28 marzo, 2024

Opinión

Crisis, Ciudad y Arquitectura

“Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.”

Albert Einstein

Hablar de Arquitectura frente a las épocas de crisis, o, de las crisis afectando a la Arquitectura, resulta un poco tardío por decir lo menos. La Arquitectura de innovación para el bienestar del ser humano parecería haber pasado de moda, quedado hace una década (¿?), y, entrado en una lujuriosa competencia de formas y fanfarronadas entre los monstruos del márquetin, el dinero y el poder.

La Esperanza

La mitología griega sostenía que Zeus envío a Pandora a la tierra para castigar a los hombres, dotándole una caja, instruyéndola de no abrirla, pues de hacerlo ocurrirían grandes males. Pandora fue conducida ante Prometeo, a quien había sido destinada, más este, astuto por naturaleza, no quiso recibir a Pandora ni la caja que portaba como regalo; y puso en guardia a su hermano Epimeteo.

Este prometió ser muy precavido, pero, al ver a Pandora tan hermosa, olvidó su promesa, la aceptó por mujer y así se abrió la caja misteriosa donde se encontraban encerrados todos los males que pueden afligir a la raza humana ( enfermedades, guerras, envidia, hambre, odios, etc).

Revolución y Libertad

Aprendí a querer la palabra revolución al son de necesidades y angustias acunadas en mi adolescencia, en el seno familiar, con apuros económicas, con riqueza espiritual, anímica, moral, con soles de vida. Enseñanzas que traslade en el tiempo para formar mi propio nido, con las reglas de esa sociedad formada con la pareja que te acompaña en el tránsito del vivir.

En noches frías del páramo pude apreciar al hombre inmerso en la naturaleza, primera condición para poder pensar en los semejantes. El amor a la tierra. La necesidad de hacer un verso al amor puro de hombre y mujer. El deseo de una vida con ideales de justicia, de amor por el trabajo y por un nuevo orden, no definido, etéreo, incierto pero lleno de ideas y conceptos similares a los que llevaron al hombre a crear el orden social.

¡Pobre Inocente!

El 28 de diciembre, especialmente en los países de habla castellana, se recuerda la matanza de los niños “inocentes”, realizada por Herodes con la intención de terminar con la vida del recién nacido Jesús.

En otros la motivación y fecha es variable, siendo, en la mayor parte de influencia sajona, el día 1 de abril que se celebra el “April Fool”, ligado más a que en los primeros días primaverales muchos, en especial en el área del amor, se comportan como tontos.

Con la navidad nos llega la crisis

No es el día mas apropiado para que nuestro ánimo se altere con preocupaciones como consecuencia del futuro incierto que nos espera, muy por el contrario, es Navidad, el Nacimiento de Jesús y predomina en todo el Mundo Cristiano la Paz y la Felicidad. Pese a ello, tampoco podemos ocultar el sol con un dedo, ni pretender dar la espalda a la realidad que se avecina.

Los pronósticos para el próximo año 2009 no son nada buenos. Con seguridad los ecuatorianos y gran parte del mundo celebraran esta Navidad aún percibiendo algo de la prosperidad y abundancia que nos depararon los años anteriores.

¿Feliz Navidad?

Semana de navidad, semana de slogans, cliches, mensajes de paz y amor, canastas navideñas, ofertas de supermercado, abrazos hipócritas, lagrimas de amor eterno, etc. No quiero ponerme a dar consejos de espiritualidad, ni sermones, para eso están los curas y todos los que mandan los quinientos mensajes de Internet, que seguramente no los entienden pero les parecen bonitos y apropiados a la fecha.

Pienso, y este creo que es un síntoma de vejez el mirar la vida en retrospectiva; que hace algunos años, la navidad era un poco más que ir de compras o hacer regalos. Había ilusiones que cumplir, soñábamos en la bicicleta, práctico y divertido, ahora esperamos el último I-pod o el último celular en el que realmente la regalada es la compañía telefónica que cobra horrores de plata por una escasez programada del producto publicitado de tal forma que se lo sienta indispensable. Antiguamente viviamos sin celulares, sin tv cable, sin música de I-Pod y la humanidad creció de modo geométrico, así que la falta de las comodidades del mundo moderno no son obstáculos al vivir.

¡Identifícate!

He repetido y demostrado, en varios artículos anteriores, por años, lo frágil y pervertido que es el sistema nacional de nuestra Cédula de Identidad o Ciudadanía.

La última ocasión fue en la publicación del, entonces, diario honesto e imparcial, El Telégrafo, en octubre 25 del 2004, bajo el título: Reitero: ¡Identidad Incierta!, en el que mencionaba:

“…otorgar la Cédula de Identidad o Ciudadanía, es simplemente un medio para que unos cuantos bellacos puedan robar encubriendo a narcotraficantes o truhanes internacionales y permitiendo que usen el prestigio de nuestra limpia estirpe y gloriosa bandera. Es muy grave la situación y eso sin entrar al análisis de que ni siquiera se halla los documentos de respaldo de los genuinos, y, de aquellos que, sí existieron, no están debidamente guardados ni su integridad custodiada.

Conversar con los muertos

Paúl de Saín Víctor sostenía que el hombre comenzó a evolucionar, a transformarse de un simple homínido en ser humano al momento que quiso comprender la naturaleza. De esa inquietud para comprender el mundo que lo circundaba nacieron los primeros símbolos que representaban hecho y acciones simples, al principio casi garabatos que con el correr del tiempo se convertirían en gráficos, inventándose la escritura.

León, el hombre en el deporte

Conocí a León Febres Cordero en su faceta más pura y quizás la menos explorada: la del hombre que hizo del deporte una pasión. En una charla sostenida hace algunos años me contó:

“Yo fui deportista, jugué fútbol como todos los muchachos guayaquileños, fui jugador de pelota de trapo en las calles, junto a mi hermano Nicolás que fue mejor jugador que yo, y a mi hermano Agustín que fue el mejor de todos al punto de haber sido titular en el Patria con cuya divisa alcanzó el campeonato de Guayaquil, cuando se jugaba el torneo de la Federación Deportiva del Guayas y no había llegado el profesionalismo. Yo era estudiante excelente, muy indisciplinado, pero me gustaba la cultura física. Hacía pelota de trapo en las calles de mi barrio, boxeaba, levantaba pesas, estuve en el equipo de gimnasia olímpica de la universidad en la que estudie en Estados Unidos, pero no tuve la voluntad de ser estrella. Será porque me di cuenta que no tenía los dones especiales que se requieren para llegar a serlo”.

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