19 abril, 2024

Opinión

El Gobierno que no queremos

A pesar de los discursos y de los aplausos, lo cierto es que nuestra región ha avanzado poco en las últimas décadas. En ciertas áreas, ha caminado resueltamente hacia atrás. Muchos quieren abordar un oxidado vagón al pasado, a las trincheras ideológicas que dividieron al mundo durante la Guerra Fría. América Latina corre el riesgo de aumentar su insólita colección de generaciones perdidas. Corre el riesgo de desperdiciar, una vez más, su oportunidad sobre la Tierra. Nos corresponde a nosotros, y a quienes vengan después, evitar que eso suceda. Nos corresponde honrar la deuda con la democracia, con el desarrollo y con la paz de nuestros pueblos, una deuda cuyo plazo venció hace siglos.

Honrar la deuda con la democracia quiere decir mucho más que promulgar constituciones políticas, firmar cartas democráticas o celebrar elecciones periódicas. Quiere decir construir una institucionalidad confiable, más allá de las anémicas estructuras que actualmente sostienen nuestros aparatos estatales. Quiere decir garantizar la supremacía de la ley y la vigencia del Estado de Derecho, que algunos insisten en saltar con garrocha. Quiere decir fortalecer el sistema de pesos y contrapesos, profundamente amenazado por la presencia de gobiernos tentaculares, que han borrado las fronteras entre gobernante, partido y Estado. Quiere decir asegurar el disfrute de un núcleo duro de derechos y garantías fundamentales, crónicamente vulnerados en buena parte de la región latinoamericana. Y quiere decir, antes que nada, la utilización del poder político para lograr un mayor desarrollo humano, el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros habitantes y la expansión de las libertades de nuestros ciudadanos.

Estamos ahítos de farolerías

Se acostumbra a dar a un Presidente cien días para medir su desarrollo. El actual que según “su Constitución” dice haber sido reelecto, se ha tomado un mil ciento sesenta y siete días para hacer cero obras, cero producción, cero seguridad. Lo que si ha habido son enormes despilfarros. ¿Cómo se entiende?

Asegura que todavía le quedan un mil veintitrés días por gobernar. Hasta en esto le falla su matemática cuatro años son 1461 días (el bisiesto) o sea que se ha impuesto una buena yapa.

Y en todos estos largos y tediosos días de su show, comunismo retrogrado y absorbente, rebautizado Socialismo del Siglo XXI, hasta hoy solo ha hecho campaña política y asegurado una dictadura despótica; en la cual, al igual que el pronóstico del tiempo, hay que despertarse para ver si estás entre los buenos o, entre gallos y medianoche mientras cambian las “leyes”, te mandaron a la fila de los lacerados, de los apestados.

No me la contaron

Aun habiéndome compartido un amigo conceptos recibidos en un taller de que el vivir en unas islas es una circunstancia especial que, sumadas a una serie de muchas otras vidas de quienes isleña o insularmente lo hacemos por todo el mundo, hace ya de por sí que este conglomerado humano del que formamos parte y que habitamos por todo el planeta tengamos una condición diferente, y esto: no me lo contaron, lo vivo.

Hay que tener presente que “Lo único permanente es que vivimos en un mundo de cambios”, y por tal solo podemos gobernar y gobernarnos en la medida que se permita expresarnos en acciones ajustadas en aplicar nuestros conocimientos, usar tecnología y ubicarnos en el tiempo.

La Voluntad (Segunda Parte)

La verdadera victoria del hombre es vencerse a uno mismo. Cuando estás en una competencia es mayor victoria mejorar tu propia marca que ganar la competencia, aunque esta última sea la que te de la medalla de oro. Tu verdadero logro es lograr hoy, algo más que ayer. Es más, si en una competencia te pones a mirar como viene el que te sigue, es muy probable que esa distracción o ese nerviosismo te haga perder la concentración y pierdas la competencia.

Nunca compitas contra los demás, compite contra ti mismo y tendrás mucho más éxito en todo lo que hagas. No hay competidor más duro y al mismo tiempo tan a tu alcance como tú mismo.

Escena de la locura

Con estupor mayúsculo he leído el artículo de Emilio Palacio titulado “A la basura de siempre” publicado en “El Universo” en marzo 24 de 2010 en el que hace referencia a un e-mail enviado por una tal Carla Suarez (mailto jp2949@hotmail.es) en marzo 19 de 2010 a las 15:42. Asunto: Monos estúpidos y eunucos.

Ni en la peor de las pesadillas pueden verse tantas aberraciones como las escritas por un ente, aparentemente del sexo femenino, que en vergonzosa actitud se demuestra incapaz de estar a la altura de las personas de su género y que la única explicación que puede darse a una actitud tan baja es que en su debilidad mental está influenciada por el mal ejemplo que desde Carondelet da al país la primera autoridad, quien ha sido y es perenne agresor de la familia ecuatoriana…y ya está cosechando sus frutos. Lo escrito por Suarez va más allá de lo demencial; no exagero ni un ápice, solo basta leerlo.

Rafael Nevarez

Los dos Migueles

La reunión entre Miguel Palacios Frugone, presidente de la Junta Cívica de Guayaquil, y Miguel Guatemal, vicepresidente de la CONAIE, ha sido el show del mes de marzo. Algunos incautos, como el suscrito, – que todavía mantiene despierto al idealista por dentro – se hubiesen tragado el pretexto de la unidad de la oposición, motivo de esa variopinta reunión, si tan solo Guatemal y Palacios hubiesen mantenido sindéresis en sus declaraciones sobre la reunión que mantuvieron y luego negaron.

Que la CONAIE haya sufrido la metamorfosis de convertirse en un vulgar partido político ecuatoriano de los años ochentas, no es de sorprendernos. Ya esos indios no son los mismos de antes. Su dirigencia se aburguesó y las bases ya no son tan borregas de fácil rebaño; o por lo menos ahora responden a otro pastor, de paso y para variar, nacido en Guayaquil.

La Junta Cívica y la Conaie

No comparto la idea que se le ocurrió a Miguel Palacios, Presidente de la Junta Cívica de Guayaquil, de ir a visitar a la CONAIE para lograr un entendimiento respecto a temas de esta ciudad ni el de las autonomías y competencias o del Código Territorial.

Los indígenas parten de otros principios, tienen una idiosincrasia muy opuesta a la nuestra, otras metas, y otra manera de conseguirlas. Son y serán metas distintas como el agua y el aceite, y ni poniéndose un poncho nuestro psiquiatra, terminará de estructurar un acuerdo con la CONAIE, salvo que este acuerdo en vez de ser doctrinario, solo sea coyuntural para tumbar al presidente Correa. Y luego que lo tumben, empezará nuevamente el problema de cómo darle a este país una correcta manera de organización geopolítica acorde con su variedad demográfica y geográfica.

El Síndrome de Estocolmo

El Síndrome de Estocolmo es una reacción sicológica en el que la víctima desarrolla una relación de connivencia con quien la subyuga. Incluso, las personas pueden acabar ayudando a su esclavizador a alcanzar sus fines.

Su nombre se debe a un hecho que sucedió en la ciudad de Estocolmo, en 1973, cuando se produjo un atraco al banco Kreditbanken de la mencionada ciudad. Los delincuentes atrapados tomaron rehenes durante 6 días. Al entregarse, los medios y cámaras captaron el momento en que una de las víctimas besaba a uno de los captores. Además, los secuestrados defendieron a los delincuentes.

Combatiendo la Homofobia

Como un alfiler en un pajar llegó a mí indirectamente un blog muy controversial que me llamó mucho la atención, leí sin cesar las publicaciones de La Maga y debo admitir que me movieron el piso, ese carácter con esa forma de escribir es más poderoso que un relámpago en el techo de tu casa.

Me interesó mucho esta publicación que sé que causará mucha polémica y muchos debates luego de ser leído, adelante pues, comparto con ustedes a continuación unas palabras sarcásticas pero ciertas.

¿Vivir según la Biblia?

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