25 abril, 2024

Aloe o Sándalo, ¡elixir de vida!

“Como valles que se extienden, como jardines junto al río, como áloes plantados por el SEÑOR, como cedros junto a las aguas.” Números, 24,6

Las plantas tienen un papel vital en el equilibrio ecológico de la Tierra y desde el inicio de nuestra historia han estado ligados al bienestar de la humanidad, en todos sus ámbitos. 

En la actualidad, se sigue investigando sobre las bondades del reino vegetal, y los resultados de tales estudios continúan sorprendiendo de manera positiva. 

Del reino vegetal derivan los aceites esenciales, cuya fragancia es exquisita al olfato y su uso, por inhalación, tópico o por ingestión es curativo para prácticamente todos los males del organismo.

Al investigar sobre el origen de esta planta, el sándalo o aloe,  se encuentran informaciones variadas, por un lado existe un “aloe” americano, (Aloe Vera), autóctono de este continente, del género Agave. Por otro esta el aceite de Aloe, importado de la India y destilado del árbol de sándalo o árbol de aloe. Es así como este aceite extraìdo del árbol de sándalo es el que se ecuentra mencionado en la Biblia más de cien  veces, y del que les hablaré en este artículo.

El sándalo es el árbol de madera de agar o palo de aloe. Del hebreo : analoth o ahalim y del griego: aloes, que significa “noble”. 

El nombre del árbol en sanscrito es: Santalum album, que significa “corteza blanca”.

Se escribe: “aloe” y “áloe”,  porque el “Aloe” tiene como nombre común: “áloe”, y es así como está escrito en las citas biblícas, con su nombre común.  

¡La importancia del aceite de sándalo o aloe es excepcional! Sus propiedades medicinales incluyen: la dificultad de proliferación de células cancerígenas, lo que quiere decir que combate el cáncer; infecciones virales como el herpes simple, herpes zoster, virus de papiloma humano; afecciones de la piel como el acné, cicatrices y arrugas.

Justamente por sus bondades sobre la piel, en el antiguo reino de Egipto fue muy usado por la famosa Cleopatra. 

Los egipcios usaban “la sangre” de esta planta como fuente de belleza, salud e inmortalidad. Consideraban a la planta de aloe como la planta de la inmortalidad. 

Los cadáveres se embalsamaban con aloe, por su efecto bactericida y fungicida, ( contra bacterias y hongos). Se creía que al impedir la descomposición del cuerpo se alcanzaría la vida eterna, tanto corporal como espiritual. En el Nuevo Testamento podemos leer como a Jesús lo ungieron con aceite de aloe, que era muy caro, pero Nicodemo era un hombre adinerado que lo pudo solventar: También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.” Juan 19:39

En el Papiro de Eber, 1550 a. C., se mencionan sus efectos antiinflamatorios y analgésicos. 

Durante la Antigüedad el aloe fue considerada una “planta divina” usada para limpiar el tracto gastrointestinal y una gran variedad de enfermedades. Según la mentalidad del año 2200 a.C., para sacar al diablo que había ingresado en el cuerpo para enfermarlo. Tal evidencia se encuentra en las tablas de barro de Nippur.

Siguendo con la historia, Alejandro Magno, usaba el jugo del aloe para curar las heridas de sus guerreros, durante las batallas.

Los romanos heredaron los conocimientos medicinales de los egipcios y los griegos, ¡y los aprovecharon! No dudaron en usar la planta de aloe por sus efectos beneficiosos. Durante el imperio de Nerón, el médico Dioscórides, escribió un tratado farmacológico con recetas para cientos de enfermedades. En ese taratado describe a la planta de aloe como una de sus preferidas, sobre todo para el tratamiento de heridas, molestias estomacales e intestinales, inflamación de las encías, dolores articulares, prurito o picazón, insolación, acné, alopecia y otras. 

En la cultura china, el aloe es descrito en los tratados de medicina, como “Medio de la Armonía”; y en la cultura japonesa fue llamada “la planta real”.

En la època del descubrimiento de América, Colón llevaba en sus embarcaciones, plantas de aloe, para curar con su jugo las heridas de sus tripulantes. Los Maya nombraron a esta planta como: “Planta de la juventid”, la cual también fue muy usada por el clero.

Al aloe levanta el ánimo y provoca un impacto emocional positivo y relajante. Tiene un alto contenido en sesquiterpenos que estimulan a la glándula pineal y al centro de las emocinoes en la región límbica del cerebro. Al entrar el aroma o el olor por la nariz,  primero se estimula la emoción y luego el estimulo pasa al cerebro racional, sin necesidad de procesarlo racionalmente, debido a la conección de nuestra nariz al cerebro.

La glándula pineal es responsable de la liberación de la melatonina, que es un estimulante inmunológico y agente antitumoral. A través del aloe se da un efecto  estabilizador.

El aloe se puede usar por aplicación, por inhalación, a través de un difusor o por ingestión; siempre hay que tener en cuenta las recomendaciones dependiendo de la marca del producto. 

En conclusión, antiguamente se usaba el aloe o sándalo para la meditación, como afrodisíaco y para embalsamar a los muertos.

Actualmente sus usos son varios: por su alta concentración de sesquiterpenos se lo usa para combatir el cáncer, ya que estos, desprograman la información errónea y transportan oxígeno a nivel celular. Se lo usa también para el cuidado de la piel; para mejorar el sueño, ya que estimula la liberación de melatonina; en afecciones del sistema reproductor femenino y del sistema endocrino y para tratar infecciones del tracto urinario.

“Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos;
Desde palacios de marfil te recrean.” Salmos 45:8

 

Artículos relacionados

El Jardinero que un día lloro

Desde una ventana en el infinito, mucho antes de la nada… un jardinero miraba el universo. En su alma se albergaba la energía del amor y traía consigo todo el conocimiento posiblemente concebido. Poseía la sabiduría proporcionada por su propia historia.

Era una vertiente desbordante de paz y ternura. Había creado para sí mismo un universo regido por principios superiores.

De sus decisiones dependía el destino y la sobrevivencia de todo lo que había concebido. Poseía una imagen sencilla. Vivía austeramente y su corazón estaba cundido de ternura. Se erigía como un ser cuya grandeza se encontraba en la humildad.

Gesticulaba pausadamente con ademanes sencillos. Hablaba con una voz que no era gruesa ni solemne, sino llena de bondad.
Veía a la tierra como su jardín. Los mortales eran sus flores y las tenía de todos los colores. Había tantas y se llevaban tan bien entre ellas, que se mezclaron para originar nuevas especies.

1 comentario

  1. Estimada doctora el sándalo se lo puede utilizar para curar hongo de las uñas tengo un familiar con este hongo y no se le cura ya he visitado podologo enviaron una medicación pero nada se lo quita aparte tiene diabetes por eso mi preocupación y consulta. Muchas Gracias interesante reportaje.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×