rescate a un importante
y hasta hace poco olvidado grupo de ciudadanos. Proyecto exitosamente emprendido desde la
Vicepresidencia de la República y que enorgullece casi unánimemente a los ecuatorianos.
Lamentablemente, en el ámbito internacional, muy por el contrario, son pocos los aciertos
citables que cosecha el presidente Correa. Más allá de temas de integración regional, la política
externa ha logrado cultivar bulliciosos amigos que siembran incomodidad y controversia en la
arena internacional. Se ha adquirido las malas mañas de terceros, sin lograr entender que en boca
cerrada no entran moscas y que en diplomacia el lenguaje utilizado es el más importante de las
herramientas.

La política de soberanía, autodeterminación y anti imperialismo está ocasionando una bola de
nieve que crece peligrosamente con el rodar del tiempo y de las circunstancias. La mala asesoría
de una Cancillería que insiste en demostrar que en ocasiones confunde peleas callejeras con
relaciones internacionales, está arrastrando a nuestras relaciones con el primer mundo por una
corriente que inequívocamente la dirige a una especie de cascada de libre caída.

No es que la posición de política internacional esté necesariamente basada en un mal concepto,
es el mecanismo escogido para defenderla que está profundamente errado. Es un error considerar
el abuso verbal como sinónimo de soberanía en las esferas diplomáticas. Es negligente dar la
espalda a tus socios naturales, a quienes comercian contigo y cobijan a tus hijos, hermanos,
primos y compatriotas. Es una pésima estrategia asociarte e identificarte con los enemigos de tus
amigos. Claro, esto funciona si se los quieres irritar y alejar de tu círculo.

El error de procedimientos de la oficina del ministro inglés William Hague, seguramente le
pasará una factura profesional que marcará al diplomático británico por el resto de su carrera.

El apoyo de Unasur y de la OEA a la tesis ecuatoriana de inviolabilidad del recinto diplomático
será un duro golpe a su ego personal. Un error garrafal basado en la misma pasión obscura
que obliga a relucir a flor de piel tanto a sentimientos exageradamente imperialistas como anti
imperialistas. En ambas situaciones, la pasión desenfrenada se torna negativa y peligrosa. Un
error que Ecuador no puede utilizar para opacar perennemente un desliz de decisión al otorgar
asilo a un ciudadano extranjero, que hasta ahora solamente es requerido para aclarar un delito
común en un país donde el sistema judicial es infinitamente más prestigioso que el nuestro, y
cuya defensa exageradamente argumentada por el Canciller y el propio Presidente, ha ofendido
innecesariamente a Suecia y acusado incómodamente a los Estados Unidos.

Es verdad, existen injusticias en la arena internacional, pero siempre es necesario que
primeramente se limpie la casa puertas adentro para luego criticar la vivienda del vecino. La
visión del mundo fuera de la ideología del Socialismo del Siglo XXI y la fluidez de un florido
lenguaje que no agrega valor en las relaciones internacionales podría pasarle una desagradable
factura al Presidente y candidato Correa. Esta es una posibilidad que no debe alejar de entre sus
prioridades de análisis.

Los hechos demuestran que la batalla más difícil por superar del Presidente se reduce por
ahora a esa lucha que parece tener el Correa nacional versus un cuestionado Correa en la arena
internacional.

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La hombría

El concepto de hombría ha sido absurdamente tergiversado por el hombre. Se considera sinónimo de adrenalina, de potencia, de machismo, y en realidad no hay nada más alejado de ello. “No eres hombre si no te tomas este trago.”, “No eres hombre si no te levantas a esa chica.”, “No eres hombre si no haces esto.“, son algunas de las estupideces con las que pretendemos que un amigo cometa tal o cual acto reñido con la moral o con la lógica. Sólo el tonto que no tiene criterio propio y necesita de la aprobación de los demás para sentirse hombre, puede caer en esa trampa para idiotas.

El hecho de beberse una botella de alcohol, de correr un riesgo innecesario, de matar o violar, no demuestra que uno sea más hombre que otro. Es más, en realidad lo que demuestra es que es más estúpido de lo que parece, pues creer que su hombría se mide por el riesgo, o por determinado acto, lo único que demuestra es que aún no alcanza la madurez suficiente para pensar.

No hay comentarios

  1. Si,Admiro al `Presidente. es tan a la medida nuestra, armoniza con nuestro sub desarrollo. Y logicamente se enemista con los paìses desarrollados.

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