23 abril, 2024

Felicidad y aprendizajes

Si observamos los aprendizajes cognitivo-afectivos de los seres humanos, veremos que en esencia son fruto de una relación directa de los individuos con el entorno en el cual están los “referentes”, llámense padres y madres, maestros, tutores, guías, sucesos, procesos, modelos, esquemas y todo lo que puede influenciar a la “Cultura” en la que se desenvuelve…

Un aprendizaje depende biológicamente hablando, de las asociaciones entre neuronas del sistema nervioso central guiadas por los estímulos externos –físicos, humanos, etc- y estimuladas por factores químicos y eléctricos que actúan como verdaderos reguladores de intensidad y de… ¡calidad!…

Filtros mentales y su origen

En el diálogo permanente con ustedes, amables lectores, tengo la suerte de recibir sus aportes en forma de comentarios. ¿Se imaginan ustedes lo que ocurriría si mantuviese en mi mente las características propias de quien tiene como filtro cognitivo-afectivo a la soberbia?.

Sería probable que soslaye y deje de lado sus criterios pues de alguna manera afectarían a mi “convencimiento” de que “sólo yo puedo pensar bien y expresarme correctamente”. Afortunadamente ese fue un “aprendizaje” –filtro- que no he desarrollado durante mi vida. Tampoco la “polarización de la mente”, es decir, el modelo que permite ver solo dos puntos de la línea y no más… ¡entonces pensaría que sólo existen los buenos y los malos!, quienes están conmigo y quienes están contra mí. Y… qué tal “la visión de túnel”, el “egocentrismo”, o el “sí… pero…”, en fin… tantos y tantos obstáculos mentales que comenzaron siendo aprendizajes, tal cual, y ahora son verdaderas “nubes negras” al momento de interactuar con otros, de tomar decisiones o de expresar sentimientos y percepciones…

De cómo influyen las canciones populares en los aprendizajes…

Imagino que la gran admiración del joven Niestzche por la obra de Wagner y su música fue de alguna manera el inicial despegue para el trabajo del reconocido filósofo tal cual Fernando Savater lo expresa en su recomendable libro “La aventura del pensamiento”.

Y es que la música ciertamente ha mostrado –en todas las investigaciones cognitivas- su eficiencia y efectividad para mejorar las conexiones neuronales desde antes de nacer en el ser humano y por supuesto para ser considerada “influyente en alto grado” en el desarrollo de la inteligencia…

Espiritualmente basta entrar en mágico contacto con la música clásica y por supuesto con los maravillosos ritmos populares. Tristeza, desenfado, agresividad, alegría, positivismo, en fin, son tantos los sentimientos y emociones que de hecho se transmiten al ser humano desde los acordes musicales que resulta repetitivo volver a mencionarlos.

Filtros cognitivo-afectivos… ¡la soberbia!

Quiero partir de un razonamiento ya expresado en anteriores entregas: los aprendizajes que desarrollamos en el transcurso de la vida tienen muchos mediadores a veces no contemplados por quienes hablan de educación y por supuesto tampoco por los naturales guías, dígase los padres de familia y los tutores en la escuela o colegio. Sin embargo, el internet, la televisión, los amigos(as), los abuelos, el celular, la Iglesia, la radio, revistas, las canciones populares, etc, etc, compiten en una suerte de constante estimulo con quienes tradicionalmente han sido la base fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje y determinan resultados, en ocasiones, nada halagadores…

Todos estos “mediadores de aprendizajes” no son malos per-se, pero tampoco puede etiquetárselos como buenos del todo. Su eficiencia y efectividad puede notarse en detalles como… los cambios de conducta de los chicos, la práctica de hábitos ajenos a nuestra Cultura, el acercamiento o el rechazo a determinado tipo de gente o de grupos…

¡Me niego a aprender!

No sé si a usted le ha ocurrido…

En alguna ocasión que me disgustaba el trato de algún profesor allá en el Cristóbal Colón de los setentas o una regla que mi padre afirmaba era “porque a él le parecía correcta”, aparecía ante mí un pensamiento que intentaba “castigar” a mis mayores ¡vaya utopía!. Decía para mis adentros… “ahora, no voy a aprender nada”.

Y ese infantil pensamiento era entonces creado en una mente cuya realidad giraba en torno de la escuela y la casa… ¡nada más!, la televisión si apenas comenzaba y la difunta “abuelita Játiva” nos divertía en un cajoncito con pantalla en blanco y negro por las apacibles tardes porteñas. Nada de internet ni de juegos en la calle, peor aún el cine ni el celular…

¿Educan los abuelos?

Para quienes piensan que sólo la familia papá y mamá y la escuela educan hay que escribir…

Me temo que la crasa equivocación al pensar que todos los males sociales se refieren a la mala calidad de la educación escolarizada confunde y fomenta la desesperanza. Quiero decirles que… “después de un largo trajinar por los apasionantes caminos de la educación ecuatoriana puedo afirmar que ése criterio dejó de ser cierto cuando se aceptó que más que de enseñanza debemos hablar de aprendizajes”, a secas, aprendemos continuamente de todo y de todos, aprendemos aunque nos neguemos a aprender, aprendemos porque nuestro contacto con el mundo a través de los sentidos orienta nuestro pensamiento y lo estimula a razonar, a cuestionar, a crear, aprendemos porque el ser humano es un ser de aprendizajes…

¡El propósito!

Cuando se trabaja por procesos en el aula, cada uno de los mismos… “pensar en extremos”, “determinar variables”, “establecer reglas”, “pensar en las consecuencias” si he de hablar de los primero avances que han de darse en los últimos grados de la primaria con horas de clase y maestros preparados para “pensar” sirven como verdaderos “antídotos” contra el establecimiento de todos esos condicionamientos o “filtros cognitivo-afectivos” que hoy nos damos cuenta contaminan a los seres humanos obnubilando el raciocinio al momento de la toma de decisiones.

Guayaquil, tierra de emprendedores…

Una de las competencias genéricas tal vez más importantes de trabajar en la educación de los niños, niñas y jóvenes debería ser el “aprender a emprender”…

Un gran amigo, viajero frecuente, me preguntaba: ¿Por qué Guayaquil brilla con luz fulgurante?. ¿Qué es lo que hace grande a Guayaquil?. ¿Acaso no son sus productivos hijos e hijas?. En efecto, si nos ponemos a analizar de manera objetiva y puntual el caso del progreso de nuestra ciudad, encontraremos en ella –y desde hace decenas de años- una gran cantidad de modelos, de hombres y mujeres que se han ajustado con claridad meridiana a los más modernos conceptos de “emprendimiento” que puedan esgrimirse por parte de los estudiosos del tema…Guayaquil, tierra de emprendedores…

Decisiones… ¡entre lo legal y lo justo!

¡Cuántos problemas se evitarían si lo legal fuese siempre aliado de lo justo!

Me pongo empáticamente en las “sandalias” de un juez(a) probo(a) como los hay muchos en nuestro país y en el mundo. Puedo casi percibir –si hago mi mejor esfuerzo empático- su casi “desesperación” cuando se da cuenta de lo injusto que sería no castigar a un individuo a todas luces culpable por la insuficiencia de pruebas y de testimonios que sustenten la legalidad en la aplicación de la norma. ¡Debe ser una experiencia abrumadora!, aunque también resulta durísimo vivir momentos como los planteados en la cotidianidad, lo sé, pues en efecto estamos expuestos a la confrontación con nuestra conciencia todos los días cuando tomamos decisiones… ¿es justo?

¡Confusiones éticas!

Hace varias semanas me reunía con un padre de familia preocupado, más bien “reclamante” pues su hijo no había podido acceder a ser Abanderado del Pabellón Nacional en el colegio que regento pues no cumplía con uno de los requisitos estipulados en el Reglamento de Educación y que dice textualmente que… “el estudiante debe haber cursado en la misma institución por lo menos los cinco últimos años de estudio previo a la designación”.

El caballero me decía que había consultado con su abogado y que éste interpretaba el artículo con otro sentido y por tanto se sentía perjudicado.

×