Deben ser de las preguntas más comunes hechas por los seres humanos, ¿para qué estoy aquí?, ¿qué sentido tiene la vida?
Muchas veces me pregunto lo mismo, y antes de dormir dejo la pregunta realizada en mi mente y en mí corazón confiando en que desde la profundidad de mí ser emergerá la respuesta, dada por Dios en su misericordia.
Lo cierto es que cuando me levanto, al siguiente día, no recuerdo si apareció la respuesta. Pero en mi, hay una actitud diferente y esto desde hace algún tiempo.