8 diciembre, 2024

Terrorismo

“El objetivo principal del terrorismo internacional, es lograr mediante la elección de personas inocentes como victimas, que las personas y las naciones vivan atemorizadas” Del párrafo 237 Doc. Estrategias año 2.000 Conferencias. Decenio de la Mujer ONU

Y hay que vivir los momentos trágicos que acabamos de pasar, para palpar la deshumanización del hombre, cuando se convierte en terrorista, con una sola consigna: El crimen.

Se acaba de inmolar un mártir, nada ni nadie podrá quitarle ese valor a Nahim Isaías, como el de nuestro Presidente por responsabilizarse de la determinación de no ceder a las exigencias de los terroristas, que de cualquier modo habían ya elegido su víctima.

Nos duele la muerte de Nahím Isaías y no hay ecuatoriano, que no la haya sentido: fue un hombre de bien, fuerza productiva del País y sobre todo, buen hijo, cabeza de familias respetables, de las que fue su apoyo y su mentor.
No por muerto decimos tantas cosas buenas de él, sus obras lo dicen todo, para el pobre, para el hombre medio y el de los grandes negocios… tanto habría que decir y el dolor nos calla…

Mas, hoy nos toca, como ecuatorianos, esperar que la sangre de este mártir, no haya sido derramada en vano; que este sacrificio lo reciba el pueblo y se convierta en fuerza para desterrar el terrorismo, que ya este gobierno lo venía evidenciando y hoy está resuelto a exterminarlo. Es deber patrio, apoyar a quien busca la paz y tranquilidad del pueblo; por las madres que esperan sus hijos, por las que los ven crecer y por las que lloran sus hijos muertos, que duelen igual, bueno o malos…

¡Alerta!

El terrorismo es una fuerza deshumanizada, sin principios ni ideales; que no se confundan los conceptos: el idealismo es una doctrina filosófica basada en la idea, que es una representación inteligente y los medios para alcanzar un ideal, son siempre positivos. El terrorismo en cambio, es el dominio por la violencia y el crimen.
El terrorista es una bestia suelta, que una vez sus fauces ensangrentadas, quiere más y más víctimas, sin distingo alguno; que no nos vengan con declaraciones pueriles que “la justicia para el pobre”, la alcanzarán “matando al rico”, ya los pobres no nos creemos ese cuento ¿acaso no hemos visto aldeas enteras en Colombia y Perú arrasadas por “Emes diecinueves” y “Senderos luminosos”, madres descuartizadas por defender a sus hijos, ancianos degollados por defender a sus animales y cosechas; y los cientos de mujeres del pueblo, violadas y asesinadas, niños raptados y ultrajados? Ya lo dijimos anteriormente, (lástima que no nos oyen), todo es parte de un “plan Terrorista subversivo”, cuya finalidad es mantener al pueblo aterrorizado, y lo que es peor, destruir una generación de jóvenes con odios y consignas que cumplir.

Las mujeres que estuvimos en Nairobi, en la Conferencia de la ONU, hablamos de la Paz, como fundamento de los derechos humanos e hicimos un compromiso con todas las mujeres del siglo, de trabajar por ella, para que terminen los sufrimientos e indignidades en que viven las mujeres en los pueblos victimas de guerras y guerrillas.
¡Mujeres, madres y maestras de mi pueblo! Es hora de comenzar! No dejemos que el odio crezca en el alma de nuestros hijos y pupilos!.

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La subsidiaridad

Uno de los cinco ejes de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), es la subsidiaridad, que exige que las entidades superiores deleguen con los recursos necesarios para su debida ejecución, muchas de las labores que se deben realizar, es decir, que se les entregue a entidades menores: Gobiernos seccionales, Municipios, etc., el dinero y las delegación de las obras, con la lógica supervisión de las mismas.

“La subsidiaridad está entre las directrices más constantes y características de la DSI. Es imposible promover la dignidad de la persona si no se cuidan la familia, los grupos, las asociaciones, las realidades territoriales locales.” (DSI 185). “Conforme a este principio, todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda – por tanto de apoyo, promoción, desarrollo – respecto a las menores.” (DSI 186)

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  1. Como siempre: muy bien. siempre hemos entendido, quien no puede con las ideas o la capacidad de plasmar sus pensamientos tendrá, por incapacidad, usar la fuerza y la violencia. Nadie jamas podrá renunciar a las consecuencias de sus actos, y quien primeramente agredió los derechos de otros, violándolo, asesinándolo… ninguna «Comisión de la Verdad», ni decreto alguno podrá endilgarle ningún derecho que se merece. Sencillo como la vida…

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