28 marzo, 2024

Subsidio al salario mínimo sufre degradación

El impuesto más perverso a la mano de obra no calificada, existente en demasía en el país, es el salario mínimo. La kikuyesca sugerencia de un incremento salarial a través del subterfugio de un subsidio al consumo eléctrico, sin sustento técnico y con altísimo contenido político, no reparó en la imperante necesidad de eliminar subsidios para dinamizar la economía y volverla más competitiva. Menores costos netos tienden a una mayor generación de fuentes de trabajo.

El Ecuador es un país de alto riesgo para la inversión, demasiado caro para la producción local, carente de seguridad jurídica, estructuralmente endeble y que propende de manera natural hacia la importación de bienes y servicios. Durante los últimos doce años el mercado perdió confianza en el país a raíz de la alarmante corrupción estatal y el encerramiento comercial. El tamaño de su mercado es reducido y por ende el concepto de economías de escala tendrían mayor razón de aplicabilidad en países con poblaciones mayores.

El país necesita de inversión extranjera para su desarrollo y requiere adaptar su infraestructura manufacturera con fines exportadores. La eliminación del salario mínimo contribuiría a la competitividad del país al reducir considerablemente los costos de contratación y despido de personal. Tal cual una Banana Republic, el fallido aumento salarial a cambio de un subsidio constituía un esfuerzo más dentro de un compendio de emprendidas medidas marginales que solo conducen a mayor pobreza. El demagógico aumento de $8 mantiene esa línea.

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Quien piense que esta recopilación de escritos históricos sobre la libertad de expresión nacida en Guayaquil el 9 de Octubre de 1820, lleva la intención de ilustrar la mente de nuestros gobernantes sobre éste don inmanente a la naturaleza humana… No se equivoca. Pues considero imperdonable la actitud de un gobernante, que pasa por alto las experiencias que han influido en el progreso de las naciones.

El ilustre triunviro, miembro de la Junta de Gobierno de la Provincia Libre, Francisco María Claudio Roca, gestor de la adquisición de la primera imprenta que sirvió a los guayaquileños hasta abril de 1827, cuando Bolívar, en un acto dictatorial característico, impuso silencio a nuestro semanario El Patriota de Guayaquil, al informar al Ayuntamiento de la llegada de la pequeña prensa a Guayaquil, con que se constituyó LA IMPRENTA DE GUAYAQUIL, se expresó en los términos siguientes: “Solo recomiendo a Vuestra Excelencia que tenga presente que la libertad de imprenta, protegida como debe ser en los pueblos libres, es el sostén de los derechos de todos; pero con trabas, restricciones y esclava, es despreciable instrumento de la tiranía.”

1 comentario

  1. Todos los subsidios ( a mi entender) son no solo demagógicos) sino que reducen también el deseo de superación de quienes lo reciben. La vida es una lucha en contra de la tendencia natural al acomodamiento que reduce la iniciativa de superación en la gente que más lo necesita y, crea el camino del estado repartidor de dádivas a todos los niveles. Ese mal llamado nacionalismo que cuando se lo llama correctamente es solo proteccionismo, es otra política de atraso que tampoco ayuda a la competitividad de la industria local. Quien si no tiene insentivos quiere invertir en su industria? Lo que se necesita es muchos insentivos y reformar y agilizar toda la política económica del estado , laboral y privado.

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