25 abril, 2024

Biden

Los votantes estadounidenses se dividen de forma bastante balanceada entre demócratas, republicanos e independientes. Los demócratas que votaron por Biden y los republicanos que lo hicieron por Trump, por separado y sin colusión alguna, justificaron a la pandemia en el cuarto lugar de importancia en el razonamiento de los votos por sus respectivos candidatos. El sufragio de los republicanos por Biden se debió presumiblemente a su repudio hacia la pretendida consumación de la supremacía Trump a través de un segundo mandato, mas no precisamente por su pésimo manejo de la pandemia. Nunca antes en la historia contemporánea hubo una animadversión partidista interna de tal magnitud que inclusive el establishment del corporativismo estadounidense (Corporate America) apostó por aceptar la pérdida de sus estímulos fiscales antes que rendirse ante el enigma Trump.

Biden es el último de los mohicanos, el autosuperado político profesional de larga trayectoria que sobrevivió a los históricos pesos pesados de su partido para ahora erigirse, más que en Presidente de una gran nación, en el designado pacificador de una sociedad todavía sesgada por exarcerbadas convicciones raciales, pero más que nada segregada por una desvaneciente hegemonía económica que continúa desafiando la prosperidad de la gran clase media. La eficiente distribución de la vacuna y los conexos auxilios económicos marcarán un programa doméstico que compartirá titulares con una política exterior desafiada por recuperar aliados y forzar un nuevo détente.

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Todos podemos hacer milagros

1.           
Todos podemos hacer milagros, como coprotagonistas, como el
niño de este milagro, actuando ‘en equipo’ con Dios.

Es curioso el paralelismo y la correspondencia que existe en la intervención de
cada uno de los dos protagonistas de este milagro: Jesús y el niño. Uno y otro aportan con todo lo que tienen: Jesús, su infinito poder divino (da Su
Todo); el niño sus cinco panes y sus dos peces (da su todo). Uno y otro
concurren para resolver un problema sin
solución
humana posible,  una situación en la cual “no hay ya
nada que hacer” porque los seres humanos han llegado al límite de sus
posibilidades: ¿Saciar el hambre de más de 5.000 personas, al caer la tarde, en
un lugar desértico y solitario, lejos de los poblados, con 5 panes y 2 peces? Uno
y otro no piensan en sí mismos en
absoluto, ni se buscan a sí mismos. Así como Jesús huye de todo reconocimiento,
popularidad y vanidad (Jesús entonces,
sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la
montaña, él solo)
; el niño, luego de haber obrado ejemplarmente,
desaparece, discreto, sin dejar huella; ni siquiera sabemos sus datos personales:
aparece y desaparece como una luciérnaga en la noche, sin dejar rastro alguno.
Veámoslo.   

2 comentarios

  1. Lo saludo y felicito por su imparcial artículo. Vivo en Estados Unidos más de 40 años y nunca he visto tanta soberbia de parte de un Presidente como Donald Trump.
    Ya se termina sus cuatro años de mandato y plataforma social que alimentó su ego!

    Viene ahora un cambio total, nuevo Presidente, Joe Biden y Kamala Harris. Lo que le espera a Joe Biden no es fácil. Son muchos los retos, así mismo tendremos un Presidente que va a escuchar al pueblo, no habrá odios raciales, no niños en campos de detención.
    Ojalá , veamos un cambio humano, una mano de gente buena, menos arrogancia.

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