Únicamente la obediencia tiene derecho al mando – Ralph Waldo Emerson –
El otro día conversando con un amigo evangélico me dijo que había que hacerle caso a toda persona que ostente autoridad porque la Biblia dice que “toda autoridad viene de Dios”.
Procedo a explicar un poquito el tema para evitar confusiones. Si bien es cierto Pablo dice “Todos deben someterse a las autoridades constituidas, porque no hay autoridad que no provenga de Dios y las que existen han sido establecidas por él.” (Romanos 13, 1-2). Primero que nada hay que entender que Pablo no se refiere a la autoridad como persona que la detenta, sino al ejercicio de la autoridad. Segundo debemos tener claro que la autoridad del hombre es delegada por Dios. Tercero que por sobre el ejercicio de la autoridad está la libertad del hombre que es lo que a lo largo de la historia de la salvación comenzando por Adán, Dios nos ha demostrado. Incluso en Lucas 9:23 pide Jesús que la persona que ejerce la autoridad debe negarse a si mismo y Seguirlo (hacer lo que Él manda) y en Juan 5:19,30 nos dice que la autoridad no debe despegarse del mandato de Dios. Quien detenta el poder lo recibe de Dios, fuente primera de toda autoridad. Y finalmente recordemos aquí las palabras de Jesús a Pilatos: “No tendrías contra mi ningún poder sino se te hubiera dado desde arriba”(Jn. 19, 11).