28 marzo, 2024

Carta Abierta sobre la Consulta Popular. Parte I

Una Constitución es la que organiza la sociedad en que vivimos y nos señala quiénes mandan, qué mandan, por qué mandan, cómo mandan y para qué mandan, además, qué derechos no nos pueden quitar o limitar los que mandan.

Toda Constitución supone un poder que la haga y que, a su vez, tenga capacidad para reformarla. Ese poder lo ejerces tu, yo, nosotros.

Se trata del poder constituyente que ejercemos los votantes al dictar una Constitución nueva y que lo hacemos en una etapa originaria o primaria y que cuando se trata de reformar esa misma Constitución lo desarrollamos en una etapa derivada o secundaria.

Se trata, en definitiva, de un poder, el que ejercemos, constitucionalmente determinado que adopta el nombre de poder de enmienda o reforma constitucional.

Nuestra Constitución lo regula por las normas que constan en los artículos 441 a 444 y establece los procedimientos dependiendo si se trata de una enmienda o de una reforma a la Carta Fundamental.

Enmienda es si el cambio a la Constitución que debemos decidir amerita poco debate, escasa argumentación y más obedece a concepciones de vida que cada uno de nosotros posee.

Reforma es si, por el contrario, lo que vamos a variar de la Constitución requiere un intercambio de opiniones con mayor extensión en el tiempo, con mayor profundidad en el análisis y con razones objetivas que nos determinen a decidir sea por el sí o sea por el no al cambio que nos proponen.

Para conocer, precisamente, la respuesta que vamos a consignar con nuestro voto (el “sí” o el “no”), acerca del cambio a la Constitución, es que se realiza la consulta popular.

La consulta popular por ser la institución mediante la cual se reforma nuestra sociedad, su organización de poder y nuestros derechos debe ser difundida en forma amplia en cuanto a las consecuencias que vendrán de nuestro voto, sea el sí o el no.

De ahí la necesidad de entregarte este instrumento de estudio para que adoptemos la decisión más positiva para nuestros hijos, nuestro pueblo y nuestro futuro como Nación.

PREGUNTAS DE REPASO

Antes de votar tomémonos el trabajo de contestar las siguientes preguntas y adquiramos conciencia que vamos a ejercer un poder en función del futuro de todos:

  • ¿Qué se incluye en la Constitución?
  • ¿Qué poder hace la Constitución y en qué etapa de su ejercicio?
  • ¿Ese mismo poder la puede cambiar y en qué etapa?
  • ¿Cuándo el cambio a la Constitución se denomina enmienda?
  • ¿Cuándo la alteración de la Constitución se llama reforma?
  • ¿Cómo se llama la institución por la que se nos convoca a decir SI o decir NO a los cambios a la Constitución que se nos proponen?
  • ¿Qué vamos a decidir en la consulta popular convocada para el 7 de mayo de 2011?

SOBRE LA FORMA DE LAS PREGUNTAS QUE NOS HACEN

La Consulta Popular se divide en dos grupos de preguntas: el primero se refiere a temas que debemos contestar desde el punto de vista, no de nuestras preferencias personales, sino meditando sobre la libertad de todos la que debemos respetar, apoyar y compartir.

En ese primer grupo hay preguntas que se refieren a cuestiones de índole moral, otras a temas de culturas de sectores poblacionales y alguna que tienen incidencia en cuestiones de derechos y que nuestro voto puede cambiar en detrimento de los mismos.

En el segundo grupo se nos formulan preguntas con respecto a regulaciones jurídicas que el gobierno quiere cambiar y que, precisamente, por saber que no tiene legitimidad para hacerlo nos pide nuestro consentimiento para emprender por esa vía de reforma a la Constitución.

La institución de la Consulta Popular es por lo general democrática, pero no por el hecho simple de consultarnos lo es, se trata con ello de cumplir una condición necesaria, pero que no es suficiente. Lo democrático es connatural a la consulta siempre que ésta cumpla con insertarse en el campo del debate amplio, que involucre el conocimiento pleno de lo que votamos, por qué y para qué lo hacemos en el sentido del Sí o del No y, sobre todo, de las consecuencias que ese voto traerá al Ecuador actual y al futuro de las nuevas generaciones.

Desde este punto de vista escribo esta carta abierta que recoge los razonamientos posibles para decidir nuestro voto, es un simple aporte a la reflexión y que no comunica términos o conceptos técnicos que requieran preparación especializada en Sociología, Política o Derecho. No contiene prejuicios ni conlleva malas intenciones, se trata de un ensayo de razonamiento conjunto.

Es la Universidad llegando con un mensaje amistoso a los votantes de nuestro país.

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Dos Puntos de Vista

Últimamente se han producido dos hechos que merecen un necesario comentario.
El primero se refiere a una semblanza del Guayaquileño, y el segundo a hechos
de verdadero salvajismo cometido, al parecer, por infiltrados que queriendo
celebrar el Aniversario de Fundación de uno de los equipos deportivos de esta
ciudad, cometieron atropellos en contra de los monumentos, parques y jardines
de Guayaquil.

1. LA SEMBLANZA DEL GUAYAQUILEÑO: El ex Presidente de la Asamblea
Nacional, en entrevista difundida por un Canal de Televisión, y refiriéndose
a la forma de actuar de los Guayaquileños, manifestó que el nativo de esta
ciudad era muy franco, impulsivo y que eso le hacía cometer, en ocasiones,
expresiones muy fuertes en contra de sus opositores, por lo que él creía
eran sus opositores, en pocas palabras daba a entender que tendía a
utilizar expresiones peyorativas. Esa afirmación es totalmente falsa, pues, tal
característica no corresponde a la realidad. Tanto es así que basta recordar
al Padre Aguirre, que en las Décimas a Guayaquil, textualmente decía así:
“Manantial de gente amable, cortés, discreta y afable”. O recordar a
Numa Pompilio Llona, Wenceslao Pareja, José Joaquín de Olmedo, Pedro
Carbo, Francisco Campos Coello, Vicente Piedrahíta, el Maestro Historiador
Pedro José Huerta y muchísimos otros más que siempre exhibieron un
lenguaje culto, refinado y lleno de respeto para la sociedad en que vivían.

Cueros afuera

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Dejé por dos meses y algo más esta columna como una suerte de tiempo para refrescar la mente y permitirnos no descansar, pero sí calibrar la óptica de opinión con que se he desarrollado este espacio. Ya de regreso y con nuevos bríos, la salida del intendente general de policía del Guayas, Julio César Quiñónez, trajo cola… y de cuero.

Roberto Cuero Medina ingresó a la Gobernación del Guayas como el primer negro (afroecuatoriano se dice ahora) en ocupar esa distinción. Sin ser guayaquileño de nacimiento eso no obstó para que gozara de la confianza del presidente Correa: Cuero sirvió de ariete revolucionario para molestar a un segmento minúsculo pero importante de la sociedad guayaquileña que cree que las cosas aun se ganan por apellidos, colores y olores. Pero la revolución de Cuero se quedó en los discursos, pues las legendarias y partidocráticas prácticas en Intendencia de Policía y Comisarías de Policía se repitieron y con fuerza.

No hay comentarios

  1. Magnifica idea!…Los temas juridicos estan tan lejos de nosotros los simples mortales,los de a pie, que viene como anillo al dedo un ensayo de esta naturaleza, como usted lo indica. Me voy a sentar en primera fila…muchas gracias.
    Por cierto, no me fue tan mal en las preguntas de repaso.

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