29 marzo, 2024

Un virus impredecible para una debacle predecible

El Covid-19 es la prueba más reciente de una verdad irrefutable: el mundo está hecho de impredecibles sucesos. La precariedad de nuestra economía, mitigada hasta cierto punto por el FMI y la visita a la Casa Blanca, ha sido esta vez expuesta por un factor exógeno que podría servir como excusa de una debacle anunciada, pero no libera de responsabilidades. 

El precio del petróleo en caída contenida y la generalizada reducción del comercio internacional impactan negativamente el perfil de los ingresos nacionales encendiendo las alarmas del default. El elevadísimo nivel del riesgo país ha convertido a nuestros bonos soberanos en poco menos que basura. Mientras el mercado de futuros se atrinchera en posiciones de resguardo y máxima cautela, la Reserva Federal de los EU reduce las tasas de interés y la banca internacional aúna esfuerzos por precautelar el sistema. Si el panorama era de extrema preocupación hace apenas un par de semanas, los pronósticos continuarán siendo aterradores hasta que no se conozca la verdadera proyección en que se encuentra la curva de desarrollo del coronavirus. 

La pandemia ha dejado en evidencia otra realidad incontestable. El estado de emergencia del país es tan real como la incompetencia de Lenín y la mediocridad de su equipo económico para enfrentarla. Ignorantes no son, pero da igual, actúan como si lo fueran. La cesación de pagos que el régimen evadió mutando estrategias ha llegado finalmente a su punto de inflexión y no hay marcha atrás. Lo predecible: el Papa no repite visitas. 

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Ya se está convirtiendo en un tema de Ripley para nuestro país lo que acontece con la ALDHU y su dirigente Parra. Mientras por un lado se expulsan del país a dos diplomáticos norteamericanos por supuesta intromisión en asuntos relacionados con nuestra soberanía nacional, por otra parte y de manera muy extraña, recién de última hora se dispone desde Carondelet el término de los privilegios que desde sus inicios ha venido gozando y abusando de ellos el muy famoso y oscuro personaje chileno JUAN DE DIOS PARRA. Medida que hasta cierto punto se la podría compartir y respaldar incluso, dependiendo lógicamente de la intencionalidad de la misma.

Ojala que por el bien del país, y lo manifiesto sinceramente, el contexto de esa disposición gubernamental no esté empañada de graves y peligrosas causales que involucren al actual gobierno en asuntos que irían mas allá de la tendencia de una corriente de extrema izquierda, o de una revolución ciudadana o de la praxis de un socialismo del siglo 21

4 comentarios

  1. No me cansaré de repetirlo, Lenin y el Ecuador perdieron una oportunidad brillante para nivelar las finanzas. La crisis mundial del Coronavirus hubiera sido argumento, más que suficiente para retirar el subsidio a los combustibles. Es más, por ley sanitaria, el pais se ve forzado a un «medio» toque de queda
    ? Que, Lenin es o se hace?

  2. Lamentablemente, la ingnorancia, la irresponsavilidad, la corrupción y la traición al pueblo, han sido los gravísimas causas que originaron el debacle económico y social de nuestro Ecuador.

  3. El dejar sin efecto el subsidio de los combustibles es imperativo, pues éste sólo ayuda a los contrabandistas y a los narcotraficantes.
    Gracias

  4. De acuerdo con Guillermo y la mayoría de la gente pensante es la oportunidad de eliminar los subsidios a todos los combustibles por el buen de la economía nacional

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