Las «prostis» se cambiaron de barrio

Nuestro exitoso Gobernador del Guayas, en los días de los “manifestantes” que avanzaban sobre Guayaquil, impidió el saqueo a la ciudad y al área de las ciudadelas y comercios de la Av. Samborondón, -que le valió un reconocimiento de nuestra Alcaldesa-, está decidido a “sacar” a estas DAMAS, del lugar donde se han ubicado en la actualidad, -en la ciudadela La Atarazana- probablemente por los problemas que generan en ese sector de la ciudad.

La historia de la ubicación de estas damas, tiene una larga data, no resuelta, en los últimas 60 años a esta fecha.

Cuando era un muchacho aún, estaban ubicadas en la Av. 10 de agosto y Garcia Moreno. Ahí, en pequeños cubiles de planta baja, atendían a su “clientela”.

Algunas, las más atractivas y con sus mejores servicios, lograban unas colas de 50 varones, esto, principalmente los días SÁBADOS.

Algún Gobernador de la época, las reubico y las estableció en la Calle 18. La calle cobró fama, el costo personal era de $5 sucres. Las mayores, ya menos atractivas cobraban $3. Todas tenían buena clientela, de acuerdo a los gustos de cada cual.

Ahí se mantienen hasta la actualidad.

La ciudad -de mis remembranzas-, llegaba hasta la 7ma. En el suburbio de aquella epoca, no habia prostitutas, ni delincuencia. Eran los “barrios pobres” de la época.

Las “damas”, optaron por ubicarse en sitios más cercanos.

Se ubicaron en la Calle Chimborazo, entre la Av. 9 de Octubre y Vélez. Por supuesto, la algarabía que formaban, la “pitadera” de los taxis y vehículos particulares, que interrumpían el tránsito, mientras de “ventana a ventana”, establecían el precio de sus servicios y se iban con ellas. Vivir en ese sector, también repleto de Casinos, era una tragedia.

Se hicieron famosas, sobre todo las damas de color.  Ejecutivos de otros países y regiones del Ecuador, tan pronto llegaban a la ciudad se dirigían a tal lugar, solicitando sus servicios personales. ¿Un trabajo?¿Una forma de subsistencia? o, ¿Un irrespeto a la ciudad? Uds se lo contestarán.

Recuerdo que eran -estas damas- muy apetecidas por los marinos de los Buques de Guerra, de países amigos que visitaban la ciudad.

Buen momento por ellas, pagaban en dólares, cuando aún estábamos con el sucre, como moneda nacional. Algunos se enamoraban, se casaban con ellas y se los llevaban a vivir a sus países de origen. Donde el “pasado”,  se quedaba aquí, en el pasado, como dice la canción”. (“Lo pasado, pasado”).

Otro lugar preferido, una vez que les impidió, pasear por la Av. 9 de Octubre, fue la calle 1 de Mayo a la altura de la calle de Los Ríos y aledañas. En la actualidad se han asentado en La Atarazana.

Desde ese lugar, nuestro Gobernador las quiere sacar a otro sitio, aún no determinado. En años anteriores, existían las “Batidas”. De manera sorpresiva, la Policía, aparecía y se las llevaba detenidas al “Cuartel Modelo” de la Av, de las Américas. A la media hora, las llamaban a su Casino y se armaba la gran farra con ellas. Al día sgte, las soltaban. (???….). Las “prostis”, neutralizaron las “batidas”, con los “Campanas”, que las alertaban y salían en carrera. Se metían en los zaguanes de las casas céntricas. Así burlaban a la Policía.

La Prostitución, es uno de los “trabajos” más antiguos de la humanidad y algunos países han intentado con relativo éxito, regularla. Veamos:

El Japón, fue uno de los primeros, países en abordar este tema. La famosas Geishas: Chicas de una educación especial para “agradar” a los turistas, al punto que  a estas “chicas”, les reconocieron una especie de “clase social selectiva”, hasta la actualidad.

En Alemania, en HAMBURGO, hay la famosa calle de las “Vitrinas”, donde las prostis -desnudas- desde el interior de sus alcobas, se exhiben a través de los vidrios de sus habitaciones a sus posibles clientes. Es un lugar exclusivo, aunque peligroso. Me informaron, -ellas- pueden imponer el precio que se les ocurre, de acuerdo al Cliente, están autorizadas y protegidas por las autoridades.

En los EEUU (USA), aparentemente está prohibida la prostitución, sin embargo, existe. En el Sur, en Louisiana, hay lugares exclusivos, donde las chicas, atienden a una clientela exclusiva -una especie de Club Sexual-, que antes de ingresar, tienen que indicar el nombre de algún “socio”, que les recomendó dicho lugar, que previa la comprobación del listado, se les permite ingresar, inclusive obtener una “tarjeta de membresía”, para los próximas ocasiones. Son chicas de 14 a 16 años, la mayoría y las más apetecidas, perfectamente conocedoras del oficio. (???)….

En el Perú, hace posiblemente unos 60 años, “solucionaron” el problema, construyéndoles, en algún sector suburbano, una ciudadela cerrada, donde todas ellas, cuentan con su habitación y gozan de seguridad y protección en dicho lugar.

Posiblemente, otros países, optaron estas soluciones, aunque después de la “Revolución sexual” en Latinoamérica, de los años 60 del siglo pasado, en Chile, Argentina, Brasil, Colombia y otras Repúblicas y ciudades, ya no necesitan de estos “Barrios especiales”, por cuanto se hizo normal, que los chicos/as, tuvieses sus relaciones sexuales, sin que nadie se escandalice.

Se volvió, natural y lógica, esta actuación. No generalizo, habrá jóvenes y jovencitas que no lo aprueban, ni lo practican. Ya es cuestión de su formación moral y familiar.

Por supuesto, esta “liberación”, es causa de otros problemas: embarazos no deseados, abortos, que sumados, -posiblemente- a consumo de drogas, inexistentes en otras épocas, ha creado en los países en grave problema social, que la humanidad enfrenta, incluidos grupos que se adhieren a tales prácticas, -“muy prácticas”-, desechando todo sentido de racionalidad, que están afectando, a los conceptos de la familia tradicional, -con éxito- con grupos, ya no tan minoritarios, que han confundido a las Instituciones de los países, inclusive a Entidades Internacionales -la ONU incluida- que apoyan y en ocasiones obligan a los países miembros a establecer una legislación permisiva, que los legalice.

El Ecuador NO es la excepción.

Hacia dónde va el Mundo. No lo sé, lo que si se es de si tales prácticas se universalizan como normales, las consecuencia de estos “medicamentos” serán más graves que la misma enfermedad.

Abramos los OJOS. Estamos a tiempo para impedirlo.