Yo tengo claro que no se puede separar fe y vida. He comprendido que los seres somos orgánicos, integrales y que nuestros valores y espiritualidad deben estar presentes en todos los aspectos de nuestra vida (escribí antes sobre la coherencia).
Hace algunos años entre algunos amigos católicos formamos un grupo que buscaba participar en la política siguiendo los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia. Queríamos una sociedad mejor, más justa, más equitativa, que diera oportunidades a todos. Queríamos pensar en dirigentes políticos más éticos, más honestos….. cristianos.
Sin embargo en los últimos años ante la polaridad política que vivimos y ante el rol que algunos miembros de la Iglesia Católica han adoptado frente al poder político del Ecuador me he cuestionado.