1. Hoy celebramos el Día del
Padre. El comercio lo fomenta por sus intereses propios, que
no son necesariamente malos. Lo malo no está en que los comerciantes nos vendan
regalos para nuestros papás, sino en
la posibilidad de que nosotros reduzcamos el Día del padre a la simple
compra-entrega del regalo (que, por cierto, lo paga el mismo que lo recibe). Si
aprovechamos este día para enaltecer al padre y su papel en nuestras vidas, en la
familia y en la sociedad, y tomar conciencia de lo que supone ser padre, no
sólo no tendríamos que criticar el creciente fomento de este Día, sino, como
cristianos que somos, hijos del Padre de todos los padres, deberíamos ser los más
incondicionales partidarios de esta Celebración. Así pues, aprovechemos la
Fecha para ahondar en la imprescindible imagen del padre, y para sacar algunas
conclusiones para nuestra vida: los padres,
para ser lo que deben ser, y los hijos
para tratarlos como debe tratarlos.