23 abril, 2024

Cuando no pueda…

El día que esté viejo ten paciencia y compréndeme.

Si derramo comida sobre mi camisa y olvido cómo atarme mis zapatos; recuerda las veces que yo te limpiaba y como ataba tu calzado para que fueras al colegio.

Si mientras conversamos repito la historia que ya sabes de memoria; no me interrumpas y escúchame.

Cuando eras pequeñita te narraba el mismo cuento para que cerraras tus ojitos.

Si alguna vez me hago mis necesidades en la ropa, no me avergüences diciéndomelo.

A mí también me desagrada.

Te juro que no tengo la culpa; no lo puedo evitar.

Piensa en las veces que estuve pacientemente a tu lado, hasta que terminaras lo que tú también hacías.

No te enfades si no me quiero bañar; no me regañes por ello.

Recuerda los mil pretextos que inventaba para que tú también lo hicieras.

Cuando me veas ignorante frente a una tecnología que jamás entenderé, contémplame con benevolencia y no me lastimes con una sonrisa burlona. 

Fui yo el que te enseñó tantas cosas…

Prepararte para enfrentar la vida tan bien como lo haces, es la resultante de mi ejemplo y perseverancia. Si mientras hablamos se me olvida lo que hablamos; no me interrumpas.

Ten paciencia hasta que lo recuerde y si no puedo hacerlo; tal vez no era importante y me ponga contento solo con que me atiendas en ese instante.

Si alguna vez no quiero comer; no insistas…

No tengo fuerza para morder, ni gusto para sentir.

Cuando me fallen las piernas, dame tu mano.

Hazlo como yo lo hacía cuando aprendías a caminar con tus débiles piernitas.

Si alguna vez me oyes decir que ya no quiero vivir y solo quiero morir; no te enfades.

Ahora no vivo si no sobrevivo y eso no es vivir…

No te pongas triste por verme como me ves.

No necesito tu compasión, sino tu comprensión.

Actúa como yo lo hice cuando comenzabas a vivir.

Siempre quise lo mejor para ti.

Para eso construí cada sendero que hoy tan sólidamente recorres.

Cuando llegue a mi futura vivencia, te haré un nuevo camino para que sigas mis huellas y al final nos encontremos.

De la misma manera que te acompañé en el transcurso de tu vida, te pido que estés a mi lado cuando termine la mía. Siempre estaré junto a ti.

Mientras dure esta existencia y la siguiente…

Hasta cuando no pueda amarte te amaré mi chiquita.

 

Artículos relacionados

Car pool only

Era un médico muy joven. Hacía mis primeros intentos para ser psiquiatra y había formado una sociedad para tener un electroencefalógrafo con un psiquiatra mayor que yo.

La electroencefalografía estaba en pañales en el Ecuador, por lo que el Dr. Roberto Gilbert haciendo uso de sus conexiones internacionales, me consiguió que yo vaya a aprender electroencefalografía en el South Miami Hospital de Florida.

Me fui a un hotel en el centro de la ciudad que costaba ocho dólares diarios.

Noches de Terraza

Una terraza es un espacio similar a una habitación, pero sin muros e inclusive puede ser sin techo y puede ser usada para múltiples fines: lugar de reunión, de entretenimiento, de relax, […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×