25 abril, 2024

Las APP y Ecuador: un romance imposible.

Loja, octubre 28 de 2015 Los proyectos de APP no son una modalidad nueva en América Latina. Durante varias décadas países como México, Brasil, Chile, para citar unos cuantos, han tenido experiencias […]

Pecados capitales

La lujuria que genera el exceso de poder, no resulta ajena a aquellos gobiernos que en nombre de la democracia mal entendida, pretenden apoderarse de todo mediante atropellos y abusos en nombre […]

Una jornada ejemplar

La diversidad de motivos que aglutinó a varios miles de ecuatorianos a caminar por las calles de sus respectivas ciudades ha logrado promover dos mensajes exitosos. El primero, es que se puede protestar pacíficamente, con altura, con respeto, con dignidad, sin manchar la esencia de la protesta, y haciendo de este mecanismo democrático una verdadera herramienta de oposición a políticas y decisiones tomadas desde las esferas del poder.

La gran mayoría de ecuatorianos respalda y respeta una protesta con estas nobles particularidades. Las otras, deben ser enterradas en la historia del anacronismo y del divorcio al progreso, que lamentablemente siguen siendo caldo de cultivo de un grupito de tontos útiles, que negativamente ejercen un poder encantador sobre estudiantes jóvenes y escasos de discernimiento.

Elecciones en los Estados Unidos

Las últimas elecciones en los Estados Unidos ha afianzado el gobierno de los más ricos de los ricos, de las grandes corporaciones, y sobre todo del poder del capital sobre el del ser humano. Resultados electorales que distancian aún más a esta democracia de las democracias progresistas, que se nutren de la integración, del interés de sus ciudadanos por acudir a cumplir con su deber político en las urnas, y de una nueva visión del poder y del derecho ciudadano como máximo mandante.

Pues la más poderosa, antigua, y autoproclamada mejor democracia del planeta, es como una mesa de cuatro patas que engañosamente logra equilibrarse en tres, donde de acuerdo al United States Election Project, solamente un remoto 33% de electores calificados han respondido al proceso electoral.

Lo que todo ecuatoriano debe conocer sobre el caso Chevron III Lago Agrio: ¿Que acerca de la autoría falsa del fallo?

El día de ayer, Ted Folkman, uno de los más importantes analista jurídicos que mantienen blog especializados en temas judiciales en los Estados Unidos, publicó un análisis personal, como parte de una serie de artículos publicados en Letters Blogatory (https://lettersblogatory.com) que han venido comentando sobre el caso Lago Agrio, Arbitraje Chevron vs. Ecuador, el caso RICO, y todas las derivaciones jurídicas que estos casos han mantenido en diversas cortes alrededor del mundo y de los Estados Unidos.

Me gustaría compartir sus reflexiones publicadas luego de que Ecuador presentara su contra réplica al tribunal de La Haya a mediados del mes de diciembre, como parte del arbitraje iniciado por Chevron contra Ecuador amparado en el Tratado Bilateral de Inversiones con Estados Unidos en vigencia desde 1997. El estado ecuatoriano alega que el tratado no se encontraba en vigor debido a que las controversias que se invocan como antecedentes del arbitraje surgieron antes de la vigencia del Tratado Bilateral de Inversiones y, por lo tanto, están más allá del alcance temporal del mismo. Ecuador sostiene que los Tribunales Arbitrales no pueden ejercer jurisdicción sobre hechos y derechos anteriores a la vigencia del tratado, bajo el principio de no-retroactividad de los tratados. Comparto el profundo análisis textual del abogado Folkman.

Lo que todo ecuatoriano debe conocer sobre el caso Chevron II

La relación que en 1964 empezara con Texaco, y que finalmente engancharía a la República del Ecuador con Chevron, nace con la exploración petrolera de una importante zona de la Amazonía ecuatoriana, cuando Texpet entra a formar parte del Consorcio encargado de la explotación de petróleo en una zona aproximada a 500.000 has. de selva amazónica, donde se estima perforó 356 pozos y excavó más de 800 fosas para enterrar lodo y material contaminado.

Texaco en ese entonces, ahora Chevron, gracias a la adquisición que esta hiciera a comienzos de los 90 de la hasta entonces petrolera relacionada con Ecuador, fue el único operador del consorcio por 25 años. Cuando en el 2004, ante una corte de Nueva York, Chevron intentara involucrar a la República del Ecuador y Petroecuador, como co-participantes del acuerdo de operaciones conjunto (conocido como JOA en ingles), las cortes estadounidenses negaron tal pretensión. Litigio que llegó a instancias superiores, siendo rechazado por la Corte Suprema de Estados Unidos, ratificando el fallo de las cortes menores. Mi punto con esta aclaración, es insistir en que Texaco fue el único operador durante los primeros 25 años de extensivo y abusivo maltrato a la selva ecuatoriana.

Lo que todo ecuatoriano debe conocer sobre el caso Chevron. I parte

Corría 1964, cuando el estado ecuatoriano firmó un contrato de concesión con Texaco, empresa que asume, mediante una de sus concesionarias, el rol de operador único del consorcio. Hasta el año 1977, se habían producido algunos movimientos en la composición accionaria del consorcio, pero Texaco mantenía y mantuvo su función como único responsable de las operaciones en la Amazonía ecuatoriana concesionada en 1964; donde conservó su función de operador hasta 1990. La concesión termina en 1992, fecha en la que Texaco, luego de cometer un extraordinario abuso ecológico a la selva del Ecuador, se retira del país.

En el año 1993, se da inicio al conocido como juicio Aguinda, en el distrito sur de la corte de Nueva York, donde el grupo de demandantes, formado por nativos amazónicos liderados por un equipo de abogados estadounidenses y ecuatorianos, alegaron que entre 1964 y 1992 las actividades de operación petrolera contaminaron la selva y los ríos de Ecuador y amparados en teorías de negligencia, molestias públicas y privadas, de responsabilidad objetiva, supervisión médica, trasgresión, conspiración civil y de violaciones, al conocido como Alien Tort Claims Act en los Estados Unidos, reclamaban a Chevron el reconocimiento de daños económicos, una amplia reparación equitativa para corregir la contaminación de las fuentes y el medio ambiente, entre los reclamos más importantes.

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