Seguramente Villamil protestaba por lo ocurrido a John Worthy, comerciante inglés a quien José Joaquín de Olmedo y Francisco Roca obligaron a bajar toda la carga de la nave para aforarla, a pesar de que apenas una parte de ella se quedaría en Guayaquil. Worthy amenazó con pedir ayuda a la marina naval inglesa. Afortunadamente Olmedo usando diplomacia logró convencer a Roca de que no era correcto que Worthy pagara aranceles sobre una mercadería que se vendería en otros países. Francisco Roca era uno de los comerciantes más grandes y ricos de Guayaquil y debió ser parte interesada en presionar para no tener competencia.