16 abril, 2024

¿La diferencia?

Los países desarrollados defienden su cultura e historia, son nacionalistas, disciplinados, estudiosos, industriosos y primero es la nación. La corrupción es sancionada por una “Justicia Independiente” por el bien del país. Los subdesarrollados somos macondianos, fiesteros, indisciplinados, reclamamos derechos sin cumplir deberes, electoreros con autoridades corruptas y no hay “Justicia”.

Luego de las dictaduras militares (60 y 70s), y gobiernos estériles (80 y 2000). 19 años de la dictadura-hambreadora-asesina de Chávez, Maduro y los Castro. 17 años del patibulario Ortega. 10 años de Correa y su ideología-socialista de unos 90 mil millones USD de saqueo, ¿al parecer, más 8 años morenistas-correístas? Con la “mesa-del-tongo” y un Pueblo tonto y amnésico, ¿retorno triunfal de los mártires Correa y Glas? 12 años del dictatotalitario Evo que va por la reelección inconstitucional y 59 años de la “madre-tiranía de los Castro”.

AMLO es el nuevo bálsamo y gurú del socialismo. Izquierdistas y otritos tildan de enemigos públicos a Trump, Bolsonaro, Macri, Piñera y Duque. Los Correístas con crímenes de Estado, se dicen “perseguidos-políticos”, juzgados por el robo de la gallina y les ayudan a fugarse. “Copien la diferencia del Perú”, todos los expresidentes vivos son procesados por la Justicia:  Fujimori, Toledo, García, Humala (y esposa), Kuczinski, más Keiko. Aquí, la partidocracia y la totalicracia refundieron la lista de Odebrecht, pusieron con fraude a los correístas que “dicen-ser-morenistas” y no existe “Justicia”. ¿Pero, Bolsonaro ofreció difundir toda la temida lista de la corrupción de Odebrecht, ¿será cierto tanta maravilla?

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Alguien se ha llevado nuestro queso

Una excelente noticia porque la verdad es que la manera en que los habitantes del Ecuador y del mundo estábamos produciendo el queso era extralimitada, por decir lo menos.

Estábamos acostumbrados a producir el queso para alimentar a unos pocos, pero explotando y utilizando el talento y la mano de obra de muchos. Llegábamos a acuerdos a puerta cerrada sobre los procedimientos a seguir y sobre las ganancias que recibiríamos. Nos funcionó por mucho tiempo pensar que la ley del más fuerte y el más talentoso nos había otorgado esos privilegios y con ese consuelo relegábamos a muchos de usar también sus talentos, prepararse y tener la oportunidad de soñar.

Hace poco un amigo me decía que un político muy fuerte y conocido de la vieja guardia debe liderar nuestro país y yo le respondí que esa manera de hacer las cosas ya quedó atrás. Los ciudadanos de hoy (en Ecuador y el mundo) ya saben que pueden opinar y que su opinión sí importa. Saben que pueden exigir transparencia y que los acuerdos a puerta cerrada son “inmorales”. Ya se han dado cuenta que una rosca de amigos se encarga de los contratos en el gobierno de las ciudades, de las provincias, del país y del mundo y que eso tiene que acabar.

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