28 marzo, 2024

Aborto bajo presión

Múltiples movimientos sociales sostienen que las mujeres embarazadas tienen derecho a decidir sobre la vida o muerte de sus hijos mientras están en su vientre. Sus más vigorosos ideólogos sostienen también que, bajo la presión de un poder totalitario, se le niega a la mujer la opción de ejercer libre y legalmente ese derecho. En otras palabras, dicen que la sociedad obliga a la mujer a cumplir un rol reproductor asignado culturalmente, y que son esa cultura y sociedad quienes la presionan para lleve el embarazo a término, abusando de ella al impedirle el derecho de decidir sobre su propio cuerpo.

Sin embargo, no todos los actores culturales presionan a la mujer hacia no abortar, pues hay una parte de la sociedad que presiona a la mujer para que sí aborte. Dicha tendencia es cada vez más fuerte, y se apoya sobre distintas bases. Esta creciente ideología le insiste a la mujer que su libertad y su derecho a decidir sobre su propio cuerpo son derechos fundamentales y superiores a cualquier otro. Gracias al éxito alcanzado por quienes impulsan este pensamiento, se calcula que hoy una de cada cuatro o cinco mujeres que queda embarazada se realiza un “aborto voluntario”. En todo caso, cabe preguntarnos si es realmente voluntario, o bajo presión de algún tipo.

Encontramos una clara respuesta en el estudio publicado por Journal of American Physicians & Surgeons (Volumen 22, Número 4, Invierno de 2017), llamado en español “Las mujeres que han sufrido emocionalmente por el aborto: una síntesis cualitativa de sus experiencias”. Este estudio se hizo con una muestra de 987 mujeres en 49 de los 50 estados de USA (no incluyó a Hawaii), que habían abortado por lo menos en una ocasión (el 30.2% de las encuestadas tuvieron entre 2 y 9 abortos).

Acerca de la posición subjetiva de las mujeres del estudio, se obtuvieron los siguientes resultados:

  • El 49.2% de las encuestadas reportó que, al momento del aborto, creía que el feto era una vida humana.
  • El 33.2% dijo que se había sentido emocionalmente conectada con su hijo antes de abortar.
  • El 66% afirmó que sabían que estaban cometiendo un error cuando realizaron el aborto.

Consideremos también que el 67.5% de las participantes reveló que el aborto fue una de las decisiones más difíciles de su vida, y el 70% eran jóvenes de 21 años o menos cuando tuvieron su primer aborto. Las participantes, y particularmente las de estos dos grupos, se encontraban en una situación muy influenciable al momento de decidir si abortar o continuar con su embarazo. Tal influencia o presión podía venir de la sociedad, del entorno familiar, de la pareja, o de quien la aconsejó al momento de la decisión. Y se dio a favor de realizar el aborto, como lo muestran estos resultados:

  • El 28.4% de las participantes en el estudio abortó por temor a perder a su pareja si no lo hacía.
  • El 58.3% reportó que abortó para hacer feliz a alguien más.
  • El 73.8% pensaba que su decisión de tener un aborto no había estado totalmente libre de presiones para llevarlo a cabo.

Estos datos nos permiten concluir que una abrumadora mayoría de las mujeres que participaron en este estudio, realizado en un país donde el aborto es legal desde hace décadas, decidieron abortar bajo la presión de otras personas o de la sociedad, pese a que decían saber que cometían un error. El aborto bajo presión es una realidad, muchas veces ejercida por quienes dicen amar a la mujer y defender su libertad, su salud y sus derechos.

 

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