18 abril, 2024

El infinito no termina en ti…

“Desde el momento en que me despierto, antes de ponerme el maquillaje, rezo una pequeña oración por ti… Para siempre y por siempre, te quedarás en mi corazón…”

“I say a Little prayer” canción de Aretha Franklin e interpretada espectacularmente por Whitney Houston y Natalie Cole, bella canción de un amor… con la alegría y la esperanza de rezar cada día y por cada pensamiento, una pequeña oración… por ti.

Sabiendo que el infinito no termina en ti, ni en ese amor ni en mi propio corazón. El infinito, el amor de Dios que no termina, pero si empieza en esa intención generosa, entregar nuestros mejores deseos a quien amamos.

El alma es la hoja en la que se trazan todas las perspectivas de la vida, y “…mientras viajo pienso en nosotros…rezo una pequeña oración por ti…”

La perspectiva de una vida que invita a cultivar todos los elementos que guardamos en nuestro ser, tenemos tanto, por algo debemos empezar.

Capacidades que existen y necesitan ser reconocidas más allá de las dimensiones físicas de la realidad. Amor, intuición, percepción, vitalidad, personalidad, conciencia, comunicación, voluntad. Necesidad de reconocer que la mayor gloria humana no es razonar y pensar, supuesta diferenciación de las especies. La máxima gloria es el retorno del alma a Dios, a ese Dios que el ser humano puede encontrar dentro de sí: “Dioses sois”.

Intuyo, el infinito no termina en ti, ni en el fondo de mi corazón. Debo poner las manos en la tierra, tomar agua, cantar, bailar, trabajar, vivir. Algo hace que brille mi corazón. Es la luz del amor. La luz de ese amor, reflejo del amor del Dios que también eres. “Para siempre y por siempre te quedaras en mi corazón”

No resistir. Estar abierto a todo para saber que siempre hay más…desatar las cadenas dogmáticas, atarnos a la libertad del corazón eterno…ser como niños, cada día hay algo nuevo, esa es la magia de la vida.

La luz del amor ilumina el camino y te ayuda a entender tu propia forma de sentir la vida, tu manera de enfrentarte con los desafíos. Siento lo que sucede, luego pienso en la solución, ¿está de acuerdo a mi forma de vivir?, “…rezo una pequeña oración por ti.” No quiero hacer daño a los que están cerca de mí. Principio natural inamovible. Tomo la decisión y avanzo. A veces se complica todo en el camino, a veces no es fácil. Pero recuerdo que el infinito no termina en ti, ni en el fondo de mi corazón. Las emociones también son necesarias, la vida no es vida sin ellas. Siento una vez más que siempre vivirás en mí.

La ansiedad, no quiero salir de casa. El desequilibrio. La dualidad, mil seres en uno. ¿Cómo vivir en el mundo? ¿Qué es lo apropiado? ¿Cómo tomar nuestro lugar y alinearnos con el flujo del universo? ¿Estamos limitados? El poder de actuar, debo tener una meta. ¿Mente racional o corazón? Debo mirar hacia arriba. Avanzo hacia el cielo, he de alcanzar las estrellas, anhelo divino de la conciencia eterna. Querer brillar, ser mi propia luz. Tengo que hacer lo que tengo que hacer y el mundo reflejará mi propia existencia. Si ahí me equivoco, trataré de no volver a hacerlo. No es una opción no hacerlo. Hacerlo bien, es la diferencia. Trataré de ser la bendición por la cual una persona en algún lugar está esperando. Trataré de ser esa pequeña oración que rezo por ti cada día. Voy a dejar un legado. Retornar al ciclo natural es volver al estado de equilibrio. Haré lo correcto, afirmaré mi vida.

“Cuando haces las cosas correctas para ti mismo, entonces haces lo correcto para todo el mundo. Eso te hace estable y feliz. Si tú eres feliz, todo lo que te rodea está feliz contigo. A quien se le da mucho, también se le da responsabilidad”.

El cambio comienza de la tierra hacia arriba, se inicia dentro de ti y llega al universo. ¿Qué bloquea tu libertad? Sabes que es lo correcto y lo incorrecto. No debo pasar los límites. No sabía, no quería hacer daño. No puedo lastimar a otros porque me he dado cuenta que al lastimar a otros me estoy lastimando a mí mismo. Haré lo que pueda. No es fácil. Y mientras eso ocurre…”rezo una pequeña oración por ti…para siempre y por siempre te quedarás en mi corazón”.

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  1. Es un escrito ESPIRITUAL, que reconoce al SER DIVINO, qe todos llevamos dentro, y al cua debemos IDENTIFICAR los esfuerzos por alcanzar ese Infinito…En realidad el Hombre-Mujer es el ser que hinca sus pies en la tierra para hechar raíces y eleva sus brazos al Infinito como pétalos de una flor en una mañana de primavera. GRACIAS.

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