25 abril, 2024

Un loco con buenas intenciones

Tengo un amigo. Su mamá dice que está medio loco. Yo digo que es un loco con buenas intenciones. Hace algunos años, coincidimos en una noche inesperada y desde entonces vivimos conociéndonos y reconociéndonos. Aquella noche habló de libros y valores. Enseguida supe que era diferente, como yo. Las amistades empiezan por la orilla: ¿Te gusta la playa o la montaña? ¿Prefieres el chocolate o la vainilla? ¿El círculo o el cuadrado? ¿El círculo? ¿Rojo o amarillo? Si hallan simpatía en las nimiedades, arrastran la barca desde la arena hasta el piélago. La marea corre suave mientras las preguntas se vuelven personales: Así que no te gusta la montaña, ¿el frío te hace sentir solo? ¿Prefieres la vainilla por su pureza? ¿El círculo amarillo es el sol que no contemplas?

Que rica es la Psicología

Qué rica es la Psicología. Me siento afortunada de poder afirmar que estudio algo que me encanta. Me gusta aprender, explorar y descubrir. Ir a clases es una aventura. Estudiar Psicología no es elegir una carrera que te entrega un título ornamental al cabo de unos años; estudiar Psicología es el arte de comprender. Decir que sí a la heroica tarea de “lupear” (de lupa) lunares y depurar charcas. Aceptarse uno mismo como es, y no como debería ser. No juzgar. Plantarse en medio de la balanza y contemplar la escena con neutralidad perceptiva. Ser coherente. Vivir conforme a la flor que uno siembra y riega y luego presume. Ser humilde. Advertir que el conocimiento no es poder, es una herramienta para servir. Saber escuchar. Acomodar el oído en el vientre y no en la superficie. Seguir al instinto. Conectarse con la sabiduría de la tripa y arriesgarse en el camino. De todas maneras, el viento siempre nos empuja a tomar una decisión.

Mi luz son ellos

Empezar de nuevo. Emprender un prolijo viaje al parque donde siempre paseas al perro, pero esta vez vendada, sin perro y sin apegos. Decir adiós a los amigos. Dar la bienvenida a los extraños. Cambiarte el nombre. Decir que sí. Sonreír. Pretender. Ante ellos no. Ante ellos siempre fuiste tú misma. Te recibieron sin expectativas. Los atiborraste de sueños e ideas. Desvelaste pedazos de tu historia. Se mostraron vulnerables y auténticos. Gracias. Siempre gracias.

Despertabas muchas veces con los ojos y sin el cuerpo. Andabas como perdida, sumida en una ola que nunca descendía. Ellos fueron tu ancla. Llegaron playa, se impusieron como tierra firme. La ola cedió al mar y te convertiste en faro. La luz que siempre soñaron sin comprender que aquel sueño les pertenecía. Fueron días alegres. Y tristes. También fueron días tristes. ¿Recuerdas cuando uno de ellos te confió un secreto y tú abriste un hoyo en tierra húmeda para guardarlo? Después de aquella vez primera, tuviste que cavar más hondo. Una hilera de hoyos por cada secreto revelado. Llegaban por todos los medios. Dibujos sangrantes, palabras sufridas, ojos de vidrio. Llegaron también rimas de colores, risas pomposas, abrazos inesperados. No sabías qué hacer con tanto amor en bandeja. Y lo repartiste entre ellos.

El Dios de las cosas

En cierta ocasión asistí a un retiro espiritual donde escuché a un sacerdote decir: “A veces, por atender las cosas de Dios, nos olvidamos del Dios de las cosas”. Aquellas líneas se grabaron muy dentro de mí ese día y hoy, a ratos asaltan mi mente para volver a escribirse, como si las leyera por vez primera, adquiriendo nuevos significados antes ignorados. El Dios de las cosas. Y las cosas de Dios. ¿Cuáles son esas? Para aquel sacerdote, atender las cosas de Dios es perdonar las almas contritas, ofrecer un pancito mojado en vino santo, narrar las historias de un Dios humano. Para la viejita que va a misa de ocho o de seis todos los días, atender las cosas de Dios es dirigir el canto, recoger la limosna, orar a solas. Para la monjita del convento, atender las cosas de Dios es desayunar sacrificios, amasar el pancito sagrado, orar por un mundo doliente.

Querida Emma: Gracias

Emma Watson

El 21 de septiembre, en la ciudad de Nueva York, la actriz y nueva Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, Emma Watson, ofreció un discurso sobre la igualdad de género y lanzó la campaña “HE FOR SHE”, convocando a los hombres para que participen en la causa del feminismo. Dicha convocatoria ha despertado muchas conciencias, así como también ha cegado muchas otras.

He visto circular hace poco en la red un artículo de un abogado, Gonzalo Banda, con el título “Querida Emma: El feminismo también puede convertirse en violencia”. Debo reconocer que leerlo me ha producido una cólera nauseabunda, al ver cómo se tergiversa el discurso de Watson así como la visión del feminismo. Por ello he decidido analizar a profundidad los argumentos del mismo.

Media Luna

Es de noche ya
Los faroles se encienden
Y en la punta de un cielo compartido
Brilla pálidamente la media luna

Alguna vez fue luna completa
Luna de queso
Redonda y cremosa
Luna de azúcar
Blanca y deliciosa

Mi vida escondida en Él

En su poema “Mucho más grave” (que me fascina) dijo Benedetti: “Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo”. Desde que era pequeña saliste a mi encuentro y yo te recibí con aquella inocencia propia de los que te ven. Y aunque no te seguí recibiendo de manera metódica y cronometrada, aunque muchas veces haya volteado la mirada, todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo. Recuerdo, por ejemplo, la temprana costumbre de las oraciones por la noche a mi ángel de la guarda y el minuto cotidiano en la capilla del colegio todas las mañanas para saludarte. Recuerdo también los sencillos sacrificios de la niña de mi infancia en su afán por agradarte, como ceder el puesto a alguien en la misa o permanecer de rodillas en el suelo empedrado durante la procesión del Corpus Christi; enseñar con paciencia a alguna compañera y soportar en silencio los dolores insignificantes.

Te recuerdo hogar

Te recuerdo joven
Encantabas al mundo con tu calor humano
Con una gracia tan tuya
Invitabas a las risas alegres

Te recuerdo madre
Protegías a los tuyos con fervor
Con un amor altruista
Velabas por tus hijos y los hijos de tus vecinos

Memorias de una Paella Literaria

En la noche del último viernes del mes de enero se juntaron la palabra y los recuerdos en la boca y el corazón de los amantes de la literatura. Una acogedora familia los recibió con libros abiertos y platos exquisitos. Participaron en la velada los autores y sus obras: Hans Behr Martínez, Maratón; Luzrosario Araújo , La cama mágica ; Leticia Loor , Y aún ocupa mi memoria ; Karyna Arteaga de Abad, La Librería y Las Cartas; María Fernanda Cazón Morán, Corceles de mar y tierra ; Verónica Coello, El solitario George ; María José Salazar, entre otros invitados.

Carta a Harry Haller

Ha sido toda una aventura acompañarte en este recorrido literario, mi querido Harry; más que literario, vívido, sangrante, purificador. Gracias porque has bautizado mi condición humana con tu lobo estepario. Qué consolador descubrir mi historia en tu historia, saber que no estoy sola, que el mundo está lleno de lobos esteparios anónimos. Saber también que hay esperanzas para las bestias como nosotros, que para todos existe una Armanda que nos devuelva a la vida, una María que avive nuestros sentidos y un Pablo que nos invite al teatro mágico. ¡El teatro mágico! No para cualquiera. Sólo para locos. La entrada cuesta la razón. ¿Quién podrá guiarme hasta esa tierra fantasiosa? ¿A quién debo confiar mis cadenas? ¿Quién podrá liberarme? Soy Armanda y busco a mi lobo estepario. Soy Tarzán y te espero, Juan Manuel Carpio.

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