¡Ya que …!

El Gobierno ha renegociado la deuda privada del país y reclama para sí una sui géneris victoria que a muchos concierne pero pocos entienden. La tasa de descuento utilizada para medir el valor presente del nuevo monto es el punto crítico para dimensionar dicha reestructuración. El país adeudaba $17,375 millones en un momento que sus bonos se cotizaban al 45% de su valor nominal. Es decir, la deuda valía $7,819 millones. El régimen esgrime que el valor presente de la nueva obligación a ser pagada hasta el 2040 es $104 millones menor, $7,715 millones. Para llegar a ese monto, una tasa de descuento del 12%, alejada de todo criterio ortodoxo, no podría estar más cercana a un nuevo atraco al erario. 

El alivio en las obligaciones (debt relief), que en el fondo no es tal, servirá de muy poco para un país carente de una significativa inversión extranjera y de crecimiento económico. Pronto el país se verá abocado a una nueva renegociación que esperemos sea conducida por ecuatorianos y no por extranjeros. La tercerización de la renegociación de Martínez fue una demostración más de su incapacidad profesional y de la avaricia de quienes lo sustentan en el cargo. 

La Patria merece un mejor derrotero, pero aquello no sucederá por acaso y dependerá de un férreo liderazgo que hasta ahora no se vislumbra. La hora cero se acerca para definir si tendremos que sufrir para reconstruir nuestro país o para terminar de destruirlo. En 2007 todo cambió, pero están por fenecer 14 años de esta revolución y nada ha cambiado. ¡Ya que …!