18 abril, 2024

Lecciones de la Escuela sobre la Pandemia

Este artículo de opinión no quiere convertirse en otro más sobre las “lecciones” aprendidas que nos deja la Escuela durante la pandemia.  Google, que fue muy utilizado por nuestros estudiantes en ese tiempo, nos arroja una larga lista de artículos que pretenden contarnos todo lo que aprendimos sobre la enseñanza y el aprendizaje en estos últimos dos años desde que la COVID-19.

Pasando por alto temas como, la utilización de innumerables recursos tecnológicos existentes antes que se originara la pandemia y, que docentes y estudiantes se vieron obligados a utilizarlos; sin mencionar la brecha tecnológica en el campo y la ciudad, la inequidad de acceso a internet y todo lo relacionado a las consecuencias de la crisis social producida por el estancamiento de la economía; aprendimos básicamente tres lecciones:

  1. La Escuela, como entidad socializadora, es vital. Y es mucho más efectiva para la mayoría de los aprendizajes básicos, a diferencia del aprendizaje on-line.  Se lo ha ratificado, porque ya se lo sabía, que se aprende mejor cuándo está de por medio la interacción tangible entre maestros y estudiantes, y de los estudiantes entre sí.
  1. La Escuela provee, en la mayoría de los casos, servicios básicos, tales como sanitarios, lavamanos, ventilación, energía eléctrica, agua, incluso como espacios de protección del calor y del frío.  En muchas instituciones educativas públicas, la colación escolar o las iniciativas solidarias de muchos centros educativos fisco misionales, aplacaban el hambre de millones de estudiantes que llegaban a la escuela con el estómago vacío.
  1. La Escuela y muchos de sus docentes ayudan en la salud mental de sus estudiantes. Caemos en la cuenta que no solo los departamentos de consejería estudiantil han servido para ello, sino que los docentes, además de enseñar su asignatura, han sido consejeros, modelos a seguir, orientadores de vida, mentores y, a veces, con angustia, identificadores y denunciantes de abuso infantil.  Nos dimos cuenta que la Escuela a veces se desborda y no posee la capacidad para tratar y acompañar los problemas emocionales de sus estudiantes y sus familias.

Pero, para cualquier maestra experimentada, no hay nada de esta lista de «lecciones» que no se supiera antes de la COVID-19. Preguntemos a cualquier docente, esos de tiempo completo, y la gran mayoría dirá que la enseñanza y el aprendizaje funciona cuando se lo hace en persona, que la escuela para los más pobres se convierte, a menudo, en un refugio y un albergue; y que no solo se es maestro para formar las mentes, sino también para tocar los corazones. 

A la visto de lo expuesto hasta aquí, se vuelve hoy más necesario que las autoridades educativas se acerquen al mundo de la Escuela, les pregunten, pero, sobre todo, que sigan sus consejos y soluciones sobre educación.  De lo contrario, tendremos solamente información sobre lo que está sucediendo mal, los políticos la utilizarán para hacer demagogia y los problemas persistirán.  

Un ejemplo baste para ilustrar lo anterior.  Una de los mayores problemas que se tuvo durante la pandemia fue la brecha tecnológica.  Algunos noticieros pasaban entre sus notas, cómo unos niños de la ruralidad tenían que encaramarse a un árbol para captar la señal del internet o las tristes escenas de niños que se acercaban a locales comerciales para “robarse” el Wifi.  Todo esto ya se sabía. La inequidad tecnológica, la brecha digital ya era conocida por los maestros mucho antes de haber iniciado la pandemia.  Los que no la conocían y por consiguiente hicieron poco por proporcionar el acceso a los recursos tecnológicos y a las conexiones remotas fueron las autoridades del Estado.  Y, lo peor de todo es que está realidad no ha mejorado mucho.

Por eso ahora, que están retomándose las actividades escolares, hay que prestar atención a lo que la Escuela nos está advirtiendo:

  1. La pandemia ha golpeado la estabilidad en las familias.
  2. Existen significativas deficiencias en comprensión lectora en los estudiantes.
  3. Se distinguen con mayor frecuencia casos de depresión, ansiedad, soledad y tendencias suicidas.
  4. Hay mucha dificultad por retomar la calidad y la exigencia en los aprendizajes.
  5. La infraestructura educativa y la formación docente es insuficiente y no llega dónde más se necesita.

Todavía se está a tiempo para escuchar y seguir los consejos que vienen desde la Escuela.  No esperemos que pase el tiempo, se haga poco o nada y las maestras y maestros vuelvan a decirnos: ¡Eso ya lo sabíamos desde antes! 

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1 comentario

  1. Acertada opinión de las lecciones de escuela, que deja la pandemia. Únicamente aseverar que la tomó por sorpresa y obligó a ajustarse a una enseñanza en línea en poco tiempo.

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