28 marzo, 2024

La puntita.. no es siempre la puntita

“La puntita” es una de las tres mentiras más grandes del mundo, la segunda es “préstame cinco sucres que mañana te pago hermano”… Y a decir verdad, ya no me acuerdo cuál era la tercera, ni me importa tampoco.

Es que esas tres, eran mentiras que no hacían daño a nadie porque todos sabíamos que eran “mentirillas”, y al decirlas en la intimidad o al calor de la buena amistad no podíamos menos que esbozar una amplia sonrisa de complicidad y seguir adelante con lo nuestro. ¿Verdad?

Lastimosamente también hay otra clase de mentiras… De esas a las que en los diez mandamientos se las ubica junto a “No matarás”… Dios sabe que tengo muchos defectos y conoce todos mis pecados. Y debo admitir que de entre todos los pecados contra la ley de Dios, a los que más temo son a:

“No matarás”… Y a:

“No levantar falsos testimonios ni mentir”.

Algo tarde en mis años, llegué a comprender por qué estos dos pecados están en la misma lista… ¡Y estoy convencido de que levantar falsos testimonios y mentir es peor que matar!

Obviamente que si mato a alguien, perjudico no solo a la víctima de mi pecado, sino también a sus seres queridos y a quienes dependen del muerto.

Lo anterior – insisto – para mí, es menos maligno que destruir la honra de las personas con falsos testimonios. Matar, para mí, no es tan censurable ni dañino como utilizar el cinismo y la mentira de instrumentos en la consecución de un mal fin…

Para ilustrar lo que afirmo, más adelante copiaré para ustedes, un fragmento del buen libro del señor, con la esperanza de poder ilustrar mejor lo que afirmo…

Es que mentir no es solo mentir…

Como verán más adelante, el 8vo mandamiento incorpora también:

A la calumnia, al falso testimonio, a la difamación, a la hipocresía, a la burla, a la maldición, y finalmente a la mayor de las bajezas del hombre: “La murmuración”, que no es otra cosa que el sembrar cizaña entre los amigos, los hermanos y los pueblos…

Lo cual me trae a la mente algo que en mi juventud leí y que me impresionó tanto, que aún lo tengo presente en mi mente… Y quiero compartir con ustedes…

“Maldito aquel que con su lengua viperina pretenda desunir a los hombres de buena voluntad o destruir a sus pueblos y culturas” “Que las llamas del infierno den cuenta de su alma carroñosa por toda la eternidad”.

Quisiera que me permitan incluir una sencilla oración, que aprendí de una persona que siempre ha sido muy querida para mí. La oración es muy cortita, pero solo es para valientes, y dice así:

“Señor, trátame mañana como hoy traté yo a mis semejantes”

Y finalmente, cumpliendo con lo ofrecido, les adjunto este segmento del buen libro que sobre el octavo mandamiento dice:

“No levantar falso testimonio ni mentir”.

(Efesios 4,15 y 4,25)

E indica que se nos prohíbe:

La mentira (Éxodo 23,7)

La simulación, Que es la función con el fin de causar un juicio erróneo.

La hipocresía: Que es una bondad fingida.

La difamación: que es quitar la buena fama al prójimo ausente.

La calumnia: Que consiste en imputar al prójimo una acción mala no cometida por él.

El juicio temerario: Creer sin motivo suficiente que el prójimo está en Pecado o tiene mala intención.

La murmuración: El sembrar cizaña entre los amigos.

El falso testimonio: Afirmar algo falso como si fuera verdad.

La burla: Poner al prójimo en ridículo delante de los demás.

La violación de un secreto, y

La maldición…

Interesante… ¿Verdad?

Artículos relacionados

¡Por fin: se acabaron las elecciones!

Sin retractarme de que todo el proceso llevado a cabo por el des gobierno ha sido írrito y que las autoridades competentes han sido escogidas entre agnados y cognados del régimen, muy bien pagados, y si alguno quedó por ahí… lo asustaron tanto que no puede ir al baño sólo por la noche.

Ídem, con los medios de comunicación y los informadores; los “requisaron” o les aplicaron la Ley del “primero que pestañea marcha”, mientras los encandilaban con la fuerte luz que provenía de la cortes sugerencia de dejarlos sin negocio.

Siempre habrá inconformes

Tenemos que aceptarlo. Sólo los borregos siguen sin cuestionar a su líder. El hombre pensante siempre cuestiona lo que oye, reflexiona y puede proponer cambios o aceptar lo que se le propone. Como decía Descartes: “Pienso, luego existo”, la racionalidad del hombre se demuestra por la capacidad de razonar (pensar) y como consecuencia lógica, por disentir cuando no se está de acuerdo con lo planteado.

El cuestionamiento a las decisiones gubernamentales es y debe ser la regla. Es imposible que catorce millones de personas puedan estar de acuerdo en algo, y peor en todo. Disentir no es estar en contra o ser enemigo. Es simplemente pensar diferente. Si todos pensáramos igual, el mundo no avanzaría como ha avanzado en los últimos 150 años. La diversidad de criterios, la diferencia de opinión, es la que ha permitido el desarrollo del mundo. Hace 150 años, nos alumbrábamos con velas, no se pensaba siquiera que el hombre pudiera viajar y transportarse por aire, que nos pudiéramos mover con tanta rapidez, que podemos viajar de Quito a Guayaquil en 6 horas en vez de 2 a 4 días, a París en 12 horas en vez de 4 meses, que nos pudiéramos comunicar en forma inmediata por todo el mundo, con voz y desde cualquier parte en que estemos, que tuviéramos televisión, que pudiéramos ver en vivo y en directo en el mismos momento, desde nuestra cama la final del campeonato mundial de fútbol que se juega en Sudáfrica y miles y miles de inventos más.

No hay comentarios

  1. ¿Cual puntita ? se debe preguntar el pueblo – si nos hizo el papanicolao sin vaselina, ¿quien? su majestad – que ahora anda de viajero fue a visitar a los más pobres de Ahiti, y de aquí no se acuerda – mi abuelo decia que la caridad empieza desde la casa, ¿cual pobres ? si aquí LA PATRIA YA ES DE TODOS, los que están en el gobierno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×