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¿Un Óscar para la CIA?
«A mí no me gusta sugerir algo, dar una recomendación a mi audiencia. Eso es lo que hoy en
día el cine de Hollywood hace, guiar al público hacia donde ellos quieren. Lo que yo pretendo es
que el público mire la pantalla sin que yo le indique nada»Abbas Kiarostami.
Difícilmente puede decirse que el cine de Hollywood vive, ahora, una etapa
floreciente. La película seria, de opinión, de criterio ya no es más el objetivo de
los actuales largometrajes. Hoy, tratando de pasar por realistas y hasta verdaderos,
como si el filme algún día dejará de ser ficción, directores, productores y actores
están dispuestos a la manipulación descarada del morbo en lo sexual, lo delictivo,
lo sentimentaloide. ¿Para qué? Mediocridad e ingresos… La actriz debe mostrar
lo más desnudo del pellejo en la mayor intimidad que pueda, y el estelar masculino
evidenciar, con palabras de grueso calibre, el verdadero género de su sexualidad. ¿Están
destruyendo el arte cinematográfico a patadas, promiscuidad, balazos y enfrentamientos
en peleas voladoras…?
Camino a la Servidumbre
Así titula Friedrich Hayek, premio nobel de economía, su famoso libro donde demuestra porque el socialismo está condenado al fracaso. Y me parece conveniente citarlo porque nuevamente escuché al presidente Correa argumentar a favor de un socialismo renovado.
Quiero reconocer que en el bando socialista hay al menos dos grupos: el ideológico y el idealista. Al bando ideológico, lo único que les referiré es que su tan renovada visón respecto a su interés en el hombre ni es nueva, ni es suya. Es una idea de la Doctrina Social de la Iglesia, como sabrán los que han leído la encíclica de Juan Pablo II (Labor Exercem) o de Leon XII (Rerum Novarum). Y que por obvias razones, nada tiene que ver con el socialismo, con el que ahora nos tratan de confundir.