19 abril, 2024

Arma un equipo ganador

Muchos psicólogos hemos encontrado que las herramientas mentales de los deportistas triunfadores pueden aplicarse para mejorar la eficiencia en casi cualquier actividad no deportiva. El deporte y la competencia bien dirigidos son dos herramientas capaces de estructurar personalidades fuertes y con valores que aumenten las posibilidades de tener una vida más exitosa. 

La ansiedad de la vida diaria se pone de manifiesto en actividades que van desde el cuidado de los hijos hasta el manejo gerencial. El control de la conducta frente a emociones intensas se requiere en el aula de clases con niños y jóvenes de cualquier edad, y en el quirófano con el cirujano más experimentado a cargo. Otros rasgos fundamentales del deporte y de la vida, como la disciplina, la motivación y el compromiso, son fundamentales para el desarrollo individual y para el beneficio del equipo.

Como psicólogo que trabaja con deportistas desde hace más de 20 años, siempre fui más conocido en disciplinas que tienen un solo atleta en cancha. Cuando trabajé con el club de fútbol más grande del de Ecuador, algunos entrenadores me pusieron de manifiesto sus dudas justamente por eso. Decían que yo había tenido éxito en tenis, que es un deporte individual, pero no en deportes de equipo. Entonces les presenté por primera vez una verdad deportiva que los tomó por sorpresa: Tanto práctica como psicológicamente, los deportes individuales no existen. O, por lo menos, el atleta que trate de ser un deportista puramente individual no llegará muy lejos.

Especialmente en los últimos años todo deportista que se tome en serio tiene que trabajar con un equipo. Este equipo serio involucra a un entrenador en jefe más varios entrenadores especializados bajo su cargo, y debe integrar operativamente al círculo íntimo del atleta. Es posible que a la hora de competir sólo esté un participante en la pista y eso ubique a un deporte en la categoría de “individual”. Pero si no hubiera existido un equipo que haya trabajado con el atleta cada día, éste nunca habría llegado allí, y no alcanzaría resultados importantes. Lo mismo pasa en la familia, en el trabajo, en los estudios, y en cada dimensión de la vida humana.

Todos vamos por el mundo como individuos, pero funcionamos en equipo. Nadie estudia ni trabaja totalmente solo (salvo alguno que otro asesino en serie, pero en ese caso no hablamos de gente sana), sino que tiene un equipo a su alrededor. Nadie vive totalmente solo y consigue mantenerse mentalmente saludable por mucho tiempo. Somos seres sociales, vivimos en equipo, necesitamos compañeros a nuestro alrededor que avancen con nosotros hacia metas comunes.

Por eso es esencial que escojas acertadamente con quiénes quieres contar a tu lado. Para comenzar, asegúrate de rodearte de gente a quien admiras. Las personas más exitosas han sabido integrar en su círculo cercano a quienes los superan de distintas maneras, y esa es una práctica digna de imitar. Esta sola característica puede provocar una admiración recíproca, y hacer que estas personas que son en algún ámbito mejores que tú quieran tenerte cerca de ellas.

El siguiente paso es escoger adecuadamente tus relaciones y juntarte con quienes compartan tus objetivos, aunque los vean desde una diferente perspectiva. Pese a que es muy agradable estar siempre de acuerdo con tu familia, amigos y compañeros de trabajo, si sólo te juntas con quienes ven el mundo exactamente igual que tú, tendrán pocas ideas que aportar el uno para el otro. Necesitas rodearte de gente con la cual te complementes, no sólo en habilidades, sino en visión e ideas.

Finalmente, es indispensable tener metas en común con tu equipo. De lo contrario no se puede poner en práctica la complementariedad. Para compartir objetivos es necesario compartir valores. Tú y quienes te rodean deben estar de acuerdo en que lo que pretenden hacer no sólo es importante, sino que es más importante que lograr otras cosas; y deben coincidir en que hay metas que tienen que alcanzarse antes que las demás. Esto es lo que se llama Jerarquía de Valores, la cual tiene que ser compartida con los miembros de tu equipo, para que éste funcione bien en lo deportivo y en la vida diaria. En relación directa con esta Jerarquía de Valores, debes guardar para tu círculo más cercano a personas que quieren lo mejor para ti, de la misma forma en que tú procuras lo mejor para ellas. Compartir una misma Jerarquía de Valores y actuar consistentemente llevándola a la práctica es, en pocas palabras, lo que se conoce como Espíritu de Equipo.

Conforma un equipo que te complemente en el logro de objetivos comunes, que te apoye y celebre tus triunfos porque los siente como propios. Hacerlo es fundamental para alcanzar el éxito en cualquier deporte, en la familia, en el trabajo y en la vida.

 

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1 comentario

  1. 300% de acuerdo. Felicitaciones por tu enfoque y experiencia,–Carlos,– aunque hace
    algunos meses que no nos saludamos,..
    En días como el de hoy- 4 de Octubre /2019 — este artículo es como un baño y empujón de Optimismo,……bien razonado y fundamentado en la experiencia,…
    MUCHAS GRACIAS,…
    OJALÁ lo imiten en otros ámbitos, fuera del deportivo jovenes y maduros,…

    Saludos, Alfonso Fernández

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