19 abril, 2024

Pep

Pep Guardiola

No soy ni he sido fanático del fútbol. Soy socio jubilado del Club Sport Emelec, porque cuando era joven era el único Club que tenía cancha de hand ball, deporte que me gustaba practicar , pero el fútbol es un deporte que reconozco que es apasionante y que provoca reacciones de fanatismo entre los seguidores de los diversos clubes.

Siempre insistí en broma ante mis amigos barceloneses que yo no podía ser barcelonés por cinco motivos: 1.- Barcelona es pueblo… y hay que distinguirse. 2.- Barcelona ha estado con muchas dudas. En un tiempo, hace un par de años, quiso ser un equipo de Pichincha, luego un equipo de la Provincia de Santa Elena y yo soy guayaquileño. 3.- “Amarillo como el sol…” ¿Qué es más grande? ¿El sol que es amarillo o el cielo que es azul? 4.- ¿Cuál es el símbolo de Barcelona? El toro. A mí no me gustan los cachos. ¡Allá los cachudos! , y 5.- Es cuestión de definición. Cuando yo era chico, no había ecografías y si el bebé que nacía era varón lo vestían de azul, si era mujer, de rosado y si no se sabía por dónde iba a despuntar, de blanco, amarillo o verde.

Me gustó el “jogo bonito” del Brasil de 1958 por la alegría y la vistosidad del juego y hace unos dos años volví a sentir interés por el fútbol, al ver que ese tipo de juego volvía. Tuve la suerte de conseguir aquí en Guayaquil, un ejemplar del libro “El liderazgo Guardiola”, de Juan Carlos Cubeiro que relata el estilo de entrenamiento y de dirección de equipo de Josep Guardiola y habla sobre la Massía, y que considero un verdadero tratado, no para entrenadores de fútbol, sino para gerentes y directivos de empresas. En este libro, se habla de muchas cosas, incluyendo las opiniones de los jugadores que han sido dirigidos por él, de cómo formó a Messi y a otros jugadores, de su forma de armar el equipo y de sus explicaciones del porqué y cómo escogía y hacía equipo.

La gran ventaja sobre el resto del fútbol del mundo que tiene el Barcelona de España está basada en la Massía, es decir en la escuelita de fútbol que ya varios han copiado, donde van moldeando, preparando y escogiendo a los jugadores que luego pasan a la primera división del equipo, pero si hablamos con la realidad y con la verdad, debemos reconocer que hay algo más y muy importante. Basta con ver al Barcelona entrar a la cancha para darse cuenta de la obra gigantesca de Guardiola. Es un equipo alegre, que entra al campo no a ganar, ellos entran a divertirse, a jugar por amor a lo que hacen. Ellos no se contentan con ganar 1 a 0 o con cualquier marcador. Ellos entran a divertirse y si hay como, ganar 6 a 0, o con cualquier otro marcador superior.

Da pena cuando vemos a nuestros jugadores que logran meter un gol y se repliegan para defender a capa y espada ese triunfo pírrico y ajustado, como que si lo que importa es sólo ganar. Los del Barza buscan divertirse y no dejan de hacerlo durante todo el partido. Esto es, para mí, el renacer de un deporte de emoción, un juego vistoso y agradable. Es más, no importa el resultado, pueden hasta perder el juego, pero no la diversión. Es importante ganar, pero más es divertirse y dar un espectáculo que quede grabado en las retinas de todos los espectadores. ¡Qué agradable es ver un juego de fútbol en el que los dos equipos se entregan con pasión, sin juego brusco, con inteligencia y jugadas brillantes a jugar verdaderamente fútbol!

Para mí, Josep Guardiola es una época en el fútbol mundial. Pueden haber entrenadores más técnicos, más brillantes, más lo que sea, pero nunca lo he visto luego de perder un partido llorar, rabiar o insultar. En lo poco que he visto de fútbol, hay sólo dos entrenadores que me han llamado la atención: Guardiola, que está dejando el Barza y Ferguson, del Manchester United por más de 25 años. Hay gente que me dice que Cruiff también. No lo vi dirigir, de modo que no puedo opinar.

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Cuando llegué a la feria me estaban esperando mis hijas Lidia y Paula. Se encontraban algo molestas y dijeron: “mami ya no hay stands en “autores nacionales”. Me indigne.- ¡Vine ayer!-les dije – ¡Los organizadores me insistieron que no podía dejar reservando mi espacio! Supuestamente hoy llegábamos aquí y nos instalábamos y listo. ¡Qué horror! Voy a buscar a alguien para solucionar este problema. Mis indignadas hijas se quedaron esperando sentadas en un banquito de metal, “cuidando los libros”, bajo un sol inclemente

Claro que sí, los organizadores solucionaron el problema. Para calmar mi actitud llena de enojo, los organizadores de la feria me ofrecieron compartir el stand con “el libro de Jefferson Pérez”. ¿Qué le parece? ¡Una ubicación privilegiada! Acepté. Nos instalamos al mismo tiempo que los vecinos con quienes compartiríamos el stand, el esposo e hijos de Sandra López, la autora de “Nardo y los zapatitos de oro” (“el libro de Jefferson Pérez”). Para mis hijas y para mí fue el inicio de una jornada de arduo trabajo, de días que de repente y desde el principio se nos volvían inacabables, pero de una experiencia extraordinaria. “Abrir y cerrar la tienda” era la frase de cada día durante aquel mes de julio.

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  1. Mi estimado,Jose Fernando. Estaba res-
    pondiendo a mi amigo Gabriel Pino Negron
    que publico su articulo en el Fb pero
    bueno que le escribo directamente a usted. Yo si soy fanatico de futbol. Fui arbitro de futbol, campeon universitario de la U. Catolica por 2 ocasiones. Veo que le gusta el buen futbol, Barcelona F.C y Manchester United. Tengo 10 años fuera del pais, pero le juro que he puesto un Olmedo-Emelec en la TV en vez de un Villarreal-Barcelona. Le pido que revise los archivos de la FIFA y vea quien es el mejor equipo ecuatoriano del siglo XX.
    Un respetuoso saludo.

  2. Estimado José Fernando:

    Soy Barcelonés de nacimiento (mi tio Carlos Sangster fue capitan del equipo de futbol en 1926 y yo Presidente en 1975) Pero te puedo asegurar que no tengo el mismo gusto de las vacas. Debo aclararte que nunca fue el toro el simbolo de Barcelona. Siempre, desde pocos años despues de su fundacion, Barcelona se identifico con el TORERO, con su elegancia, su bravura y su garra y donaire. Lo del toro fue una mas de las «novelerias» de la Presidencia de Isidro Romero (otra fue ponerle su nombre al estadio en una muestra de «modestia» que felizmente no ha estado presente en otros ex presidentes, aunque otritos la embarraron mas con eso de «estadio Banco del PICHINCHA»)Critique a la peregrina idea del toro, no solo por los cachos, sino porque finalmente -hasta que aparecio Rafael Correa-, siempre termina….¡MUERTO! (aunque ahora es peor porque muere escondido en los corrales y sufriendo más)¡Que imagen para un equipo que se supone triunfador!
    Por otro lado comparto tu forma de ver el futbol y por ello me alegro de ver que Emelec, a pesar de no ser ya ese «Ballet Azul» de juego tan vistoso, juega ahora con algo que se supone era la característica de Barcelona: ¡GARRA!
    Asi lo he visto ganar y empatar algunos partidos y me alegro por ello. Quiero ver a Barcelona Campeón, pero, por encima de todo soy Guayaquileño y Emelec es mi segundo equipo. Espero que este año podamos ver a Barcelona Campeon y a Emelec Vice campeón

    Saludos

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