25 abril, 2024

Un virus impredecible para una debacle predecible

El Covid-19 es la prueba más reciente de una verdad irrefutable: el mundo está hecho de impredecibles sucesos. La precariedad de nuestra economía, mitigada hasta cierto punto por el FMI y la visita a la Casa Blanca, ha sido esta vez expuesta por un factor exógeno que podría servir como excusa de una debacle anunciada, pero no libera de responsabilidades. 

El precio del petróleo en caída contenida y la generalizada reducción del comercio internacional impactan negativamente el perfil de los ingresos nacionales encendiendo las alarmas del default. El elevadísimo nivel del riesgo país ha convertido a nuestros bonos soberanos en poco menos que basura. Mientras el mercado de futuros se atrinchera en posiciones de resguardo y máxima cautela, la Reserva Federal de los EU reduce las tasas de interés y la banca internacional aúna esfuerzos por precautelar el sistema. Si el panorama era de extrema preocupación hace apenas un par de semanas, los pronósticos continuarán siendo aterradores hasta que no se conozca la verdadera proyección en que se encuentra la curva de desarrollo del coronavirus. 

La pandemia ha dejado en evidencia otra realidad incontestable. El estado de emergencia del país es tan real como la incompetencia de Lenín y la mediocridad de su equipo económico para enfrentarla. Ignorantes no son, pero da igual, actúan como si lo fueran. La cesación de pagos que el régimen evadió mutando estrategias ha llegado finalmente a su punto de inflexión y no hay marcha atrás. Lo predecible: el Papa no repite visitas. 

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Desahucio

Actualmente, el desahucio es el aviso por el cual el empleador o el trabajador hace saber a la otra parte su voluntad de dar por terminado el contrato de trabajo, con aviso por escrito al Ministerio de Relaciones Laborales, con ello el empleador bonifica al trabajador con el 25% del equivalente a la última remuneración mensual por cada año de servicio.

Más del 80% de los trabajadores desconocen que para recibir los valores a los que tienen derecho deben enviar una solicitud formal ante el inspector del trabajo de su provincia. Un trámite engorroso.

4 comentarios

  1. No me cansaré de repetirlo, Lenin y el Ecuador perdieron una oportunidad brillante para nivelar las finanzas. La crisis mundial del Coronavirus hubiera sido argumento, más que suficiente para retirar el subsidio a los combustibles. Es más, por ley sanitaria, el pais se ve forzado a un «medio» toque de queda
    ? Que, Lenin es o se hace?

  2. Lamentablemente, la ingnorancia, la irresponsavilidad, la corrupción y la traición al pueblo, han sido los gravísimas causas que originaron el debacle económico y social de nuestro Ecuador.

  3. El dejar sin efecto el subsidio de los combustibles es imperativo, pues éste sólo ayuda a los contrabandistas y a los narcotraficantes.
    Gracias

  4. De acuerdo con Guillermo y la mayoría de la gente pensante es la oportunidad de eliminar los subsidios a todos los combustibles por el buen de la economía nacional

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