24 abril, 2024

Poesía & Arte

Luís Fernando Gómez Ycaza

Pido perdón por publicar esta poesía que no se encuentra en ningún libro, pero que considero que, dadas las circunstancias, es necesario que sea conocida.

Es una poesía familiar, fue escrita por mi abuelo, Don Luis Fernando Gómez Ycaza, a sus hijos cuando ellos comenzaban sus hogares, en 1943, y contiene una gran verdad que debe ser respetada, sobre todo, ahora que el mundo ha cambiado y que los valores han comenzado a ser vistos como defectos y no como virtudes, como algo sin valor en un mundo en el que justamente lo que falta es la integridad, la verdadera amistad, los principios que nos enseñaron nuestros abuelos y que las malas costumbres, los falsos valores han ido hundiendo cada vez más en lo recóndito del alma y que están allí, esperando poder aflorar cuando el mundo cambie nuevamente. Esta poesía se titula: “La V de la Victoria que quiero para mis hijos”.

Mi abuelo, Don Luis Fernando Gómez Ycaza fue un hombre muy especial. Columnista de Diario El Universo principalmente, escribió muchísimos artículos de muy variados temas, tanto políticos como de formación.

Adiós Abuelo

Entre las poesías de las que, al menos yo, no conozco al autor, está esta joya argentina que se titula “Adiós abuelo” que es una tierna despedida a un abuelo maravilloso.

Adiós Abuelo

Adiós abuelo y perdón
porque a pesar de haberte tenido
conmigo, nunca he pasado
tanto tiempo como hubiese podido
y a pesar de haberte querido
siento pena de no haberlo demostrado.

Adiós abuelo y perdón
porque a pesar de lo que me enseñaste
y el amor que me has brindado,
no he cumplido los objetivos
con los que alguna vez soñaste.

Andrés Eloy Blanco

Andrés Eloy Blanco fue un abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano que nació en Cumaná, cuna también de nuestro prócer Antonio José de Sucre, el 6 de agosto de 1896 y murió el 21 de mayo de 1955 en México, D.F., en un accidente de tráfico, cuando estaba exiliado.

Miembro de la generación del 28 y fundador del partido político Acción Democrática. Siendo estudiante fue encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen. Obtuvo varios premios en bellas artes por sus poesías, entre ellos, el primer premio en los juegos florales de Santander Cantabria, en España, por el que viajó a España a recibirlo, donde fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Viajó luego a Cuba donde se reunió con intelectuales cubanos y venezolanos exiliados.

En 1928 comienza a editar clandestinamente el diario disidente “El Imparcial”. Su actividad política lo llevó varias veces al exilio. Venezuela no ha reparado mayormente en este brillante escritor.

Soleá del amor indiferente

Son en verdad una obra de arte las “Soledades” del poeta español Manuel Benítez Carrasco, que, como conté, vivió en Guayaquil hace unos 60 años. Para terminar, pongo aquí su tercera Soleá , y quiás, mi favorita: la soleá del amor indiferente.

Soleá del amor indiferente

Manuel Benitez Carrasco

Ni rencores ni perdón.
No me grites, no me llores,
lo nuestro ya se acabó.

¿Rencores? ¿Por qué, rencores?
No le va a mi señorío
guardarle rencor a un río
que fue regando mis flores.
Tu me diste los mejores
cristales de tu corriente
y no sería decente
maldecirte, por despecho,
si sé que tienes derecho
a dar o negar la fuente.

Soleá del amor generoso

Siguiendo con las Soledades de Manuel Benítez Carrasco. Quiero presentar ahora, su
Soledad del amor generoso:

Soleá del amor generoso
Manuel Benítez Carrasco

Todo es cuestión de hidalguía,
tú me lo negaste todo,
yo te di cuanto tenía.

Ni un suspiro a mi cuidado
contestando a mi suspiro;
fuiste de duro zafiro
siendo de vidrio quebrado.
Ni un rosal viejo y gastado
merecí de tus antojos,
sólo me diste despojos
de tu zarzal y tu roca,
que me sangraron la boca
y me cegaron los ojos.

Soleá del amor desprendío

Ya hemos hablado de Manuel Benítez Carrasco, español que vivió en Guayaquil allá
por 1950.

Disfrutemos ahoa de una de sua hermosas soledades: La soledad del amor
desprendido:

SOLEÁ DEL AMOR DESPRENDÍO
Manuel Benítez Carrasco

Mira si soy desprendío
que ayer, al pasar el puente,
tiré tu cariño al río.
Y tú bien sabes porque
tiré tu cariño al río.
Porque era hebilla de esparto
de un cinturón de cuchillos.
Porque era anillo de barro
mal tasáo y mal vendío
y porque era flor sin alma
de un Abril en compromiso,
que puso en zarzas y espinas
un fingimiento de lirios.

Microcuentos

Érase una vez un abismo que se vistió de astros y se llamó cielo.
El sol abrazó a la luna y le dijo: No haremos el amor, haremos las estrellas.

Érase una vez una lágrima que se durmió sobre una nube y despertó lluvia.
La lluvia, al llorar sus penas, creó un hogar para las ballenas.

Érase una vez un suspiro que se coló entre un par de labios;
Entró como anhelo y salió como beso.

Érase una vez la historia de un pensamiento.
Fue tejido por finas manos y se convirtió en mandamiento.

Los consejos

“…Cualquiera tiempo pasado fue mejor.”

Jorge Manrique

Fuera de nuestro nunca bien ponderado Prócer de la Independencia, poeta eximio, hombre público brillante y orador de extraordinarias cualidades, Don José Joaquín de Olmedo y Maruri, han habido varios grandes poetas y autores que han llenado miles de páginas de consejos, de escritos edificantes, destacando la moral ya sea en la forma de fábulas o cuentos, versos, y varias otras expresiones artísticas, los que sirvieron, en esa ya lejana época cuando la gente que aspiraba llegar a ser algo por esfuerzo propio, pudiera enriquecer sus mentes con lecturas morales, o con escritos y poemas románticos, caballerescos, espirituales, reflexivos, así como ahora buscan desesperadamente las noticias del Extra, las novelas escabrosas y tantos otros escritos basura que no dejan nada positivo para el alma (hay, por supuesto muchas obras extraordinarias, de verdadero valor, pero cada vez es más difícil escoger lo que vale la pena y lo que no vale la pena ser leído).

Romance del acabose

Otra hermosa poesía de José Antonio Ochaíta es el “Romance delo acabose” que leeremos a continuación:

ROMANCE DEL ACABOSE
José Antonio Ochaita

Todo esto puede acabarse
del modo que te convenga.
Yo te prometo colgarme
en el pescuezo una piedra
y a echarme de noche al río
sin que tú misma lo sepas.

Yo estoy dispuesto a cargar
con la pólvora más negra
un cachorrillo de hierro
y que las sienes me muerda.

Los pecados capitales

José Antonio Ochaita, de quien ya hablamos, tiene otras hermosas poesías que merecen recordarse.
Vamos ahora a recordar otra de ellas. Vamos a ver “Los siete pecados capitales”:

Los siete pecados capitales
Autor: Jose Antonio Ochaita

Lo mismo que un San Jerónimo,
hueso, pellejo y raigambre,
llorando estoy en tu puerta
mis pecados capitales.

Los siete no…, los catorce,
que a catorce cientos saben,
que cada uno de los siete
que en el catecismo se abren,
se hicieron siete y setenta,
y setecientos azares.
Solo por tí, por el gozo
pecador de aprisionarte.

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