25 abril, 2024

La liberación homosexual

Lo que está perdiendo al mundo es la agresividad de los movimientos que se han autodenominado igualitarios. El hombre y la mujer, no somos ni podemos ser iguales. Tenemos sexos y funciones diferentes Lo que somos es complementarios. El hombre no es nada sin la mujer y la mujer no es nada sin el hombre.

Aclaro que la homosexualidad es tolerable. Tengo varios amigos y amigas homosexuales y no encuentro nada malo en ellos. Al contrario, son personas respetuosas y adorables en su trato.

Pero, con el término TOLERANCIA, hemos pasado a la irracionabilidad de aceptar la destrucción de lo natural y empezar a buscar “normalidades” aberrantes, que nunca pudieron haber existido, ya que no es factible la reproducción de estas especies. Son especies antinaturales, explicables por afecto, más no por complemento.

La parte más grave es que, con la impotencia de tener que reconocer la realidad, algunos de estos grupos actúan con agresividad contra lo establecido. Tratan de destruir el núcleo de la sociedad, que es la familia, y si fuera posible, también a la raza humana, asesinando al hombre cuando es más débil, cuando está en el vientre materno.

Nosotros, los que nos consideramos cultos, nos rellenamos de peros, de un falso respeto a los demás y basados en ello, permitimos que nos destruyan, que destruyan nuestros principios morales, aceptamos discutir lo indiscutible y permitimos el crecimiento de la incertidumbre y que se piense, aunque sea por un instante, que podemos estar de acuerdo con lo malo, con el asesinato, con la destrucción.

¡Creo que debemos reflexionar! Es necesario defender los principios sin amilanarnos y enfrentar y plantar lo malo e implantar otra vez la moral y los principios.

Artículos relacionados

Conflicto Árabe-Judío (II)

No recuerdo bien pero debió ser en el siglo
XIX cuando el romanticismo se encontraba
en pleno apogeo literario, en que surgió el
“folletín”, publicaciones por partes o
capítulos cuyo atractivo fundamental era
suscitar la curiosidad del lector y por tanto,
su continuidad en la lectura. Y digo esto
porque el asunto que me concierne, el
conflicto árabe-israelí, va tomando
características folletinescas, aunque solo
sea por su presentación por capítulos,
bueno y quizás también, quién sabe, algún
lector despistado sienta un deseo ardiente
de saber cómo continúa.

Pues si es así, nos
quedamos en que Palestina quedaba
dentro del dominio británico. Luego
siguieron unos años en los que se vivió en
este territorio una continua inmigración
de población judía y más aún cuando Hitler
llega al poder y se toman las primeras
medidas antisemitas, que se produce un
incremento de la población judía que llega
a Palestina. No solo llegan de Alemania,
también de toda la Europa central. Así en
1933 está documentado que llegaron
37.000 judíos; en 1934, 45.000 y en 1935,
65.000. Los árabes no quedan muy
satisfechos que digamos al comprobar que
los británicos ni se inmutan ante la
avalancha de judíos que se establecen en
Palestina y reaccionan convocando huelga
general pidiendo el cese de la inmigración
judía; la huelga duró seis meses, durante
los cuales los enfrentamientos con las
fuerzas británicas fueron cotidianos
llegándose a decretar el estado de
excepción.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×