25 abril, 2024

Notas sobre lenguaje: ¿Presidenta o presidente?

Hace ya muchos meses que no he colaborado directamente con este periódico virtual, más que por voluntad propia, ha sido por las ocupaciones que nos agobian día a día. Pero no he dejado de revisar las notas que publican mis compañeros de página y, en una que otra vez, las he comentado, hecho que llevó a que algún aprehensivo criticara ese tipo de participación, y se me ha conocido más como “comentador” que como articulista. Esta vez, regreso con otra observación acerca de nuestro diaria manera de comunicarnos.

Últimamente, ha circulado en Internet un mensaje que pretende convencer con argumentos ideológicos que el sustantivo presidenta no es más que un “absurdo feminismo”, producto de la corriente izquierdista que ha soplado los últimos tiempos en Latinoamérica, y hace además un análisis simplón que pretende ser gramatical y que no pasa de un apriorístico repaso a normas mal citadas.

En primer lugar, debe aclararse que las reivindicaciones de género, si bien han revolucionado al mundo, no son “de izquierda”, sino que se han venido dando progresivamente desde hace más de 100 años, en relación directa con el afianzamiento de la incursión de la mujer en áreas que antiguamente eran sólo para varones. Doctora, psicóloga, arquitecta, médica…, cajera, son palabras que no tenían antes forma femenina, y hay algunas que, incluso, arañan hasta hoy nuestro tímpano cuando las escuchamos. Pero esto es sólo por la costumbre.

Pero este tipo de precisiones se deben hacen desde lo estrictamente técnico-gramitical. Así, podemos aportar que, entre las palabras conocidas como participios activos y que terminana en -nte, hay las que son adjetivos (cantante: que canta) y las que son sustantivos (cantante: persona que canta por profesión). El participio activo del verbo atacar, es atacante; el de sufrir es sufriente y el de presidir, presidente.

Entonces, como todo participio, la palabra presidente fue en un inicio sólo un adjetivo, que servía para expresar la cualidad del sujeto pero, con el paso del tiempo, se convirtió en sustantivo, es decir, en el sujeto mismo. Es así que al sustantivarse, o sea, al convertirse en sujeto, existe la posibilidad de que se le dé la característica morfológica propia del género, que es usualmente el cambio de la última letra, aunque dicho cambio no siempre sea de nuestro agrado (imagínense ¡“cantanta”!).

La evolución del lenguaje, de los lenguajes y de los idiomas hace que se incluyan o se excluyan términos, que se inventen o que muten palabras, y estas cuestiones no nacen de la normativa en sí ni del mero análisis gramatical, sino de las prácticas y los usos de la gente. Y fue la Real Academia Española la que, tomando en cuenta los usos y las necesidades de los hispanohablantes, la que incluyó el vocablo presidenta en su Diccionario… por medio del análisis gramatical y social y sin necesidad de haber recurrido a argumentos ideológicos.

Y debe quedar claro que una cosa que no es la Real Academia Española es ser izquierdista.

En conclusión, la palabra presidenta sí es correcta y está además incluida en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que, en su vigésima segunda edición de 2001, dice:

presidenta. f. Mujer que preside. || 2. f. presidente (|| cabeza de un gobierno, consejo, tribunal, junta, sociedad, etc.). || 3. f. presidente (|| jefa del Estado). || 4. f. coloq. Mujer del presidente.

Por lo tanto, en cuestiones de lenguaje, de manera alguna podemos hacer caso a argumentos sin sustento técnico que no apelan más que a las pasiones ideológicas.

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No hay comentarios

  1. En vista de la aclaración antes comentada, y ante la necesidad de que alguien con suficiente sentido comun y conocimiento nos advierta y nos enseñe, podría alguien suficientemente versado en el tema, es correcto decir TODOS Y TODAS??????????????.
    Cuando escucho este manido, tema me parece que en esos discursos tan de moda, estoy escuchando a un humorista mejicano, que hace gala de su habilidad para cambiar el sentido de las palabras, él sí, con mucha gracia.
    Si uno se acerca al diccionario advierte que cuando usa la palabra todos, se refiere precisamente a TODOS, NEGROS Y BLANCOS, GORDOS Y FLACOS, CHICOS Y GRANDES, MUJERES Y VARONES, RICOS Y POBRES, LOS QUE ESTAN A FAVOR Y LOS QUE ESTÁN EN CONTRA.
    Por lo tanto basta de cantinfladas y a no destrozar el idioma castellano, que es lo suficientemente rico, para estar inventado, a nombre de revoluciones que nada revolucionan, sino solo el bolsillo de unos cuantos, modas absurdas.

  2. Apreciada Fanny:

    En realidad, desde el punto de vista gramatical, nada de malo hay en esa aburrida y tediosa manera tan en boga en esas políticas hiperinclusivistas de dar a cada género su forma dentro del discurso.

    Pero, desde el punto de vista lingüístico, la cosa cambia. La mismia Academia ya nos aclaró ese tema hace unos meses al hablarnos de la economía del lenguaje:

    «Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

    »La mención explícita del femenino se justifica solo cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

    »El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones».

    Por lo tanto, si bien gramaticalmente no está bien, lingüísiticamente resulta innecesario el uso de los dos generos.

  3. En otras palabras, está bien dicho «la Presidenta de Argentina», pero está mal decir: «los Presidentes y Presidentas de Argentina». Se debe decir: «los Presidentes de Argentina»
    Muy buena aclaración.

  4. Así es, mi estimado Fernando.

    Vemos que alegar cuestiones ideológicas para el no uso del femenino está tan mal como apelar a argumentos ideológicos para insistir en el uso POR DEMÁS CANSÓN de las dos formas. Acerca de este tema, Alfonso Reece publicó un muy interesante artículo en Mundo Diners.

    Aún así, existen ámbitos como el del derecho en los que se hace necesaria la precisión de los dos géneros para evitar distorsiones o anfibologías.

  5. De acuerdo. Hay que tener en cuenta que existen palabras que quieren contrariamente, amparar a los dos sexos. Hasta hace poco tiempo se decía POETA a los varones y POETISAS a las mujeres. Hoy ellas exigen ser tratadas también como POETAS.

    ¿qué opinión merece esto?

  6. Juan Francisco:

    Existen decenas de casos acerca de correcciones políticas que se debaten en distintos foros hispanos sobre lenguaje. Muchos de esos casos se basan en nimiedades que llegan a crear tempestades absurdas.

    Por ejemplo, las palabras «viejo» y «anciano» ya no suenan bien por usos derivados o por nuevas acepciones para las mismas; lo propio con la palabra «ciego», que los ciegos españoles defienden en contra de eufemismos como «persona con capacidades visuales disminuidas» o «con capacidades visuales especiales».

    Este tema da para largo. Por eso, he decidido darle importancia a un vocablo que se está muy manipulado para conseguir réditos ideológicos.

  7. que gusto volver a leerlo, don mauricio… siempre es bueno aprender algo más… y hay que reconocer nuestras faltas, que muchos sí hicimos caso a ese email….

    es bueno cuando alguien puede ver las cosas afuera de los problemas políticos y logra dar explicaciones claras….. usted es claro en su posicion… lo felicito.

  8. ¨Las palabras hombre, persona,niño, adulto, adolescente, anciano y otras semejantes, que en su sentido general se aplican a individuos de la especie humana, sin distinción de sexo, se entienden comprender a ambos sexos en las disposiciones de las leyes, a menos que, por la naturaleza de la composición o contexto, se limiten manifiestamente a uno solo.
    Por el contrario, las palabras mujer, niña, viuda y otras semejantes, que designan al sexo femenino, no se aplicarán al otro sexo, a menos que la ley las extienda a él expresamente.» Código Civil vigente, Art. 20.-
    ¿Alguien ha oido alguna vez sobre la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y de la Mujer» o «La Declaración Universal de los Derechos del Niño y de la Niña»?
    Son sólo «gracias» que heredamos de los de Montecristi, que nos averguenzan a «los ciudadanos y ciudadanas» de nuestro Ecuador.
    AP

  9. Señor Pincay:

    Espero que haya leído completo mi artículo, además de las explicaciones extras. En las dos partes usted puede encontrar que hago una crítica DIRECTA al uso IDEOLÓGICO de las formas gramaticales. Mi artículo y mi pensamiento pretenden ser críticos con los unos y con los otros, que caen EN LOS MISMOS errores.

    Por cierto, la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano fue realizada en 1789 como resultado de la Revolución francesa. En cambio, lo que ahora manejamos, basados en esa declaración revolucionaria, no es una «declaración de los derechos del hombre», pues fue la mismísima ONU la que formuló en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y la razón, según el preámbulo de dicho documento: «Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad».

    Tomemos en cuenta que esta organización nació, en primera instancia, de la deposición de ideologías, pues se unieron para fundarla tanto los gringos como los soviéticos.

  10. SU ARTICULO ES MAGNIFICO. FELICITACIONES. EL PROBLEMA ES QUE LOS DOGMATICOS IZQUIERDITAS CREEN QUE «ALGO HAY QUE CAMBIAR PARA QUE TODO QUEDE IGUAL» Y A VECES PARA EMPEORAR. EJEMPLO LO QUE ESTAMOS VIVIENDO EN NUESTRO PAIS.

  11. En realidad, Carlos, este artículo pretende hacer notar lo que usted anota paro también hacer lo propio con otros que, desde el otro extremo, pretenden manipular el lenguaje (de mala manera, por cierto) para llevar el agua a su molino.

    Tanto desde la llamada izquierda como de los que se creen de derecha, la manipulación es igual de perjudicial.

    Saludos al Álvaro, por favor.

  12. ¡Qué bien! Es la segunda vez en la semana que me hacen la misma consulta. Como bien dice José (¿José Fernando?), se dice «el ignorante» y «la ignorante»… Por el momento.

    Como ya he explicado, la Academia de la Lengua toma en cuenta para sus decisiones los aspectos culturales y de uso para incluir tal o cual forma. Si la forma «ignoranta» se extendiera mucho, pues la Academia la incluría en algún momento… Pero no creo que se dé.

  13. Acepto que la RAE permita «presidenta» pero destaco que en nuestra Constitución (República Argentina) determina que la Nación será presidida por un individuo llamado PRESIDENTE.No me opongo al uso popular de las palabras y a querer destacar la presencia de las mujeres__sería tonto, ya que soy mujer__pero creo que algunos esfuerzos por incluirnos en los conceptos terminan por mostrar que hay una discriminación inexistente en la realidad. Jesús decía «dejad que los niños vengan a mí» y creo que las niñas también son aceptadas por Jesús . Gracias por el espacio para opinar

  14. Apreciada Elsa:

    Ese asunto, el de la economía del lenguaje (es decir, el uso ABSURDO y abusivo de los dos géneros) se trató en uno de los comentarios posteriores. Y resulta que eso no está en cuestionamiento en mi artículo.

    La inclusión del vocablo «presidenta» se hizo en la edición del 2001 del Diccionario académico, por lo tanto, fue ANTERIOR a los Gobiernos de tendencia populista que tenemos.

    Ya amplié el artículo en mi blog:

    http://alvaradodavilaideas.blogspot.com/2012/04/notas-sobre-lenguaje-presidenta-o.html

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