25 abril, 2024

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La Semana Santa explicada con claridad

1.     
Para entender los sentimientos de Jesús en este
día
recordemos que durante
tres años, Él ha llevado a cabo innumerables milagros con los que ha remediado
las carencias materiales de las gentes. Su popularidad es inmensa. Los líderes
religiosos lo odian, no por Sus extrañas ideas; no. El problema entre ellos y
Jesús no es ‘cerebral’, sino ‘visceral’: le tienen rabia porque Él les ha
desenmascarado ante el pueblo por sus indecencias y vilezas, y le envidian por
Su popularidad: la masa sigue y admira a Jesús. Por otra parte, en tiempos de
Jesús, Palestina está sometida al poder de Roma.[1]
En el pueblo hay verdadera sed de independencia económico-político-social. La multitud
ve en Jesús al líder capaz de liberar a Israel del imperialismo colonizador de
Roma. Jesús entra en Jerusalén y el populacho, muy ‘arribista’, lo aclama como
al político que viene y que, seguro, ganará las elecciones. A pesar de los vítores,
Jesús se siente completamente solo, porque sabe perfectamente bien que toda esa
gente que le aclama el Domingo de Ramos, que, además, se había beneficiado de
sus milagros, ingratamente, le dará la espalda, se volverá contra Él y pedirá a
gritos su muerte el Viernes Santo: Mientras
estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre,
viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los
conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque Él
sabía lo que hay dentro de cada hombre
.[2]

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