17 abril, 2024

A la memoria de mi amigo Samuel Reyes Puga (+)

Samuel, Samy o Samuelito, cualquiera de estos nombres, identificaban al amigo del alma de mi juventud.

Gracias a Samuel, éramos invitados a las fiestas de las chicas, de la época de nuestros 15/16 años.

Con Samuel no podríamos competir, las chicas se daban “tres caídas por él”, -término de la época-.

Samuel, tenía su propio vehículo y con él, íbamos a las fiestas. Eran en casa, no había licor, empezaban temprano en la noche y cuando él no podía asistir, simplemente a eso de la 01H30 de la mañana caminábamos hasta dónde podríamos encontrar un taxi -que eran escasos- para dirigirnos a nuestras respectivos domicilios.

En alguna ocasión -a los 16 años-, me fui solo, a conocer su hacienda. “La Magdalena” El Comandante Reyes, -su padre- tenía una bonita Bananera entre Pueblo Viejo y San Juan, en la Provincia de los Ríos.

Tome una lancha en el muelle 7, aguas arriba del Río Babahoyo, de este lugar, otra lancha -(arrocera)- aguas arriba del Río Catarama, hasta el puerto de desembarque. Desde ahí tome algún transporte pintoresco, hasta la Hacienda.

El Coronel Reyes, era un hombre muy querido y conocido y no me fue difícil llegar 5 horas después, por lo menos, desde mi salida, en el Malecón de Guayaquil.

Gracias a Samuel, aprendí a montar a caballo, él era un extraordinario jinete. Todo fue que cuestión de un buen fuetazo a mi caballos y este emprendió su carrera. Me iba de un lado a otro de la montura.

Samuel ya me había dado algunas instrucciones, que fueron “fácilmente” asimiladas.

Termine montando bien el caballo, saltando zanjas y pasando el Río San Juan sobre el caballo. Por supuesto, al día siguiente, gracias a la “manteca de cacao”- que tenían a la mano los Reyes, pude aliviar mis dolencias. Fue una semana maravillosa.

Ciertos dias nos ibamos a Babahoyo, a donde Samuel tenía, algunos compañeros, que como él, se educaron en la Academia Militar Juan Gómez Rendón, de Playas y la pasabamos bien, otro dia ibamos a visitar alguna casa de peones, a Samuel, lo llamaban Samuelito y nos invitaban un riquísimo puro de caña.

Su padre, el Cmdte. Reyes y su madre Doña Magdalena Puga, eran dos seres extraordinarios.

Muerto el Crnel. Reyes, a los 18 años, Samuel se hizo cargo de la Bananera y también de una 2da. Hacienda por allá, por “Puente Negro”.

Samuel, fue un gran hijo, excelente hermano y muy solidario con sus compañeros de la Academia Militar. De vez en cuando, los invitaba, a una pequeña finca cercana, de su propiedad, a pasar el día con ellos.

Los Precios del banano, -las invasiones, propiciados por el IERAC y ciertos Dctos. Ejecutivos de la época, lo llevó a desprenderse de ellas.

Samuel, se convirtió en empresario. Transportaba material pétreo primero y luego, bien asesorado, participó desde sus inicios, en la recolección de la basura de Guayaquil. Fundo 4 o 5 Corporaciones: recolectoras de desechos sólidos. para algunas ciudades del Ecuador y del exterior.

Gracias a Dios, sus hijos, se involucraron en este servicio y también son -como lo fue su padre- extraordinarios trabajadores. Samuel -sus últimos días-, estuvo enfermo en un hospital norteamericano, hasta su muerte.

El 20 de agosto del presente año (2019) en Miami, se velaron sus restos mortales.

Samy, amigo del alma y de grandes tertulias, que descanses en Paz y estés reunido en el cielo con tus padres y demás familiares.

Tu grupo de amigos de juventud: Cheche Maquiavelo, Kiko Reinoso, Emilio Pereira (+), y yo, (me tomo sus nombres), te lo deseamos de todo corazón.

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2 comentarios

  1. Samuel Era mi amigo en la Universidad Católica cuando entro a la facultad de filosofía. Ya en ese entonces era un empresario sin embargo en la época compartimos varias anécdotas estudiantiles.
    Con el tiempo y los viajes nos perdimos de vista, pero guardo en lo más profundo de mi ser, en esos años de plena juventud el apoyo incondicional, momentos de risa, y un momento único en el que el demostró ser un excelente ser humano.
    Veo esta noticia hoy y es como si recién pasara para mí.

    Solo puedo decir que los recuerdos no se desvanecen y mientras alguien nos recuerde de alguna forma seguimos vivos.

  2. Samuel Apreciado y Dilecto AMIGO la parca te invito primero. Fuiste Amigo de verdad durante todo el tiempo que departimos. Estás ahora en la Gloria De Dios que te ampara para siempre. RIP

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