16 abril, 2024

El Gran Amarre de la Revolución

Amarre según la Real Academia de la Lengua significa “acción y efecto de amarrar o amarrarse”. En nuestro país, la misma Academia nos explica que esta palabra tiene otro significado adicional, el cual es: “treta” o “componenda”. Pues bien, desde hace cinco años ya en tiempos de la revolución, no solo que sus actores han sabido entender bien el significado de esta palabra, sino que la han sabido aplicar en el quehacer político ecuatoriano en toda su extensión.

No es de sorprendernos que los iluminados de la revolución amarren en todo y a todos para sacar su proyecto político adelante, y es que si nos ponemos a recordar un poco esto de los amarres, los mismos comenzaron desde el primer año, cuando amarraron con los manteles (me refiero a los diputados) para poder aprobar ciertas leyes y así dejar afuera a los que no querían ser parte de esta revolución.

Y es a partir de este amarre magistral que lo llevo a cabo un ex amarrador oficial (Gustavo Larrea), el mismo que, luego fue echado del gobierno por haber sido involucrado en amarres con las FARC, que la revolución fue amarrando todo a su alrededor para imponer una visión que no entorpezca su proyecto político venido y apoyado desde tierras llaneras con el membrete de “revolución”

Lo que no me queda claro es, ¿Qué tiene que ver el acto de amarrar con la democracia? Se supone que en un Estado de Derecho los poderes son independientes y respetados, las leyes consensuadas, la prensa respetada y la seguridad jurídica y ciudadana impulsada. Pero lo que vemos desde hace cinco años es un gran amarre que lo único que hace es encubrir casos de corrupción, reciclar a los mejores amarradores de la revolución, distorsionar cifras económicas y sociales a su conveniencia, eliminar la independencia de poderes, e insultar y difamar a los ciudadanos que han osado alzar la voz contra este gran amarre de la revolución.

La prensa libre e independiente no ha escapado a los ataques totalitarios de los iluminados de este gran amarre. Y en vista que les ha sido muy difícil lograr su sumisión, no se les ocurrió mejor cosa que atacarlos, desprestigiarlos y amenazarlos, con tal que dejen en paz el camino de esta revolución. La prensa a partir de este gobierno y por dictamen del amarrador oficial, no será buena sino está de acuerdo con los designios del jefe de la revolución.

A pesar que ya han pasado cinco años de amarres continuos en el gobierno de las “manos limpias y corazones ardientes”, su capacidad para sorprender a los demócratas de corazón no tiene límites ni estupor:

  • Fiscal General, amigo personal y ex abogado del mayor amarrador, elegido a pesar de todos los cuestionamientos a su candidatura y vicios en el proceso de elección.
  • Procedimiento de aprobación de leyes, donde el ejecutivo tiene la última palabra para amarrar las mismas a su conveniencia, sin consensos, atropelladamente y burlándose de la nación.
  • Amarres de última hora para cambiar a su conveniencia el Código de la Democracia, para así poner las reglas de juego en las próximas elecciones a su favor.
  • Ex subversivos de Alfaro Vive Carajo, unidos en un amarre de esos que se dan hoy en día, para hacer politiquería, con la memoria del Viejo Luchador, todo con miras a las futuras elecciones. Esto a cambio algunos puestos en el gobierno de la revolución.

Y quizás, me temo yo, un gran amarre en la función judicial, que garantizaría a los actuales amarradores de la nación, que nadie ose enjuiciarlos por los abusos que hubiesen cometido en el país.

Posiblemente, muchos piensen que era y es necesario este amarre revolucionario para generar mejores condiciones para los ciudadanos de la nación. Sin embargo, la delincuencia continúa matándonos, secuestrándonos, e intimidándonos. La falta de empleo está presente en todas las ciudades del Ecuador, y la salud pública, aún continúa con graves falencias que afectan a los sectores más pobres de la nación. El único resultado exitoso de este gran amarre ha sido el ataque a la Libertad de Expresión y Pensamiento, donde la obra física de esta revolución, es pagada con el silencio y miedo de la población.

Sólo espero que todo el dinero gastado por la revolución para amarrar todo a su alrededor, no nos haga falta para generar más bienestar, salud y seguridad para la población. Algún día sabremos, si este gran amarre valió la pena en el Ecuador.

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  1. He aquí la diferencia: Estudiantes que obtuvieron el mejor puntaje (213): 117 en Pichincha (55%); 22 en Imbabura; 12 de Chimborazo; 10 en Tungurahua; 8 en Azuay; 8 en Loja; 6 en Cotopaxi; Manabí, Esmeraldas y Santo Domingo, 4 cada una y en Guayas, la provincia más poblada del País, fueron 3 (TRES) (1,5%). El nivel educativo, se corresponde con el cultural.

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