6 octubre, 2024

¡Prometer y prometer hasta vencer, y despues de haber vencido, olvidar lo prometido!

El tema de este artículo – con un pequeñísimo cambio – lo he tomado prestado del argot popular y lo uso para recordarle al Econ. Rafael Correa, que las promesas hechas a un pueblo se tienen que cumplir… “Si quién promete pretende ser respetado como persona de prestigio y  credibilidad”.  

El Presidente ha repetido hasta el cansancio que hará respetar la voluntad del pueblo.  Sin embargo…

Al Economista Correa no le gusta que le recuerden que en el año 2.000 la voluntad soberana del pueblo expresó – en Manabí, Guayas, El Oro, Los Ríos y Sucumbíos – que su deseo era vivir bajo un régimen de gobierno de “Comunidades Regionales Autónomas”.

¿Qué es lo que pasa con este hombre que dice una cosa y hace otra?…

Durante la campaña electoral prometió corrección en su gobierno, y ganó ampliamente las elecciones…  Luego llevó al pueblo a una consulta popular con un reglamento bastante claro y conciso (que el mismo hizo), y ganó su postura por un amplio margen.

Después de la Consulta Popular Nacional 2007… Cambia, se hace el loco respecto de  su propio reglamento y se le antoja cambiar las reglas del juego en medio del partido…

Ahora resulta que ni Fu Man Chú tiene más poderes que la dichosa Asamblea… ¿Cómo es esto?

Para colmo de males “poniendo buen ejemplo”, renuncia al cargo por el que tanto le rogó al pueblo, con la esperanza – presumo – de que así ningún otro funcionario se negaría a hacerlo, si la asamblea así se lo pide…

A mi me sonó a teatro, pero ahora resulta que se enamoró de eso de renunciar al cargo, y amenaza (como niño malcriado) con volverlo a hacer si los asambleístas no se someten a sus caprichos…

¿Por qué tanta amenaza?….

¿Porque Correa amenaza a Guayaquil, a los asambleístas, a la Junta de Beneficencia; a las fundaciones, al alcalde Nebot y a Guayaquil entero?

¡Por qué!

¿Confundirá acaso la prudente planificación defensiva de  Guayaquil?…
Con recelo o falta de pantalones de los guayaquileños…

¿Será que Correa no sabe?… ¡Que a nadie le gustan las amenazas!  Y que los pueblos no toleran las imposiciones arrogantes, el totalitarismo ni la tiranía!  Y que la historia demuestra que esas posturas,  invariablemente acaban por destruir a los protagonistas de tales poses?

Sus amenazas, evidencian una clara intención de manipular a los miembros de la Asamblea… De convertirlos en sus esbirros, o en simples títeres que solo pueden hacer… Lo que les ordena el titiritero… ¡Qué cambios tan grandes se han dado… Si antes, los diputados recibían ordenes por celular… Hoy van a una escuelita para recibir instrucciones previas de cuando alzar la mano y cuando abandonar la sala…

¡Sorprendente!… ¿Verdad?

La gente dice que se siente engañada.  Dice que se ha  tergiversado la voluntad del pueblo con el propósito de – impunemente – hacer lo que a Correa  le venga en gana usando para ello el “poder” de la Asamblea…

También se dice que Correa domina el sofisma (el arte de presentar la mentira disfrazada de verdad), que su discurso es ambivalente y que con su arte tiene cuenteado al pueblo…

 Esa percepción ciudadana, es muy peligrosa para el régimen… Porque genera desconfianza y rechazo.

Han pasado once meses desde que Correa se posesionó del cargo, y lo único que vemos de su “gestión”, es que resultó ser bueno para armar broncas, gastar plata por montones, crear nuevas instituciones y… ¡Nada más!  

Correa prometió y prometió: Corrección y Honradez, para conseguir nuestro voto y triunfar en las urnas… Pero – hasta ahora – no ha  cumplido y las consecuencias de esa falta de corrección se empiezan a sentir en los reclamos callejeros airados y desmanes como los que recientemente hemos visto en Dayuma…

Quiero dejar constancia de mi rechazo al criminal comportamiento de los quejosos de Dayuma, y hacerles saber que jamás defenderé con mi pluma a sindicalistas abusivos, a primadonnas, sinvergüenzas o matones…

Pero si quiero resaltar el hecho de que… hubo falta de prudencia y prevención por parte del gobierno.  Tanto en el exceso de fuerza represiva como al incumplir las promesas hechas en Dayuma.

Prueba de lo que afirmo es que el Asambleísta Trajano Andrade, le reclamó airadamente a su coideario Alberto Acosta para que se incluya en el orden del día, el asunto de Dayuma, para que se pueda dilucidar… ¡Qué mismo fue lo que pasó y por qué!

Correa obviamente no quiere que se trate el tema – para evitar una investigación formal – y minimiza el problema prohibiendo amenazadoramente que se lo trate en la Asamblea, aduciendo que si lo hace, todos los cantones irían a exponer sus problemas a los Asambleístas y que a la Asamblea no  le compete atender esos reclamos…  (¿…?)

Yo me muero de la curiosidad y por eso tengo que preguntar… ¿En qué quedamos?… ¡En el medio o en el real!…  ¿Porqué no dicen de una vez y por todas?  Si – según las cambiantes reglas de presidente – ¿Tiene o no tiene la Asamblea plenos poderes para algo más que no sea el cambiar la estructura general del Estado y redactar una nueva constitución?…

Por último… ¿Para qué se molestan en escribir otra?  Si vemos que Correa y sus coidearios no respetan la Constitución actual… Y ni siquiera acatan  el reglamento de la Asamblea que ellos mismo propusieron… ¿Quién nos puede garantizar que respetarán la que todavía no se acaba de redactar?

Lastimosamente, el gobierno hace caso omiso de los reclamos del pueblo y con su estilo  arrogante de hacer las cosas,   alimenta el resentimiento que la ciudadanía, siente cuando descubre que…

“Si les pro metieron para conseguir el voto,   ya se olvidaron lo prometido después de que lo recibieron”…

Es muy importante que todos los funcionarios de gobierno tengan presente que tener “Palabra de Honor” es requisito indispensable para el puesto.  Porque la “Palabra de Honor” es como una herramienta que les da la credibilidad  que tanto necesitan para poder desempeñar sus funciones…

Y credibilidad…

Es lo que más falta les hace a los  Asambleístas y al Economista Correa…

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No hay comentarios

  1. Creo, sr. Insúa, que hay algo más peligroso todavía. Si la asamblea es de plenos poderes ¿se respetará la fecha de término que le imponía el estatuto (nòtese el uso del pasado pluscuam-pisoteado) o, como usted habrà intuido, seguiràn en funciones hasta que sus comisiones legislativas hayan hecho y deshecho lo que queda del Ecuador?… si es que alguna vez entregan el poder.

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