19 abril, 2024

Opinión

La integridad

La integridad es uno de los más altos valores del ser humano. Requiere conciencia, autoanálisis, voluntad, humildad y sobre todo, continencia. ¿Qué quiere decir íntegro? Íntegro quiere decir, que está completo, que no está dividido. Ser íntegro es ser entero, que no le falta nada.

Íntegra es una persona que es honesta consigo misma, una persona que lo que piensa, lo que dice y lo que hace, sigue una misma línea, una persona en la que se puede confiar plenamente, que es leal, que no tiene doblez, que no tiene doble modo de actuar. Una persona íntegra es alguien en quien se puede confiar todo, con seguridad, en cualquier circunstancia.

Desenlace Dominical No. 47 – 30 Enero 2011

ENLACE CIUDADANO No 206 REALIZADO EN EL SECTOR DE PISULLÍ

El presidente trata de confundir a la nación cuando indica que se desea evitar consultársele al pueblo ecuatoriano. Dijo: ”… Ante tanto discurso vacío, que la Constitución no debe tocarse”. “¿Quién propone una alternativa? ¿Qué propuesta presentan? Todo es crítica, generar incertidumbre”.

Generar incertidumbre es la estrategia del presidente, según sus propias palabras. El genera caos a propósito para aprovecharse de la desesperación del ciudadano ecuatoriano y tomarse todos los poderes. Nadie dice que no consulte. Puede consultar siempre y cuando lo que pregunte y su propósito esté enmarcado dentro de la Constitución. No se le puede permitir quebrantarla ni pedirle al pueblo ecuatoriano que la quebrante. Por éso es necesario poner presión a la Corte Constitucional para que emita su fallo dentro del plazo previsto, que no se vayan a lavar las manos dejando pasar ese plazo, y negar el paso de las preguntas que propone el presidente por ser inconstitucional, además porque inducen al votante a pronunciarse en el sentido que el presidente desea. Y por supuesto que sí hay alternativa. La alternativa es hacer los cambios necesarios en la justicia respetando la Constitución y la independencia de los poderes del Estado. La Constitución indica claramente cómo se deben realizar los cambios constitucionales. De lo contrario ¿para qué fueron elegidos los asambleístas, para qué existe la Asamblea y el Consejo de Participación Ciudadana?

Toros, Vacas, Gallos y otros brutos

Soy vegetariano desde los 19 años de edad, o sea, llevo 40 años de serlo. Me convertí en vegetariano principalmente por razones higiénicas y dietéticas, continúo siéndolo por razones éticas. Trato de, hasta donde mi atención y sentido de conservación me lo permiten, no tronchar la vida de cualquier ser viviente que tenga ojos, se mueva y sea capaz de sentir de alguna manera. Si estuviera a mi alcance evitaría matar directa o indirectamente a los vegetales, microorganismos y protistas, pero sabemos que eso es absolutamente imposible e inevitable para ellos. Unos matan y otros mueren. No es la muerte en sí lo que nos conmueve, sino la muerte innecesaria y evitable.

Y ese mismo es uno de los lados trágicos de la vida: matar para vivir, defenderse de no ser matados para seguir viviendo. En ese entramado de existencias violentamente quebrantadas se fue construyendo la historia que llevó a inquietas proteínas a organizarse hasta llegar a constituir el último escalón conocido de la Vida: la especie humana. Y con ella aparecieron otros productos que superan las fuerzas más o menos ciegas, aunque inteligentes, de la pura Biología: conciencia, sociedad, valores, libertad. Espíritu, en definitiva.

El actual Estado Ecuatoriano

Se engañó al pueblo para convocar una Constituyente que se transformó en un pretexto personalista para hacer lo que le daba la gana al caudillo embaucador. Tal cómo se advirtió oportunamente.

Nació una Constitución hecha al apuro e impuesta con la inclusión de párrafos agregados al antojo, fuera de tiempo.

Según ella el actual Estado Ecuatoriano debería estar conformado por cinco poderes estatales: el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, el Poder Electoral y el Poder de Transparencia y Control Social.

Modelos de Desarrollo …

Que fascinación que ejerce Guayaquil sobre este gobierno. No pasa día donde no tengan que referirse a la ciudad para denunciar todo lo malo de quienes nacimos y moramos en ella. Criminales, ladrones, mentirosos y sinvergüenzas son unos de los tanto epítetos que merecemos. Claro la credibilidad se pierde sabiendo que la gran mayoría de los miembros de la regencia se ufanan en ser hijos de esta urbe. Bueno no nos alejemos del tema. Se critica a más no poder el modelo de desarrollo aplicado sin que hasta ahora se nos haya planteado alternativa alguna.

Basta recordar esa pestífera etapa de 15 o más años atrás donde la basura acumulada servía de criadero de ratas. En que circular por las veredas era abrirse paso a codazos no sin recibir al paso insultos emitidos por aquel pregonador de mangos, o recibir el humo del hornillo de fritanga, cuando no el brincar sobre esa alfombrilla llena de artículos de dudosa procedencia que nos obligaba a unas cuantas acrobacias circenses. Hermosa época, los negocios tenían que pagar impuestos que los informales, exentos por decisión propia, les otorgaba el derecho de ocupar calles, soportales o incluso, aprovecharse las luminarias de su almacén.

Conductores de masas y caudillos

“Un dictador es un animal complicado. Es generalmente desconfiado, suele estar permanentemente malhumorado y, para colmo, sus tendencias violentas están más que constatadas. Por eso hay muchos que son partidarios de hablarles siempre en privado y con susurros, nunca en público, y menos a gritos” ha dicho en una columna publicada el 28 de enero en el diario español El País el periodista y escritor José Ignacio Torreblanca.

Hace unos días acabé de releer el libro titulado El Gran Ausente, una biografía de José María Velasco Ibarra, cinco veces presidente del Ecuador, político controvertido pero reconocido en todo el mundo como un ilustre pensador, autor de varias obras sobre ciencias políticas, derecho internacional y derecho constitucional, y profesor, durante sus exilios, de varias de las más reputadas universidades del continente.

Saturno

Saturno, dios de la mitología romana, tras derrocar a su padre, obtuvo de su hermano mayor Titán, el favor de reinar en su lugar. Titán le exigió que debía matar a toda su descendencia, para que la sucesión del trono se reservase a sus hijos. Después de perder varios hijos, su esposa salvó de tan terrible fin a Júpiter. Éste, una vez adulto, hizo la guerra a su padre, derrotándole y expulsándole del cielo.

Manuela Gallegos, ex colaboradora del régimen, convoca a la ciudadanía, a no dejarse engañar con la consulta, a defender con decisión la revolución y el proceso de participación ciudadana, a “no permitir que se devore a dos de los principales hijos de esta revolución, que son el Consejo de Participación Ciudadana y la propia Constitución”.

Demoliciones y Monumentos

El gobierno militar –dictadura- del General Rodríguez Lara, se autodenominó “nacionalista y revolucionario”, cuyo objetivo fue controlar los ingresos producidos por la exportación de petróleo que se comenzaron a recibir en la década del setenta, coincidiendo esto con la crisis energética mundial que sucedió por aquellos años. Es decir abundó dinero fresco, se tuvo a disposición, gusto y gana el poder completo y las tres funciones del Estado eran una sola. La dictadura militar petrolera duró nueve años. Diríase que la situación era muy parecida a la actual. La gran diferencia está o estará en la que hay entre la personalidad, inteligencia y talla de Rodríguez Lara y Guillermo Durán Arcentales juntos, y la de Rafael Correa solito.

Entre los planes quinquenales de aquella época fue aquello de sembrar el petróleo, y dedicarse a desarrollar la agricultura. La SEMPLADES se llamaba Junta de Planificación en ese entonces. Para poder sembrarlo se levantó un monumento a la estupidez humana, que terminó siendo la construcción de ese elefante blanco que al parecer hoy Correa se alista a demolerlo. Muchos millones de dólares se invirtieron para construir ese edificio inmenso con la intención de rellenarlo de escritorios, y para demostrar engañosamente que Guayaquil sería la ciudad desde donde se manejaría el desarrollo agrícola. Alguna vez escribí al respecto y dije que debido a la idiotez de la idea, lo mejor era poner maceteros en las planificadas oficinas en lugar de aquello escritorios, y desarrollar mini granjas agrícolas, sembrando marihuana para que se autogestione. Claro está que en aquel tiempo también los Municipios dependían de la dictadura y eran designados los alcaldes y concejeros por la Gobernación del Guayas. Asi se trazaron planes para convertir la avenidas Quito en el centro burocrático de la ciudad, y se planeó un diseño urbanístico futurista, así más o menos como lo que es Dubái actualmente.

Una revolución costosa

La revolución ciudadana no es, como algunos piensan, un movimiento que se generó con los forajidos o con la ruptura de los veinticinco.

El grupo de la revolución ciudadana es un movimiento que se ha ido generando con gente capaz en su mayor parte, a lo largo de varios años, por la necesidad de defender el país contra los abusos de los grupos de poder que se han ido alternando durante más de 170 años en el gobierno y que en su mayor parte pensaron en sus necesidades particulares y las de sus amigos o familiares, antes que en las necesidades básicas del pueblo ecuatoriano. Alguien, pensando en el país, se dedicó a formar un grupo de personas capaces, que salían a prepararse con becas al exterior, en distintos países, muchos de ellos de detrás de la cortina de hierro, aprendiendo no en las capitales, sino en pueblos alejados, gente con capacidad, que se preparó en la mejor de las formas, para regresar al país y buscar su transformación.

Sistema Falso, Opresivo y Paternalista

Con las renuncias de asambleístas al partido gobiernista, el llamado Socialismo del Siglo XXI está mostrando su verdadera cara. No se trata de ideales sino de dictadores.

Al fin se están dando cuenta que es un slogan para disfrazar a tiranos. Los que denuncian y se retiran por ahora son llamados traidores, aunque el verdadero traidor es el que traiciona a la patria causando incertidumbre para provocar caos, desempleo, pobreza, delincuencia, para en medio de la desesperación del pueblo tomarse el poder total argumentando que él solucionará los problemas cuando en realidad es el causante de ellos.

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