25 abril, 2024

Opinión

La Justicia futura

La Constitución de Montecristi, vigente desde Octubre de 2008, estableció el régimen de transición mediante el cual se encargó al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, la designación de los nuevos funcionarios del Consejo de la Judicatura que debía reemplazar a los jueces que se encontraban en ejercicio, para integrar la nueva Corte Nacional de Justicia.

La Constituyente de Montecristi, había eliminado a la Corte Suprema de Justicia sustituyéndola por la Corte Nacional, para dar paso a la transición, pero varios hechos no han permitido que esta se cumpla.

La estabilidad del Poder Judicial fue prácticamente eliminada dando paso a un proceso de transición que trajo como resultado que sus miembros se consideren desahuciados ante la anunciada transición. Evidentemente que esta situación acentuó el descalabro de Tribunales y Juzgados de la República. El Consejo de la Judicatura pasó a ser un organismo de transición de acuerdo a lo ordenado en Montecristi, que en su afán desorientado de ordenar la Función Judicial, recurrió a la suspensión o a la eliminación de aquellos jueces titulares que caían en falta al dejar de despachar o fallar en contra de los quejosos.

¿Hasta Cuando Catilina?

Frecuentemente se dice que la historia se repite, Engels miraba el París de mediados de siglo XIX como se mira el cielo en la inminencia de la tormenta venidera: cargada de señales, lleno incluso de aquellos presagios que en el relato bíblico marcan el nuevo tiempo de la muerte del Redentor. En el siglo XX, Mayo del 68 fue el crisol en el que se fundieron todos los síntomas del malestar que arrastraba la sociedad francesa.

En nuestro tropical Ecuador, la inestabilidad política ha sido la regla; las grandes manifestaciones previas a la caída de Abdalá Bucaram tuvieron un sabor a Mayo del 68, luego, a los albores del nuevo siglo, el movimiento indígena-militar de enero del 2000 que precipitó la caída de Jamíl Mahuad, fue el desenlace de la descomposición moral de los políticos que en contubernio con los banqueros corruptos le hicieron el atraco más traumático de la historia al pueblo ecuatoriano.

El “Gran Dictador”

Quiero aclarar, que el título de la presente entrega NO es mío, y aunque comparto totalmente el concepto del mismo, es preferible acompañar lo dicho con una explicación, de lo contrario, y de no ser del gusto de los dueños del poder, terminaré tras las rejas, chiro más de lo que estoy, y todavía con deudas a este gobierno, que ni varias de mis generaciones podrían al menos pensar en poder pagar; “Gran Dictador”, es lo que escribió un amigo mío, adicto a la revolución ciudadana, y que me mencionó que era un orgullo para él, denominar así al señor Correa.

Ya fuera de broma y tratando de hablar seriamente, dentro del circo político y mediático en el cual nos están obligando a vivir, no puedo concebir, en el amplio espectro de desastrosas actuaciones de quienes manejan a su antojo las riendas del País, que se sancione a una persona, en una velocidad record, de menos de día y medio a tres años de cárcel y 40 millones de dólares por el simple hecho de decir lo que se piensa, es verdad, pueden haber sido falsas, mentirosas, calumniosas, sin sustento las palabras expresadas, pero al menos se tuvo la valentía de decirlas, y se tuvo la responsabilidad de signar con un nombre las mismas.

Educación es progreso

La educación es un proceso formativo que busca desarrollar la capacidad intelectual y moral de las personas. Y, aunque los padres son quienes están llamados, en primera instancia, a preocuparse de dar una buena educación a sus hijos, el Estado tiene la obligación de garantizarla.

Como vemos la educación pasa el límite de lo intelectual y abarca también el plano moral. Una población sin valores, aunque sepa leer y escribir, seguirá sumida en la ignorancia. La ignorancia que no libra de culpa pero que permite en su nombre cometer una serie de barbaridades.

La educación se refiere además al comportamiento adecuado de las personas que conviven en una sociedad, respetando ciertas normas que dan pauta de lo correcto o lo incorrecto de nuestras acciones.

Liderazgo

Semanas atrás, un grupo de estudiantes de bachillerato, nos solicito participar de una mesa redonda en la cual se abordaría el tema del “Liderazgo”. Interesante conocer el pensamiento disímil, juvenil y aun no contaminado de este grupo social frente a distinguidas personalidades del quehacer nacional. Tanto y cuanto más apasionante si constatamos que nuestro país vive una crisis de aquel atributo, de la que no escapan el sector empresarial, político, cultural y gobernante. La experiencia amerita ser analizada.

Quienes nos antecedieron tuvieron el acierto en definir lo que es tal cualidad en un ser humano. Característica especial que ciertos seres tienen el don de poseer. En la mayoría de los casos sin que se hayan preparado, entrenado o capacitado. Mucho se pondero sobre las cualidades, perceptibles a todos, de algunos individuos: Ghandi; Mandela, Mao; Madre Teresa de Calcuta fueron alguno de los citados.

¿Cuánto vale un hombre?

De acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia y con la razón natural, todos los hombres somos iguales, somos dignos y coherederos en la misma proporción del reino de Dios. Esto lo tenemos simplemente por el hecho de haber nacido. No hay ni ha existido ningún otro requisito que otorgue una diferencia entre los seres humanos. En nuestra Constitución, esto se ratifica, pues se insiste en toda ella en la igualdad. Valgo tanto como el pordiosero, el millonario, el discapacitado, el drogadicto, el rey, el hombre más virtuoso o cualquier otra persona. Esto es una verdad que no tiene ni puede tener ninguna excepción.

Ahora bien, ¿Cuál es el valor de un ser humano? De acuerdo al SOAT, una persona vale cinco mil dólares; de acuerdo a la ciudadanía, no vale un centavo, pues uno puede ser asesinado por alguien que desea sus zapatos o por alguien que quiere robar donde yo estoy cuidando; de acuerdo con el Presidente de la República, el precio solamente de la honra, no de todo el ser humano, se encuentra entre seiscientos mil y cuatrocientos millones de dólares.

Y vendrán por los Twitteros

Un 6 de febrero Emilio Palacio escribió … “El Dictador debería recordar que con el indulto podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente” . Yo, sabiendo que nos gobierna un dictador hubiese sido más cuidadoso, y redactado así; ….” podría llevarlo ante una corte penal asumiendo que se ordenó fuego a discreción…”.

¿Ustedes creen que reemplazando esas palabra por, que sí es afirmativa, por la palabra asumiendo que, que es supositiva, el Dictador, a decir de Palacio, hubiese dado un paso atrás en su firme decisión de “incautar” diario El Universo, con ese disfraz legal que ha utilizado para vergüenza de la República?. Un dictador que se respete usaría la palabra ¡exprópiese! Directamente y sin tapujos, a la usanza de Hugo Chávez que no se molesta en disfrazar las apariencias a la hora de imponer su voluntad.

Este juicio es una mentira. En el fondo y en la forma. Con ese juez peor. Con esa rapidez, más aún. Por esos montos, es desfachatez. Creo que Emilio Palacio en su furia erró y dio la punta de un ovillo para que se desenvuelva un guión que tarde o temprano se iba a dar. El término “prensa corrupta” el presidente Correa lo ha usado a diestra y siniestra, lo ha generalizado y, popularizado de tal manera que palabras más, o palabras menos de Emilio Palacio, la cosa se iba a dar. Estaba en la mira y creo que, más por necio que por valiente, se encuentra en una situación más que cruel.

El cuento del loro belicoso que llego a mi correo y anda circulando por ahí

Había una vez un loro muy vistoso que vivía en el reino de bananolandia.

Era alto y de plumaje verde, así como verde también lo eran sus ojos. Joven, sonriente y carismático, destronó al rey de la selva, al que le decían el dueño de la jungla y era un león que fumaba mucho y tenía huevos bien puestos. Los animales se impactaron con el pajarraco, quizás cansados de lo que ofrecían los mismos de siempre o porque era un plumífero desconocido.

Incansablemente cantaba, bailaba, era pico de oro y ofrecía el animalismo del siglo XXl como la solución a todos los males de la selva. Por eso los faunos creyeron en el cambio que la cotorra ofrecía. El loro hablaba sin parar y siempre decía sin pensar lo primero que salía por su lengua. Era conflictivo y como tenía profundos resentimientos por lo que había vivido cuando era un lorito pequeñito, no sabía ni podía callar y comenzó a dar rienda suelta a sus complejos y resentimientos, con el propósito de pelearse contra los animales que anteriormente habían gobernado la jungla.

Para ese entonces hubo elecciones en la selva.

Actualmente un Ecuador de bárbaros

Engañar a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil. Por eso el orador tiene menos mérito que el abogado o el curandero

– Santiago Rusiñol –

Como todo el mundo se equivoca y todos podemos corregir, doy consejo a quien lo escuche. Para que un país, pueblo o comunidad funcione ordenadamente y pueda avanzar y no se convierta en una sociedad de bárbaros, son necesarias muchas cosas. En este artículo me enfoco en dos: balance entre los poderes y oxigenación dentro de los mismos.

Los Alumnos Bailarines

“Hacer lo que nos da la gana no es ser libre. Eso lo hacen los animales. La libertad es inteligente y se guía por normas” Tapia Figueroa

El problema no es en si “un baile erótico” que ya es “modus ritmus” que baila la juventud de aquí y de todas partes, pero si, lo exageradamente sensual que deja mucho qué pensar…

Lo grave es el modo de divertirse de nuestra juventud, exacerbada, a veces, con el uso de alcohol y drogas, que les hacen perder el sentido.

Hay algo más, los estudiantes, no son todavía seres independientes-son púberes y adolescentes hijos de familia y alumnos de centros educativos, cuyo comportamiento es el resultado, a más de la formación que se les da, del control o descontrol que ejerzan sobre ellos los adultos padres y maestros. Todos los hijos y alumnos del mundo, en todos los tiempos, entrados a la adolescencia en que las fuerzas bio-fisiológicas se desarrollan, están expuestos a la malsania de influencias negativas, si se los deja sin control en sus reuniones, en sus fiestas, en sus amistades y en sus amores, convertidos en libertinaje.

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