28 marzo, 2024

Una parábola sobre Ecuador

Como decía Winston Churchill “Hay que ser valiente para pararse y hablar, pero también para sentarse y escuchar”. Y ese es un problema que hay en el país todos hablan. Todos opinan; pero nadie escucha. La gente pasa alardeando de lo que acaban de leer y estrangulando las conversaciones con sus citas impertinentes en vez de ser prácticos y escuchar y analizar. Demasiado tiempo ha estado relegada nuestra querida sociedad ecuatoriana en un esfuerzo trágico de vivir en un monólogo y no en diálogo.

Y sumado a esto, los hombres no quieren ser útiles sino importantes. Analizando desde un punto de vista individual podemos estar donde queremos; pero viéndolo desde el punto de vista del bien común, uno debe tratar de estar donde se lo necesita (ayudar). Y estando donde se te necesita, tu trabajo o ayuda siempre será importante. Porque la importancia de un trabajo es relativa a la necesidad de este y no dependiente del título o del cargo que poseas.

Sobre esto puedo ponerlo en forma de parábola. Un pequeño pueblo estaba pasando por una mala época por falta de agua. Había un riachuelo que pasaba por ahí y de este vivían. En la tremenda crisis en que se encontraban, un anciano perdió su empleo como agricultor y fue a pedir al gobernante que le diera algún trabajo.

El gobernante lo quería ayudar y le dio un trabajo insignificante. Le dijo que vaya arriba de la montaña todos los días y vaya limpiando el camino del riachuelo. Y que le pagaría algo por esto. El valor era una miseria pero lo aceptó: no le quedaba más.

Empezó a llegar mayor caudal a la ciudad y poco a poco la gente mejoraba la calidad de vida y a enriquecerse aprovechando esa agua para riego, para algo de industria que había, para las casas y así le salía mucho mas económico a la gente que traer agua de otros lados. Nadie sabía ¿por qué? Pero lo disfrutaban. Decían que el gobernante era excelente y por esto estaban así.

Resulta que el anciano después de diez años de hacer esto enfermó y ya no podía ir todos los días y el gobernante se molestó con él y lo sacó. Y pensó “mejor, así me ahorro ese dinero”, “eso me pasa por tratar de ayudar”. Y jamás se reconoció el trabajo sacrificado de aquel trabajador, quien murió en la pobreza absoluta.

En poco tiempo se fue achicando poco a poco el riachuelo porque se iba llenando de tierra y el pueblo recibía menos agua hasta que volvieron a estar en la pobreza. Habían muchos cargos importantes, muchas comisiones para ver como mejorar el pueblo, sueldazos, expertos y pasaron años y seguían igual y cada vez más desesperados y peor. Si tan solo se hubieran puesto a pensar cada uno de ellos en el bien común que diferencia de pueblo sería.

Esa es en forma simplificada la historia del Ecuador hasta ahora.

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  1. Excelente articulo, este consejo es muy util estimado amigo, HAY QUE DETENERSE A ESCUCHAR Y ANALIZAR, estoy de acuerdo, por eso vengo insistiendo en este periodico y en otros foros que hay que hacer un analisis objetivo de lo que pasa en el Pais y en funcion del analisis objetivo poder opinar y disentir pero con hechos y datos.

    Felicitaciones articulos asi es que aportan al desarrollo porque un buen consejo puede ser mas valioso que una gran critica.

    Saludos

  2. Estupendo articulo, y que lastima que tengamos que contar parabolas para hacer pensar a la poca gente que piensa. Bueno mi querido «Jesu..» siga con sus parabolas para no irnos al infierno.

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