28 marzo, 2024

Absurdistán

Parecería que solo en nuestro país se dan las cosas más absurdas.

Vivimos en el reino de Absurdistán.

Es increíble ver como en otras partes del mundo las reglas de convivencia social, son cada día más restrictivas, mientras en nuestro pequeño país las desarreglas de la sociedad son más permisivas.

¿Qué es más importante? ¿Preservar la vida de los ecuatorianos o llevar a cabo una elección presidencial que cuesta muertes? Es que es tan criminal que a causa de las elecciones haya un solo muerto por coronavirus o que haya doscientos sesenta mil muertos diarios por la aglomeración masiva de la gente que está obligada a sufragar.

Hoy se contagian 3092 ciudadanos cada día.

Este día de sufragio no todos los ecuatorianos tienen un carro propio para desplazarse a las mesas electorales y el transporte público es insuficiente para llevar a votar a tanta gente, conservando la distancia de dos metros entre los transportados.

Aparte del desorden propio de nuestra indiosincracia, hace que el caos sea lo que predomine en este falso acto democrático que hoy se da.

Un solo muerto por infectarse al ir a sufragar, es igual a tres millones de contagiados y quien sabe cuántas muertes por la misma razón.

Otro problema adicional lo constituye la contaminación de las fuerzas armadas que tienen que controlar el orden de una población desordenada.

¿A donde se van a lavar las manos cada hora quienes deben cuidar a la gente para que no se contagie?

¿Cómo harán los miembros de las juntas receptoras del voto?

Si algo nos ha enseñado la pandemia es que no tenemos infraestructura sanitaria en este país.

Tenemos hospitales ampulosos, construidos con enormes sobre precios y sin medicinas para curar.

Aprovechando la pandemia, se ha destapado la existencia de verdaderas mafias que se han enriquecido haciendo negociados millonarios a nombre del coronavirus.

Otra bestial revelación de esta pandemia, es la existencia de verdaderas organizaciones de sicarios que en los 38 días transcurridos en este año, han cometido 126 asesinatos, cuyo factor común entre todos, es que quienes fueron asesinados sabían demasiado.

Este es el único país en el mundo donde se ordena constitucionalmente el contagio de las masas, al permitir una elección que debió ser pospuesta o diferida has que se vacune a la mayor cantidad de ecuatorianos y con ello se disminuya la posibilidad de un contagio masivo de incalculables consecuencias.    

 

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¿Hacia dónde vamos?

Cinco años de gobierno es un buen período como para evaluar o imaginar cual es el destino que nos esperará luego de que Rafael Correa sea reelegido, profundice su proyecto y su ego se eleve hasta cuando encuentre algún imprevisto que lo frene.

En términos generales creo que las transformaciones eran necesarias. La evaluación que yo hago es un 60% positiva. No se puede pedir un cien por ciento favorable porque es un imposible. Eso no impide que quienes destacamos los desperfectos estemos obligados a callarnos. Y conforme más el gobierno se centrifuga hacia su único líder, el eje de los cambios, más se seguirá equivocando en el siguiente tramo durante el cual él aspira a gobernarnos indefinidamente con absoluta prepotencia. El poder tiene sus propias trampas de arena y por inercia el gobernante va dejando de mirar con esa tranquilidad que le es necesaria para ajustar los errores que inevitablemente se van dando y acumulando.

Pensando en muchas cosas…

Esta es una época que se puede tomar en dos sentidos. Uno, podría ser como de “post-mortem” y estaría bien, ya que hace apenas dos meses que asistimos a la muerte del año anterior, puede que aún queden heridas que sanar, secretos que contar, secretos que ocultar más todavía, momentos que recordar, temores que vencer o deudas que pagar.

También podría ser una etapa de inicio, algo así como un estado entre pre-natal y natal. En la que hemos puesto esperanzas, y deseos que, obviamente, queremos se cumplan.

Si se habrán dado cuenta, entre una y otra posibilidad queda un vacío. El antes y el después nos deja inevitablemente el “ahora”. Qué estamos viviendo “ahora”. Ahora, mientras se quemaba el “viejo”; ahora mientras escribo o ahora, mientras ustedes leen lo que escribí.

2 comentarios

  1. Cualquier precio es justo, con tal de terminar de una vez por todas con el gobierno del vago, inepto, y mediocre lenin moreno, que es el peor gobierno de la historia. Y que sus adlateres que gobernaron con el estos 4 años sepan que el pueblo los repudia, y eso ya se vio en el resultado de las elecciones, no hay mal que dure 100 años y pueblo que lo resista.

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