En términos de mi especialidad un ser humano es coherente cuando actúa de acuerdo a lo que piensa. Muy pocas personas pueden llegar a este grado de autenticidad y transparencia. Muchos dicen ser de una manera, pero viven de otra forma. Cuando nadie los ve, son todo lo contrario a lo que dicen.
En la coherencia radica la universalidad y su vigencia en el tiempo del hombre más coherente que ha tenido la humanidad: Cristo.