28 marzo, 2024

Un invierno a cuenta gotas y por chorrones

Los inviernos, sobre todo en las provincias de la costa, han sido torrenciales. En Guayaquil, de mis años juveniles eran característicos los aguaceros torrenciales, que duraban hasta 12 horas seguidas.

En la Sierra, en Abril, -aguas mil- los ríos se desbordaban y se llevaban puentes y sembríos. Este año el invierno se hizo presente en demasía, en la provincia de Los Rios, miles de hectáreas de sembríos perdidos y hogares afectados en sus viviendas y en sus muebles, con el agua a ½ metro de altura dentro de ellas.

Hoy los medios de comunicación, informan de torrenciales aguaceros en ciertas comunidades manabitas, con similares características.

La semana pasada, Guayaquil se fue a pique, por un torrencial aguacero, con mareas altas.

Toda la infraestructura municipal para impedirlo, no funcionó. Año a año, se repite la misma historia, llanto y desesperación de los afectados. Cuando invaden, gracias a un “buen” sistema ilegal de transferencias de tierras- sin ningún valor legal-. se forman estos graves problemas urbanísticos. Cuando las autoridades actúan y derriban tales viviendas de caña, o de madera, para desalojarlos de tierras ajenas y de legítimos propietarios, el drama es mayor.

En el área de La Puntilla de Samborondón, llovió a cuenta gotas.

A la altura del Riocentro Entre Ríos, llovía, pero por 30 o 45 minutos no más. Más adelante, seco. Tres Km. más adelante, nuevamente llovía igual tiempo y cantidad. Más adelante, seco. Caprichos de la naturaleza.

Las tierras aledañas a las riberas de los ríos, son las más apreciadas por los invasores o en cualquier otro lugar. En Guayaquil, ha primado, la “ley de la selva”, y los suburbios crecen sin fin y se agudizan más los problemas sociales.

Tierras que después, se legalizan, para dotarlas de servicios públicos -agua, luz y relleno-, con un costo- ya lo dijimos, de 100 veces mayor.

La venta de terrenos municipales, si hubiese funcionado, como funcionó en el pasado, con un sistema tipo hipotecario, para las transferencias municipales de terrenos, a muy largos plazos, era el sistema adecuado. Grandes extensiones suburbanas crecieron ordenadamente con este sistema, mientras pagaban las alícuotas mensuales o semestrales. Pagada “la hipoteca”, obtenían del Municipio, el título de propiedad de su terreno. Hasta que, se les privó a los municipios, esta facultad y por Ley, se la transfirieron al BEV y otras instituciones públicas, que no solucionaron la problemática de vivienda para los sectores de bajos ingresos.

El Campo, se quedó sin trabajadores agrícolas y sin trabajo y formaron los grandes “cordones de miseria”, en Guayaquil, imposible de absorber por las municipalidades sucesivas, algunas de las cuales fomentaban las invasiones, para el clientelismo electoral.

Un problema guayaquileño, muy difícil de solucionar, sobre todo por el costo que llevaría tal cometido.

Han faltado lamentablemente políticas públicas, para evitarlo.

Solo, por poner un ejemplo, -cuando aún fuese posible-, emitir una Ley que prohiba asentamientos urbanos, 500 metros, tierra adentro de las riberas de los ríos, o la distancia que indiquen los técnicos en fenómenos hídricos, que deben tener estadísticas, sobre estos temas y sobre estos efectos nocivos sobre las inundaciones de los ríos.

En Egipto, que posee el río más grande y largo del planeta (El NILO), se aprovecha la época de las inundaciones, en tierras cercanas o lejanas de su desembocadura, para fertilizarlas, con la subida de los niveles de sus aguas y cuando estas bajan, entonces siembran. Nunca se les ha ocurrido a los habitantes, edificar o asentarse en tales lugares.

Los Chinos, tradicionalmente han aprovechado las crecientes de sus ríos -el amarillo y otros- para que en la época de sus inundaciones, igualmente se fertilicen sus tierras y cuando sus aguas descienden, es ahí, cuando siembran arroz, etc.

¿Porque en el Ecuador nuestros agricultores, no hacen lo mismo? y año a año, se repite el mismo llanto: “lo hemos perdido todo”. (???)

En materia internacional, los países, dispusieron en sus legislaciones; -el Ecuador incluido -que ninguna persona natural o jurídica, pueda adquirir tierras y realizar edificaciones 50 km, de las fronteras, tierra adentro.
Hay este antecedente, que puede servirnos de ejemplo; para evitar tragedias que se repiten año a año, con las crecientes de los ríos costeños y serranos.

La naturaleza no es controlable, no nos quedemos solo en las remediaciones de los daños, que son muy costosos, pero quizás, los estudiosos o técnicos, podrían remediar sus efectos nocivos, ( el cuánto y el cuando, aún tentativamente), y, a tiempo, dictamos una legislación de emergencia y realizamos, poco a poco la infraestructura de ingeniería, que sugieran, que mitigue sus daños,

“Prevenir antes que remediar”. Esa es la respuesta.

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