20 abril, 2024

Luis Napoléon Dillon: ¿Patriota o Vengador? – Cuarta parte

El éxito del cacao ecuatoriano hizo que otros países lo produjeran, particularmente las colonias inglesas africanas. Con el ingreso de nuevos competidores, el precio comenzó a bajar. Los hacendados guayaquileños intentaron crear un cartel internacional para detener la caída; representantes hicieron viajes a países productores para proponer el proyecto, pero la idea no prosperó. Como alternativa se creó la Asociación de Agricultores en Guayaquil, con la participación de centenares de productores grandes, medianos y pequeños; empezó a operar en 1913 para comprar toda la producción del país y venderla directamente a los importadores en Europa y Estados Unidos. Esta organización cometió el error de pagar internamente a precio firme, pero vender a consignación. Al año de funcionar comenzaron las críticas y ataques de quienes no simpatizaban con los exportadores o estaban en contra del partido liberal. Como el grano en destino no se vendía, la ADA se endeudó para poder seguir comprando a los agricultores. Su situación económica se hizo insostenible al comienzo de los veinte.

A partir de la segunda década tuvo lugar una serie de eventos que traumatizaron la economía ecuatoriana y la llevaron al borde del colapso; unos fueron de orden externo y otros internos. De los primeros fue el inicio de la Primera Guerra Mundial. Ecuador se retiró del Patrón Oro porque EE.UU y países europeos lo hicieron primero; al no conocer el tiempo que duraría la conflagración europea, los gobiernos consideraron necesario proteger sus reservas de oro. De los segundos fue la paralización del comercio internacional como consecuencia del primero y la detección de la monilla en las plantaciones de cacao.

Los sucesos descritos incidieron en los tipos de cambio del dólar y la libra esterlina. La disminución de las divisas por la caída de las exportaciones, provocó el incremento del tipo de cambio y aumento del costo de vida. En un entorno económico negativo y como Ecuador importaba alimentos básicos, ejemplo la manteca, el pueblo de Guayaquil comenzó a protestar y los sindicatos se unieron a los reclamos tomando acciones, como asaltar la empresa generadora de luz y cortar la electricidad. Posteriormente tuvo lugar el asalto a almacenes, obligando salir a las calles a la fuerza pública para evitar el robo. Hubo exceso de fuerza y gente murió. Este acontecimiento tuvo lugar el 15 de noviembre de 1922.

Al disminuir las rentas públicas, los gobiernos se endeudaron con la Banca nacional, no sólo con los guayaquileños. Otros males económicos del período fueron: legislación aduanera deficiente y anacrónica que entorpeció el comercio internacional, cúmulo de impuestos promulgados sin ningún orden, total ausencia de estadísticas, falta de organización en el sistema de recaudación, permanentes levantamientos que convulsionaron al país y causaron inestabilidad política, social y económica; continuos déficits presupuestarios por falta de planificación y control de los gastos y obligaciones del Estado.

Los opositores del partido liberal culparon a los exportadores y Bancos guayaquileños del desastre económico. Entre los primeros, Luis Napoleón Dillon. Ellos culparon al Banco Comercial & Agrícola, y otros, de hacer emisiones de billetes sin respaldo del oro para satisfacer a los gobiernos. Pero como se ha comentado anteriormente, por decreto la Banca nació para prestar a los primeros, comenzando por el de García Moreno. Gobiernos conservadores y liberales amenazaron a los banqueros

Si la economía guayaquileña funciónó eficientemente, entre 1898 y 1914, con suficientes divisas no hubo pérdida de valor del sucre, se mantuvo estable y los préstamos de los gobiernos fueron moderados, ¿Por qué tenía que actuar irresponsablemente entre 1914 y 1924? La crisis de escasez de circulante, elevación de las tasas de interés y del costo de vida, presentados a partir de 1914, no se debió a la empresa privada guayaquileña, ocurrió por causas que se comentarán más adelante.

Pero, ¿qué hay de verdad en tales argumentos? ¿Cuáles fueron los comentarios de dos expertos en temas económicos?
Alberto Larrea Ch., quiteño, profesor de Economía y Ciencia de Hacienda de la Universidad Central, responsabilizó a la Primera Guerra Mundial

“…el fenómeno [alza de los precios] se presenta con todas las características de crisis… desde 1914, esto es, desde la declaración de la guerra más espantosamente grande que la humanidad ha presenciado hasta hoy… la primera manifestación del fenómeno se caracteriza solamente por el aumento de casi todos los artículos. Y no podía ser de otra manera: cuarenta millones de trabajadores dejaron la fábrica y el taller, la mina y el campo de cultivo y cambiaron la herramienta que dignificaba al obrero que construye, por el arma que glorifica al soldado que destruye… los ejércitos que requieren vestuarios, alimentos y transportes, aumentan la demanda de éstos, después de haber disminuido su producción, y la consecuencia económica del encarecimiento se produce… el alza del valor no podía menos que producirse hasta en un 300% en los países europeos…la crisis de la moneda sufrida allá debe repercutir también acá… la dificultad y el encarecimiento de los transportes; el alza de los seguros por el aumento de los riesgos, y los bloqueos que imposibilitaban el tráfico, vemos clara las causas determinantes del aumento del valor de los artículos extranjeros… el lienzo antes de la guerra se compraba a treinta centavos la vara, hoy no se lo obtiene sino a noventa”.

Larrea no fue cualquier profesor universitario. Como Senador, en 1919, tuvo el mérito de haber sido uno de los pioneros en la concepción de un seguro social. Presentó un proyecto en el que se establecía una subvención anual del Estado para la formación de la caja de ahorros, y para su operación, un porcentaje pequeño de descuento sobre la renta de los empleados.

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