25 abril, 2024

El sistema electoral estadounidense

Para los no estadounidenses que desconocen cómo funciona la sociedad de ese país, critican las últimas elecciones de congresistas y gobernadores de Estados Unidos. Consideran que el sistema electoral no es democrático. Pero es el mismo desde la fundación de la república, admirado desde siempre; permitió que el ingreso por habitante al inicio del siglo XIX inferior al latinoamericano, hoy sea ocho veces superior.

Si los críticos no han leído Democracia en América, libro publicado en 1835, deberían hacerlo; es la apreciación de Alexis de Tocqueville, francés enviado a Estados Unidos para conocer por qué ese país tenía crecimiento económico envidiable. Bolívar fue admirador de la constitución estadounidense, su intención fue reproducirla en los países que formaron Gran Colombia. En su discurso de Angostura en 1819 expresó: “El pueblo norteamericano es un modelo singular de virtud política y rectitud moral;[ . . .] esa nación nació en libertad, se crió en libertad y se mantuvo sólo por la libertad”. Lamentó que ese camino sería muy difícil para los latinoamericanos, al afirmar que estaban destinados: “al triple yugo de la ignorancia, tiranía y vicio…Pienso que sería mejor para América del Sur adoptar la forma de gobierno del Corán antes que la de los Estados Unidos, aunque la última es la mejor en la tierra”. Rocafuerte también fue admirador. En su obra, Ideas Necesarias a Todo Pueblo Americano Independiente que Quiera Ser Libre, escribió sobre la igualdad de todos los seres humanos, derecho a la vida, libertad y felicidad, y sostuvo que los gobiernos deben asegurarla: “…ninguna parte del globo reclama más imperiosamente que la nuestra, la imitación del espíritu liberal de los Estados Unidos”

Olmedo presidente del Gobierno Provisorio

La vida de José Joaquín de Olmedo, como la de cualquier persona, se divide en etapas. Las más importantes de él en su vida pública son: desempeño en las cortes de Cádiz, participación en la Independencia de Guayaquil, presidencia del Gobierno Provisorio, elaboración de la primera constitución cuando Ecuador se convirtió en república, actividades en Perú, estadía en Londres y participación en la revolución marcista en 1845. No todas sus fases han sido estudiadas en detalle. Los libros de historia no profundizan su actuación como Presidente del Gobierno Provisorio entre noviembre de 1820 y julio de 1822, período indispensable para la independencia de Ecuador. Rocío Rosero Jácome, en su obra Olmedo Político, Patriota o Desertor, apenas dedica 20 páginas de las 580, a describir la labor de Olmedo en esos años.

Preguntas sin respuestas- ¿Por qué San Martín se entrevistó con Bolívar en Guayaquil?

Sobre el descubrimiento de una carta confirmando que la entrevista de San Martín con Bolívar fue para proponerle que un príncipe europeo gobierne los territorios liberados y además San Martín expresarse mal de parte de los guayaquileños, me sorprende que el investigador ignorara valiosa bibliografía, como el libro del Coronel Jerónimo Espejo, acompañante de San Martín en Guayaquil y escritor de la Entrevista de Guayaquil, describiendo en detalles la visita. Numerosos documentos evidencian que ellos trataron varios temas. Sobre la propuesta del príncipe rechazada por Bolívar, es irónico ya que este tenía ideas similares, no olvidar su expresión: “He arado en el mar”.

Después de la tercera reunión con Bolívar, San Martin decidió zarpar la noche del segundo día; no esperó terminar el baile que el Cabildo había preparado en su homenaje. Todo historiador debe preguntarse, ¿por qué San Martín no se quedó hasta finalizar el evento social, dormir en Guayaquil y regresar a Perú al día siguiente? ¿Se sentía incómodo y molesto con Bolívar? Hay documentos que lo confirman. ¿Por qué hubo tres entrevistas para tratar el tema del príncipe? ¿No bastaba una?

¿Hasta cuándo las ofensas?

Hace aproximadamente cuatro años, se publicó en Quito el libro Irradiación de 1809, Historia de la Academia Nacional de Historia 1909‐2009”. Esta obra se escribió para conmemorar el centenario de la citada institución. Su autor la inició con un capítulo dedicado a la Independencia de Ecuador. Para mi asombro, no había referencia alguna al 9 de octubre de 1820. Inmediatamente procedí a escribir una carta de protesta a Juan Cordero Íñiguez, presidente de la mencionada academia, y presenté mi renuncia irrevocable. Yo no podía formar parte de una agrupación que despreciaba la independencia de Guayaquil. Juan me contestó indicando que no era una obra publicada por la Academia Nacional de Historia, había sido iniciativa de uno de sus miembros, solicitándome retirar mi renuncia. Le contesté que no lo haría ya que él había escrito el prólogo y debió haberse dado cuenta de tan lamentable omisión.

Han transcurrido los años y un nuevo libro se ha publicado en Quito sobre la Revolución Juliana, su autor es Juan Paz y Miño. Para mi sorpresa, quien escribe el prólogo es Juan Cordero. Lo sustancial se resume a continuación:

Lecciones de la Junta de Beneficencia de Guayaquil- Cómo perdurar en el tiempo

En la última década, la importancia de la responsabilidad social de las empresas y
empresarios nos llegó con fuerza desde el exterior y se impuso en el sector
privado ecuatoriano, en poco tiempo surgieron expertos en la materia dedicados a
vender sus servicios a las empresas y en centros de estudios se dedicaron a
enseñar el tema. La ISO estableció la norma 2600. En este lapso se han publicado
numerosos libros y centenares de artículos en revistas. En el 2009 la revista
empresarial EKOS con sede en Quito, publicó la Memoria de Responsabilidad
Social Empresarial. El autor ha sido invitado a foros sobre el tema.Si en Google, el
buscador de Internet, se escribe Responsabilidad social corporativa, aparecen
nueve millones de resultados.

Daría la impresión de que ser responsable frente a la comunidad es algo nuevo en
el sector privado, un producto del pensamiento empresarial del siglo XXI, impuesto
desde el Primer Mundo, cuando en la realidad ya existía en Guayaquil desde el
siglo XIX, es decir hace más de un siglo, los empresarios conocían que su trabajo
y decisiones iban más allá de hacer prosperar sus negocios y acumular riqueza.
Su comportamiento ético abarcaba más que mantener cordiales relaciones con
sus trabajadores y pagar remuneraciones justas. Efectivamente, la Junta de
Beneficencia de Guayaquil (JBG), que conmemora 125 años de existencia, nació
en 1888 para atender a la gente desprotegida de la provincia del Guayas, siendo
la mayoría de sus fundadores, empresarios de gran éxito que tenían conciencia
social y estaban dispuestos a dar dinero y aportar su tiempo sin costo alguno en
beneficio de la sociedad. Ellos estaban deseosos de llenar un vacío creado por el
Gobierno Central, responsable de la desatención de la salud, educación y demás
necesidades básicas de todo ser humano. Esa filosofía de los miembros de la JBG
de entregar su tiempo a causas nobles se mantiene hasta la actualidad.

¿Hay corrupción en el Gobierno de Rafael Correa?

En mi columna en Expreso publicada cada domingo, el 30 del mes pasado, apareció el siguiente artículo:

La clase media

Es uno de los numerosos beneficios del sistema capitalista. Durante miles de años no existió; fue la revolución financiera del siglo XVII en Amsterdam y la industrial en Inglaterra desde fines del siglo XVIII, que al aumentar sostenidamente sus economías a tasas de crecimiento jamás antes logradas, hicieron surgir un sector de la sociedad con capacidad de consumo. Las revoluciones industriales en Alemania y Estados Unidos, desde la segunda mitad del siglo XIX tuvieron similar efecto. Con el incremento del ingreso, las personas demandaron más bienes para satisfacer las crecientes necesidades de quienes recibían renta. Fueron satisfechas con inventos salidos de la innovación, proliferando los bienes de consumo anteriormente no existentes. El fenómeno del consumo llamó la atención a los economistas. Uno de ellos, el estadounidense Thorstein Veblen, en su obra La Teoría de la Clase Ociosa, publicada en 1898, criticó el consumo al considerarlo desperdicio de recursos, lo definió como consumo conspicuo.

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